Las limitaciones al turismo provocan las mayores protestas contra las nuevas medidas econ¨®micas de Mitterrand
Contrariamente a lo que dicta la l¨®gica, no ser¨ªa imposible que la limitaci¨®n de divisas tur¨ªsticas impuesta por el Gobierno franc¨¦s, en el marco del plan de austeridad del viernes pasado, favoreciera el aumento del n¨²mero de veraneantes franceses hacia Espa?a. Infinitamente m¨¢s que todo el resto del arsenal de medidas restrictivas decretado por las autoridades galas para superar la grave crisis econ¨®mica del pa¨ªs, los franceses se escandalizan, sobre todo, por el control de cambios que coarta su libertad de movimientos.
En un primer tiempo, varios representantes de la colonia espa?ola en Par¨ªs se asustaron ante el recorte tur¨ªstico espa?ol que podr¨ªa suponer el plan de austeridad franc¨¦s. Una vez examinados los hechos, es decir, las normas oficiales de control de cambios, y sus consecuencias eventuales, las perspectivas, por lo que se refiere a Espa?a, pudieran no ser tan negativas e incluso lo contrario.El director general de Viajes Meli¨¢ en Francia, Manuel Turn¨¦, analiza el problema como sigue: "En primer lugar hay que considerar que, aunque el Gobierno no cediera respecto a la normativa que oficializ¨® el viernes ¨²ltimo, Espa?a, por ser el pa¨ªs m¨¢s cercano para los franceses, podr¨ªa recibir la visita de muchos turistas que, por falta de medios para realizar viajes m¨¢s largos, se resignar¨ªan a veranear en Espa?a".
Un precedente en 1969
"Existe ya un precedente: en 1969, tambi¨¦n se establecieron normas semejantes en Francia y el turismo hacia Espa?a aument¨® de manera considerable, como lo atestiguan las estad¨ªsticas", contin¨²a. "Ahora bien, de momento se negocia a fondo, entre las autoridades oficiales y los responsables del turismo. Y entre las varias opciones posibles existe la consistente en que cada turista puede exportar los 2.000 francos anunciados m¨¢s el billete de transporte, que se pagar¨ªa en Francia. En este caso, yo no excluyo que el turismo franc¨¦s hacia nuestro pa¨ªs pudiese aumentar en un 50%, ya que, sin abundancia de medios financieros, las gentes prefieren no apartarse demasiado de su pa¨ªs de origen con el fin de poder regresar r¨¢pidamente en caso de necesidad urgente de cualquier tipo. Para resumir, creo que es conveniente esperar antes de pronunciarse definitivamente"."A?adir¨¦ ¨²nicamente que las agencias de viajes nos hemos puesto de acuerdo para abrir nuestros establecimientos hasta las 24 horas de ayer, lunes, y de hoy, martes, fecha l¨ªmite del r¨¦gimen de libertad anterior", finaliza. "Por lo que nos afecta dir¨¦ que, ayer, hemos quintuplicado el n¨²mero de ventas tur¨ªsticas, pues, como se sabe, la nueva ley no es de car¨¢cter retroactivo".
Dir¨ªase que los franceses est¨¢n dispuestos a todos los sacrificios para que las cuentas de la naci¨®n salgan de una vez del infierno de los n¨²meros rojos, "pero no me toque usted las vacaciones" o "esto va contra la libertad de los individuos". Desde hace tres d¨ªas, los impuestos suplementarios, el aumento de las tarifas p¨²blicas, la bebida y el tabaco por las nubes, etc¨¦tera, cada ciudadano es de suponer que los sufre, pero se aguanta, a juzgar por sus manifestaciones exteriores.
Aqu¨ª lo que incita al chillido, al cortejo que desfilar¨¢ ma?ana en las calles de Par¨ªs, al ataque a mano armada (aunque sin armas) a la ministra responsable -Edith Cresson-, a las declaraciones desesperadas de los negociantes del sol de extramuros, a la inquietud de las 18.000 personas que temen por su empleo, es la limitaci¨®n de las divisas para viajar por el extranjero.
Par¨ªs no es una fiesta, como dijo el novelista Hemingway, sino un lamento porque la fiesta se prohibe o se impone, lo que para los galos, antes de nada, es profanarles su sagrario particular: la libertad.
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