Los lectores
Teresa P¨¢mies, la legendaria escritora y luchadora catalana/catalanista, me escribe una emocionante carta pol¨ªtica y literaria sobre mi ¨²ltimo libro, llena de elogios. Teresa Duaso Satu¨¦, una lectora particular de Barcelona: "Me integro con el sentimiento a la mejor prosa castellana de hoy". Una bella carta literaria, s¨®lo literaria. Daniel Boada Vila y M. Dolores Estivil y Brossa: "Me asquean y repudio a los partidos sucursalistas. GRACIAS".Otra carta: "Pensamiento y sentimiento es toda su obra". Viene desde la calle An¨ªbal, Barcelona. Ultimo Grito, Barcelona, enero, 83, 100 pesetas. "Fanzone 3". Me lo mandan Sostres y Mestres y Colomer: "A m¨ª me gusta el rock and roll y no hay. S¨ª, a veces lo pongo para enterarme de los grupos nuevos, pero me aburre. No me gusta eso del tecno. No s¨¦, se puede hacer tecno, pero como lo hace Alan Vega, el de "Suicide", que hace rockabilly con sintetizadores, y eso es distinto y tiene ca?a". Josep Verg¨¦s me escribe una hermosa carta sobre El hijo de Greta Garbo, olvid¨¢ndose de que lo ha editado ¨¦l. Y no sigo para no convertir esto en un consultorio sentimental. Los lectores, los lectores que escriben, los corresponsales. Podr¨ªa contarle todas estas cosas al Rojito, el gato, y que ¨¦l me diese sus razones, pero amo los animales tanto como odio los animales redichos y moralejos, a lo La Fontaine. Los animales son ¨¢ngeles ca¨ªdos -no hay otros- en lo m¨¢s material de la pintura o en lo m¨¢s misterioso de lo cotidiano. Los animales son beliales y luzbeles libres de los idiomas fanatizantes del hombre. Tienen su sintaxis (secreta en el zorro, dulc¨ªsima en el gato), pero no el fanatismo de la lengua ni de la muerte. Ahora han matado miles de gansos en Do?ana, seg¨²n informa este peri¨®dico. Do?ana, reserva de especies protegidas, se convirti¨® en cazadero con la degeneraci¨®n tardofranquista.
Y as¨ª sigue. Valle-Inci¨¢n, entre la biografia y la leyenda, rompi¨® con la Rep¨²blica cuando se enter¨® de que un diputado republicano iba a La Granja a matar pavos reales. Un pavo real es sagrado, y un diputado republicano (en cualquier lengua), de momento, no. Pero, en el a?o todav¨ªa nuevo, nos invitan a la caza de siempre. La caza del gato/lince. La caza del periodista por libre. Hay trofeos por todo y, para todos. Cr¨ªmenes gustosos: los ¨¢nsares en las marismas del Guadalquivir, de las que es marqu¨¦s Luis Escobar, porque Primo de Rivera le encarg¨® a su abuelo de disecarlas. No creo, a pesar de todo, que Luis pueda hacer nada contra eso. Se anuncian "densidades id¨®neas para una caza racional". La tecnoburocracia ha1legado a la caza. Quieren decir que se puede cazar moderadamente. Es como matar a la abuela y respetar a la t¨ªa solterona. Mitterrand se. emociona con los patos salvajes que vuelan sobre Manhattan, ya lo he contado. S¨®lo un campesino de las Landas pod¨ªa ver eso. Pero en Espa?a se nos aportan datos para identificar las huellas del venado, seguirle la pista y darl¨¦remate ¨¦picamente. Qu¨¦ asco. En toda Europa, los rebecos aparecen amenazados por una grave enfermedad. El venado, el rebeco, el gato/lince, el periodista, Balb¨ªn. Nos quedamos sin bichos. Los se?oritos de escopeta han decidido que la ecolog¨ªa es suya. Fraga no lleg¨® a tanto. Ni con los periodistas ni con los rebecos. Entre las especies protegidas que n4die protege, est¨¢ la del lector/escritor de cartas a los peri¨®dicos.
Este peri¨®dico dedica un espacio ecu¨¢nime a las cartas de los lectores. Por ah¨ª, se persigue o manipula al espont¨¢neo, como a los gansos de Do?ana. Los periodistas, los lectores y los patos salvajes a¨²n no hemos encontrado nuestras tablas de Daimiel democr¨¢ticas. Uno vive la incertidumbre de toda especie protegida.
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