El Estado como patrono
Me parece que a estas alturas, a las pocas semanas de la toma de posesi¨®n, resultar¨ªa algo incorrecto hacer inventario de los problemas a los que la Administraci¨®n socialista se enfrenta, y pienso que ser¨ªa arrogante, cuando menos, pretender repasar apresuradamente el cat¨¢logo de las asignaturas pendientes. Se me antoja un pel¨ªn insoportable la imagen del monje admonitor encargado de amonestar a la observancia de la regla, y todos ustedes estar¨¢n de acuerdo conmigo que oficiar de agorero y aplicarse a presagiar desgracias es algo impresentable. Procuremos, pues, ahuyentar al predicador y al cenizo, y limit¨¦monos, si es que podemos y con la mejor buena fe del mundo, a esbozar alguna reflexi¨®n en voz alta.Cuando amanece la Administraci¨®n socialista, a m¨ª no me interesa recordar su programa laboral, ni mucho menos urgirle a un cumplimiento inmediato so pena de anatema. Los proyectos de rebajar la edad de jubilaci¨®n a 64 a?os, de ampliar las vacaciones a treinta d¨ªas, de reducir la jornada y de acomodar las pensiones al IPC (¨ªndice de precios al consumo) ah¨ª est¨¢n y pronto dejar¨¢n de ser proyectos para convertirse en realidades. Y no realidades simb¨®licas, pues no est¨¢ de m¨¢s recordar que millones de trabajadores de este pa¨ªs disfrutan exclusivamente veintitr¨¦s d¨ªas de vacaciones.
Y ah¨ª est¨¢n tambi¨¦n varios proyectos de ley de indudable trascendencia: modificaciones en la ley B¨¢sica de Empleo, ley de Acci¨®n Sindical en la Empresa, ley de Conflictos Colectivos, ley de Huelga... Pero, en verdad, no estamos aqu¨ª para hablar de cosas tan cient¨ªficas, quiz¨¢ porque, como en su d¨ªa nos advirtiera el bueno de Goethe, "gris es el ¨¢rbol de la ciencia y verde e imperecedero es el ¨¢rbol de la vida".
Para empezar, es necesario refrescar la memoria y evocar la enorme importancia que la empresa p¨²blica tiene en el ¨¢mbito de nuestras relaciones laborales. Est¨¢n en la vanguardia de los sectores productivos b¨¢sicos; baste recordar algunos ejemplos: Seat y ENASA, en automoci¨®n; Baz¨¢n y Astifieros, en construcci¨®n naval; Hunosa, en combustibles s¨®lidos; Ensidesa y Altos Hornos, en siderurgia integral; Renfe, Iberia y Trasmediterr¨¢nea, en transportes; Telef¨®nica, en comunicaciones; Enpetrol, en refino; etc¨¦tera. Y est¨¢n, digamos que a su aire, adscritas a distintos departamentos y organismos (Industria, Transportes, Econom¨ªa, INI, INH, Direcci¨®n General del Patrimonio, etc¨¦tera) y bastante c¨®modas en su corona de taifas
Las grandes empleadoras
Lo que ahora nos interesa de estas empresas no es tanto su envergadura industrial como el ser empleadoras de cientos de miles de trabajadores, que, por cierto, han protagonizado a menudo las reivindicaciones sindicales en este pa¨ªs. Conste, pues, que lo ¨²nico que nos concierne es ni m¨¢s ni menos que su pol¨ªtica laboral. Pol¨ªtica laboral a aplicar en unas empresas caracterizadas tanto por su trascendencia econ¨®mica como por dar cobijo a multitud de trabajadores, cuyos representantes sindicales, la mayor¨ªa de las veces, han ido abriendo camino en el ¨¢mbito de las relaciones laborales, arrastrando en varias ocasiones a sus compa?eros del sector privado. Ser¨ªa conveniente recordar ahora que, all¨¢ por 1978, empresas como Baz¨¢n, Enpetrol, Hunosa, ENASA, Metro, etc¨¦tera, fueron las pioneras en la negociaci¨®n de los derechos sindicales. Hasta la fecha, todas estas empresas han carecido de una pol¨ªtica laboral com¨²n; cada una de ellas, con mayor o menor acierto, ha decidido su comportamiento y ni siquiera desde el punto de vista de su mera existencia empresarial gozan de identidad propia entre las restantes empresas espa?olas.
La cuota de autonom¨ªa
?Y qui¨¦n es el patrono de estas empresas pilares de la econom¨ªa? Pues resulta que no es otro que la actual Administraci¨®n socialista, y que, por serlo, debe venir obligada a actuar como un patrono eficaz y como un gestor eficiente. Y en el ¨¢mbito de las relaciones laborales, ?c¨®mo actuar¨ªa un empresario ejemplar que contara con multitud de empresas y cientos de miles de trabajadores? La contestaci¨®n es f¨¢cil: aunar¨ªa voluntades y criterios y aspirar¨ªa a homogeneizar las condiciones de trabajo de sus asalariados. En s¨ªntesis, para que nos entendamos: se organizar¨ªa sindicalmente y negociar¨ªa un acuerdo marco que afectara a todas sus empresas y a todos sus trabajadores. M¨¢s clarito a¨²n: Patronal p¨²blica y convenio marco.
Me parece muy bien que se insista en la autonom¨ªa de las, partes y que se critique con aspereza la intervenci¨®n de la Administraci¨®n en el marco de las relaciones laborales. Me encanta la soberan¨ªa de las partes. Lo que ya no me encanta tanto es que la Administraci¨®n se olvide de que tambi¨¦n ella es parte y que, en su parcela, tambi¨¦n debe gozar de la cuota de autonom¨ªa que le corresponde. Usarla y disfrutarla sin pudores y a tope. Racionalizar el sector p¨²blico, convertirlo en un holding eficaz y competente presumo que debe ser un objetivo prioritario de la Administraci¨®n socialista. Y para conseguir esta finalidad en el ¨¢mbito de las relaciones laborales, nada mejor que una patronal y un convenio; cosa que, por otra parte, tampoco ser¨ªa tan singular, pues algo por el estilo ya existe en Italia.
Conviene ya, pienso yo, que la Administraci¨®n, sin falsas modestias, asuma su propio papel y renuncie definitivamente al timorato y vergonzante comportamiento de los ¨²ltimos a?os. Paulatinamente, el conflicto industrial se triangula, y uno de los v¨¦rtices del tri¨¢ngulo es la Administraci¨®n. No vendr¨ªa mal darse cuenta de ello a tiempo y aceptar este nuevo compromiso en compa?¨ªa de los dos animales tot¨¦micos de Zaratustra: la serpiente y el ¨¢guila. La astucia de la serpiente y la altivez del ¨¢guila. Astuta y altivamente.
Marcos Pe?a es inspector t¨¦cnico de Trabajo.
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