Azor¨ªn recogi¨® el t¨¦rmino 'generaci¨®n de 1898' de Ortega, seg¨²n Cacho Viu
"El t¨¦rmino 'generaci¨®n de 1898' fue acu?ado en febrero de 1913 por Ortega, para s¨ª y para sus coet¨¢neos, con una clara intencionalidad p¨²blica: convocar a la juventud estudiosa del momento para que enderezase los torcidos destinos del pa¨ªs. Ese mismo mes, sin embargo, Azor¨ªn se apodera del t¨¦rmino para convertirlo en fecha ep¨®nima de un grupo literario que se dio a conocer en torno al a?o del desastre", seg¨²n el profesor Vicente Cacho Viu.
?sta es una de las explicaciones que dio el profesor Vicente Cacho Viu en una conferencia titulada Ortega y el esp¨ªritu del 98, pronunciada el pasado viernes en la Fundaci¨®n Ortega y Gasset.El tema esencial en el que iba a centrarse la conferencia fue la transferencia s¨²bita de una denominaci¨®n generacional concebida para los adolescentes cuando el desastre -Ortega y los intelectuales de su edad-, a una generaci¨®n anterior, la juventud de 1898, que, transcurridos quince a?os desde aquel suceso, no pod¨ªa dar ya a aquel marchamo generacional el car¨¢cter proyectivo y de convocatoria cara al futuro con que Ortega lo hab¨ªa creado.
El profesor Cacho analiz¨® a continuaci¨®n las respectivas posturas que una y otra generaci¨®n manten¨ªan, en 1913, en torno a los principales problemas de la comunidad nacional y al sentido que para ellos pod¨ªa tener la pasada derrota ultramarina. Por lo que hace a la "generaci¨®n del 98" tal como Ortega la hab¨ªa definido, las dos cuestiones centrales podr¨ªan resumirse as¨ª: c¨®mo entiende Ortega el "esp¨ªritu del 98", y con qu¨¦ intencionalidad emplea esa denominacion generacional aplicada a quienes, como ¨¦l, eran adolescentes en aquel tr¨¢gico a?o.
Segunda Espa?a
"El esp¨ªritu del 98, tal como Ortega lo entiende, podr¨ªa resumirse en tres proposiciones: la inexistencia en Espa?a de una ciencia moderna, o, lo que es igual, denunciar el fracaso, entre nosotros, de la etapa positivista; la inexistencia de esa , 'segunda Espa?a' de la que ven¨ªa hablando el regeneracionismo, y que Ortega transforma en un mito de car¨¢cter vitalista, localizado en el futuro y dirigido a suscitar un compromiso p¨²blico entre los intelectuales de su edad; y la defensa de una moral p¨²blica inspirada en la ciencia, que proporcione a Espa?a una cultura espec¨ªfica a la altura del tiempo".Tras definir lo que significaba para Ortega el t¨¦rmino generaci¨®n, Vicente Cacho dijo que la confluencia en 1913 de una nueva expectativa de liberalizaci¨®n en torno a la figura de Alfonso XIII, y la circunstancia personal de llegar a esa primera madurez que suponen los treinta a?os, empuja a Ortega en febrero de 1913 a definir ya expresamente la "generaci¨®n del 98" para los intelectuales de edad semejante a la suya a los cuales convoca para hacer "la experiencia mon¨¢rquica", esto es, para acelerar la prevista liberalizaci¨®n del r¨¦gimen vigente.
"Muy distinta es la situaci¨®n que ante los problemas nacionales hab¨ªa adoptado la generaci¨®n finisecular, entre cuyos miembros, el desconcierto originado por la crisis del positivismo no cr¨ªtico, superaba con mucho al impacto que el hecho del desastre pudiera originar sobre ellos. Ortega era perfectamente consciente de esa caracter¨ªstica de la generaci¨®n que le preced¨ªa y expuso con toda claridad las virtudes y tambi¨¦n las limitaciones de aquellos intelectuales en un ensayo de 1913 que no lleg¨® a editarse en aquel momento y cuyo texto s¨®lo hemos conocido ¨ªntegramente en 1960".
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