Reagan prefiere la 'opci¨®n cero' para negociar sobre euromisiles

Estados Unidos insiste en que la opci¨®n cero, propuesta hace m¨¢s de un a?o por el presidente Ronald Reagan, es la mejor en materia de armas nucleares ubicadas en territorio europeo. As¨ª lo expuso el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes, en reacci¨®n a la iniciativa del l¨ªder sovi¨¦tico, Yuri Andropov, que propone reducir la capacidad de los misiles sovi¨¦ticos SS-20 al mismo nivel que las actuales fuerzas nucleares de Francia y el Reino Unido, informa desde Washington Ram¨®n Vilar¨®."La posici¨®n del presidente Reagan", dijo Speakes, "es la misma que la expresada en anteriores propuestas. Prefiere la opci¨®n cero. Es probable que el presidente d¨¦ una respuesta formal a la iniciativa de Andropov en el curso de su pr¨®xima conferencia de Prensa".

Seg¨²n los an¨¢lisis norteamericanos en materia de defensa, la nueva propuesta de Andropov supondr¨ªa una reducci¨®n del actual potencial de seiscientos misiles sovi¨¦ticos de medio alcance a una cifra total de unos doscientos. Con tal medida, Mosc¨² intenta conseguir que Estados Unidos renuncie al despliegue en Europa occidental, antes de finales de 1983, de 572 nuevos misiles Pershing 2 y Cruise.

Pero la Casa Blanca insiste en que el camino de la soluci¨®n en la batalla dial¨¦ctica de los denominados euromisiles pasa por una eliminaci¨®n total de los SS-20 sovi¨¦ticos, si la URSS quiere que EE UU retire su plan, aprobado por la OTAN, de potenciar la defensa nuclear en Europa occidental con misiles t¨¢cticos Pershing 2 y Cruise.

A la opci¨®n cero lanzada por Reagan, en noviembre de 1981, el Kremlin replic¨®. negativamente, al no incluir el potencial de misiles con que cuentan los dos ¨²nicos pa¨ªses europeos nuclearizados de la Alianza Atl¨¢ntica, el Reino Unido y Francia.

A la propuesta de Andropov en materia de euromisiles debe a?adirse la advertencia de Mosc¨² contra el programa norteamericano de fabricar e instalar cien nuevos misiles intercontinentales del modelo MX, cada uno equipado con diez cabezas nucleares. Si EE UU fabrica los MX, considerados como los misiles m¨¢s potentes y perfeccionados de la historia de la carrera nuclear, la Uni¨®n Sovi¨¦tica responder¨¢ con otros misiles similares.

En la teor¨ªa, cada bando parte de la tesis del desequilibrio defensivo ante el adversario. Argumentando la debilidad del potencial nuclear norteamericano ante los sovi¨¦ticos, el presidente Reagan quiere ganar la partida y dotar a Estados Unidos de una supremac¨ªa nuclear ante los rusos. Esquema un tanto ilusorio, porque Mosc¨² no permanecer¨¢ con los brazos cruzados ante un incremento del arsenal nuclear estadounidense.

As¨ª se lo recuerdan a Reagan dentro del Congreso norteamericano, al potenciar las negociaciones de reducci¨®n y control de armas nucleares, en Ginebra. Tambi¨¦n al bloquear la aprobaci¨®n de los mil millones de d¨®lares para fabricar los primeros cinco misiles MX.

En definitiva, las propuestas y contrapropuestas entre Washington y Mosc¨² deber¨ªan conducir al terreno de un di¨¢logo directo entre los dos principales responsables pol¨ªticos del Este y el Oeste, es decir, cristalizar en una cumbre norteamericano-sovi¨¦tica, inicialmente prevista para antes de finales de a?o. Esta cumbre fue retrasada por Estados Unidos ante las perspectivas de cambio en el Kremlin, durante la ¨²ltima ¨¦poca de Le¨®nidas Breznev. Hoy la situaci¨®n ha cambiado y, quiz¨¢, se concrete pronto una reuni¨®n al m¨¢ximo nivel entre Reagan y Andropov.

Rechazo en Europa

La reacci¨®n dominante en las capitales europeas fue de rechazo y prudencia. As¨ª, en el Reino Unido, naci¨®n afectada por las propuestas desarmamentistas de Andropov, su primera ministra, Margaret Thatcher, rechaz¨® ante la C¨¢mara de los Comunes el nuevo plan de Andropov, porque "no mantiene el equilibrio esencial que requiere nuestra seguridad". La primera ministra afirm¨® que, conforme, a la nueva oferta de la URSS, Estados Unidos quedar¨ªa sin misiles t¨¢cticos, mientras los sovi¨¦ticos seguir¨ªan "disponiendo de un considerable n¨²mero de ellos".

Hasta el momento, el Gobierno de Londres se opone a que su fuerza nuclear sea discutida en las negociaciones sobre desarme entre las dos superpotencias.

En Par¨ªs, el jefe de la diplomacia francesa, Claude Cheysson, calific¨® las, propuestas de Andropov de "un medio para desviar la conversaci¨®n" de lo que "realmente interesa", como es el desequilibrio de fuerzas en Europa.

En una declaraciones a la emisora Antenne 2, Cheyss¨®n coment¨® que le sorprend¨ªa "la introducci¨®n del arsenal nuclear franc¨¦s (en las nuevas propuestas), que tiene una dimensi¨®n m¨ªnima y si lo reducimos perder¨¢ su valor disuasorio".

Francia tampoco acepta que su arsenal nuclear se discuta en Ginebra. En Bonn, la iniciativa del n¨²mero uno sovi¨¦tico fue acogida con escepticismo. El portavoz gubernamental, Jurgen Sudhoff, coment¨® que "estamos interesados por el opci¨®n cero" y "si la URSS persiste en conservar una parte de,su armamento euroestrat¨¦gico contra blancos europeos, no hay un ning¨²n elemento que contribuya al equilibrio y a la seguridad".