Canarias: la gasolina de la discordia

No se me olvida la frase gr¨¢fica y redonda con la que Manuel Bermejo, alcalde que fue de Las Palmas de Gran Canaria en 1979, defin¨ªa la secular incomprensi¨®n del Gobierno para los problemas del archipi¨¦lago. "Las islas Cariarias", dec¨ªa, "est¨¢n separadas del poder central por 2.000 kil¨®metros de distancia y quinientos a?os de abandono". Hoy, obviada la separaci¨®n geogr¨¢fica por los modernos medios de transporte, se pensaba que tambi¨¦n la incomprensi¨®n ceder¨ªa con el cambio pol¨ªtico; que nuevos hombres y nuevas ideas, que promet¨ªan una mayor participaci¨®n social en las decisiones y una profundizaci¨®n de las autonom¨ªas, acercar¨ªan los problemas de las islas a las zonas decisorias del poder.El problema es que en Canarias los precios de los carburantes tienen un mayor impacto que en la Pen¨ªnsula sobre la vida econ¨®mica. No hay m¨¢s medio interior de transporte que el motor, no hay carb¨®n para la fuerza industrial y casi todo lo que en las islas se consume viene de la Pen¨ªnsula o del extranjero. Adem¨¢s, el archipi¨¦lago -como Ceuta y Melilla tambi¨¦n- est¨¢ fuera del ¨¢mbito del monopolio de petr¨®leos y con un r¨¦gimen fiscal propio, con impuestos aut¨®ctonos. Por eso, tradicionalmente, los precios de los carburantes en la Pen¨ªnsula eran entre un 25% y un 33% m¨¢s caros que en Canarias.

En el cuadro adjunto puede observarse la evoluci¨®n de precios de algunos de los carburantes m¨¢s representativos, en Canarias y en la Pen¨ªnsula, durante el per¨ªodo de los ¨²ltimos tres a?os.

Con la estupefacci¨®n consiguiente han visto los canarios c¨®mo la ¨²ltima subida de los precios de los carburantes ha sido proporcionalmente mayor en el archipi¨¦lago que en la Pen¨ªnsula, como si se hubiera querido penalizar a los isle?os por alg¨²n pecado manifiesto. Si tomamos como muestra este par de carburantes -gasolina de 96 octanos y gas¨®leo A-, como m¨¢s representativos y de mayor uso, veremos que la subida en la Pen¨ªnsula ha representado, respectivamente, un 21,12% y un 21,39% con respecto a los precios del 24 de julio de 1981. Sin embargo, por no se sabe qu¨¦ arte de birlibirloque, en Canarias este incremento representa un 27,88% y un 25,71%. Esto se ha debido, naturalmente, a que la subida en ambos territorios ha sido lineal, ignor¨¢ndose, pues, tanto la especial repercusi¨®n que estos aumentos tienen en la econom¨ªa canaria como el hecho de que en las islas no existe lo que se llama "renta del petr¨®leo".

Si en el archipi¨¦lago se hubieran incrementado los precios de los carburantes en la misma proporci¨®n que en la Pen¨ªnsula, la gasolina de 96 octanos, por ejemplo, tendr¨ªa que costar en Canarias 64,50, y el gas¨®leo A, 42 pesetas. Esta diferencia representa mucho dinero y quiere decir, adem¨¢s, que, habida cuenta del consumo de carburantes en las islas, Canarias subvencionar¨¢ este a?o a la Pen¨ªnsula con m¨¢s de 3.000 millones de pesetas para ayudarla a enjugar el d¨¦ficit por la merma en recaudaci¨®n fiscal sobre el petr¨®leo.

Y no hablemos ya del problema que se presenta ahora para la obtenci¨®n de agua en las potabilizadoras. El combustible que sirve a tales fines es el que ha experimentado mayor subida, un 27,75%. Era natural. ?C¨®mo resistirse a la tentaci¨®n de echar mayor carga en el reparto de los costes de los crudos a un consumo que no afecta a la Pen¨ªnsula? Por tal causa, el agua proveniente de las potabilizadoras subir¨¢ en Canarias 62 pesetas por metro c¨²bico, poni¨¦ndose por encima de doscientas; pero esto, sin duda, es s¨®lo un asunto interno de los canarios.

Pero no es lo peor que pueda haberse producido un error (*) en la fijaci¨®n de estos precios; lo alarmante es que ni se hace nada para rectificarlo ni se aportan razones esclarecedoras si esta rectificaci¨®n no pocede. Y el tono de los art¨ªculos en los peri¨®dicos canarios, al acusar esta indiferencia de los poderes p¨²blicos y de los medios informativos hacia los problemas locales, se va ti?endo de los viejos antagonismos contra la metr¨®poli. En los d¨ªas que siguieron a la elevaci¨®n de los precios achacaban el desigual trato dado al archipi¨¦lago a un error del Gobierno; pero, en unos d¨ªas m¨¢s, las relaciones entre la Administraci¨®n y los canarios se han deteriorado profundamente En un editorial del diario Canarias 7, publicado el 17 del presente mes, se informa no s¨®lo de que la Direcci¨®n General de Energ¨ªa ratifica estos controvertidos aumentos, sino que se trat¨® descort¨¦smente a los negociadores canarios y se les coaccion¨® en cuanto a sus posibles declaraciones a la Prensa. Parece, pues, que la pr¨¢ctica del aforismo mesetario, "mantenella y no enmendalla", que con tanta fruici¨®n practicaba la dictadura, se ve mejorada. Ahora es: "Mantenella, no enmendalla y darle al recla mante con la puerta en las na rices."

* Anotemos, de pasada, otro error. Los precios de los combustibles en Canarias aparecen en el BOE expresados en kilos, en vez de en litros, y un kilo de gasolina de 96 octanos tiene 1,408 litros. De acuerdo con esto, el litro de gasolina costar¨ªa solamente 48,66 pesetas.