Bonn, Mosc¨², y los euromisiles
En la URSS se han percibido con serenidad, sin asombro, los resultados de las elecciones parlamentarias en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). En el curso de las ¨²ltimas semanas, e incluso meses, todas las encuestas entre la opini¨®n p¨²blica en la RFA demostraban el debilitamiento de las posiciones del Partido Social Dem¨®crata (PSD) y, a la vez, el avance de los democristianos.Claro est¨¢ que, como se sobreentiende, he le¨ªdo repetidas veces en la Prensa occidental que la Uni¨®n Sovi¨¦tica preferir¨ªa la victoria de los socialdem¨®cratas. En realidad, nosotros comprendemos con toda claridad que la cuesti¨®n de qui¨¦n debe gobernar uno u otro pa¨ªs y qui¨¦n debe estar en la oposici¨®n es asunto que no se decide en Mosc¨².
. Nosotros partimos del principio e la coexistencia pac¨ªfica y la colaboraci¨®n de Estados con distinto r¨¦gimen social y estmos dispuestos a mantener relaciones normales con cualquier Gobierno, independientemente de su tinte pol¨ªtico. Claro est¨¢ que en ello ¨²nicamente son excepci¨®n los reg¨ªmenes fascistas, tales como el de la Espa?a franquista, con anterioridad al restablecimiento de la democracia, o el pinochetista, en Cile.
En cuanto a las relaciones concretas entre la, URSS y la RFA, debemos recordar que se establecieron cuando estaba en el poder el democrstiano Konrad Adenauer, continuaron con sus sucesores Willy Brandt y Schmidt y no esaron despu¨¦s de que se form¨® el Gobierno de Kohl.
En enero de este a?o, cuando los socialdem¨®cratas ya se encontraban en la oposici¨®n, el ministro (le Relaciones Exteriores de la URSS, Andrei Gromko, estuvo en Bonn en visita oficial.
El infortunio del SPD y, por el contrario, el ¨¦xito de la coalici¨®n artido CDU-CSU tienen su explicaci¨®n, en mi opini¨®n, ante todo, en motivos de car¨¢cter interno. Entre ellos, la prolongada crisis econ¨®mica.
Los ciudadanos de la RFA han perdido la confianza en el partido que no logr¨® sacar al pa¨ªs de las dificultades que atraviesa. Desempe?aron un papel negativo tambi¨¦n las contradicciones en el seno de la anterior coalici¨®n gubernamental. No obstante, ser¨ªa err¨®neo sobreestimar el significado del ¨¦xito del se?or Kohl. En primer lugar, los democristianos no han logrado el objetivo que se planteaban, es decir, conquistar la mayor¨ªa absoluta de votos de los electores y el dominio total en el Bundestag. En segundo lugar, los liberales, sus aliados, han obtenido un tercio menos de votos que en las elecciones de 1980. Y, finalmente, en tercer lugar, el Gobierno deber¨¢, en lo sucesivo, tener en cuenta no s¨®lo una fuerte oposici¨®n socialdem¨®crata, sino tambi¨¦n la aparici¨®n del importante grupo de los verdes.
Algunos pol¨ªticos del otro lado del oc¨¦ano, confundiendo el deseo con la realidad, interpretan la victoria de los democristianos como una especie de votaci¨®n a favor del emplazamiento de nuevos cohetes nucleares norteamericanos en territorio de ese pa¨ªs.
A tenor de las encuestas efectuadas a la opini¨®n p¨²blica, cerca del 60% de la poblaci¨®n de la RFA rechazaba la idea de que la Rep¨²blica Federal se convierta en una plaza de armas coheteril-nuclear de, Estados Unidos. El mismo se?or Kohl, como tambi¨¦n otros dirigentes democristianos y liberales, ha declarado varias veces estar interesado en el ¨¦xito de las conversaciones sovi¨¦tico-norteamericanas sobre la limitaci¨®n de las armas nucleares en Europa.
En este contexto, hay que desmentir resueltamente las falacias de quienes afirmaban que la victoria del partido de Kohl obligar¨ªa a la Uni¨®n Sovi¨¦tica a revisar su postura en las conversaciones de Ginebra y aceptar la denominada opci¨®n cero del presidente norteamericano, Ronald Reagan, que en realidad s¨®lo es cero para la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
La URSS no tiende a la superioridad militar sobre Occidente, pero no puede permitir que la parte occidental altere el equilibrio. Estamos de acuerdo en tener en la zona europea igual n¨²mero de cohetes como los que tengan Inglaterra y Francia, y reducir en Europa todo lo dem¨¢s, estableciendo el equilibrio tambi¨¦n en lo tocante a los aviones correspondientes.
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