Doris Lessing, "cronista" de la mujer occidental
La autora de 'El cuaderno dorado' viene a Espa?a para hablar de su obra en Madrid y Barcelona
Doris Lessing, la autora de El cuaderno dorado, visita Espa?a a partir de hoy para dar dos conferencias, una en la universidad Aut¨®noma de Madrid y otra en la Central de Barcelona, cumpliendo as¨ª el viejo sue?o suyo de estar en este pa¨ªs. En la Ciudad Condal, coincidiendo con el D¨ªa del Libro, presentar¨¢ su ¨²ltima novela publicada en Espa?a, La ciudad de las cuatro puertas, que edita Argos-Vergara. La famosa escritora llegar¨¢ hoy a Madrid, donde hablar¨¢ el martes 19. En Barcelona lo har¨¢ el jueves 2 1. El tema de su conferencia versar¨¢ sobre El mundo de la novela. En esta p¨¢gina se describen algunos de los aspectos de su personalidad, cuyo car¨¢cter comprometido est¨¢ vertebrado por la lucidez.
El cuaderno dorado apareci¨® en las librer¨ªas brit¨¢nicas en el a?o 1962, mientras que en las espa?olas se pondr¨ªa a la venia 17 a?os m¨¢s tarde, de la mano de Luis de Caralt, en traducci¨®n de Helena Valenti. Hubo, sin embargo, toda una generaci¨®n que creci¨® a la sombra de esta novela, convertida casi en libro de cabecera fundamental para bastantes mujeres que durante aquel conflictivo per¨ªodo despertaban a una angustiosa problem¨¢tica Vital.Naci¨® en Persia, en 1919, y creci¨® en una granja de la antigua colonia brit¨¢nica de Rodesia, actual Zimbabue, cuyo ambiente utiliza profusamente en su literatura como tel¨®n de fondo sobre el que desarrollar a sus personajes. Tras dos matrimonios fracasados, marcha al Reino Unido en el a?o 1949, donde publicar¨ªa su primera novela, Canta la hierba, un a?o m¨¢s tarde. A partir de este momento inicia un largo proyecto titulado Los hijos de la violencia y constituido por una serie de cinco novelas, la primera de las cua.les ser¨ªa Martha Quest (1952), nombre de su protagonista principal, seguida por Un matrimonio convencional (1954), Al finaldela tormenta (1958), Cerco de tierra (1965) y, finalmente, La ciudad de las cuatro puertas ( 1969). La aparici¨®n de los cinco libros de esta extensa pentalog¨ªa de Lessing se vio salpicada por otras novelas y colecciones de relatos.
Su proyecto m¨¢s reciente es una larga epopeya novelada que agrupa en tres vol¨²menes bajo el t¨ªtulo de Canopus in Argos: archives.
Una relaci¨®n de t?ulos quiz¨¢, sirva para ilustrar la incesante labor creativa de Doris Lessing. Desde la aparici¨®n de su primera novela hasta la actualidad, Lessing ha publicado cerca de una treintena de obras, cuya caracter¨ªstica com¨²n podr¨ªa resumirse con una sola palabra: honestidad. No me refiero simplemente a la actitud ¨¦tica de su ?tutora para con su propio material literario y los problemas que, en diverso grado, han de dilucidar sus protagonistas, sino tambi¨¦n al planteamiento creador de Lessing en el aspecto formal. Si, como tan repetidamente se ha expuesto, el fondo limita la forma, la literatura de Doris Lessing se convierte en un caso verdaderamente paradigm¨¢tico. Su primera producci¨®n se sit¨²a dentro del campo de un realismo que a veces se convierte en algo dif¨ªcilmente digerible en raz¨®n de la minuciosidad narrativa.
Si tomamos la pentalog¨ªa como ejemplo -ya que abarca un per¨ªodo de tiempo lo suficientemente largo como para reflejar tanto su evoluci¨®n estil¨ªstica como sus preocupaciones tem¨¢ticas-, observamos que Martha Quest, quien centra la narraci¨®n de la larga historia- pasa por una serie de etapas -un matrimonio burgu¨¦s fracasado, el despertar de su conciencia pol¨ªtica, el feminismo, el desencanto con el comunismo y el abandono de su pa¨ªs natal- que paulatinamente transforman su psicolog¨ªa para acabar convertida en un ser humano desorientado y perdido en un mundo cada vez m¨¢s agobiado por la amenaza de la guerra y el caos social. Martha sufre per¨ªodos de esquizofrenia, a los que en el aspecto formal corresponde una ruptura estil¨ªstica con el realismo precedente. Es decir, Lessing es consciente de que no todas las situaciones tem¨¢ticas pueden ser narradas sin tener en cuenta la forma de transmisi¨®n. En ninguna de las obras de Lessing es tan evidente el salto del realismo al posmodernismo como en Los hijos de la violencia.
Ejercicio de honestidad
Naturalmente, no siempre tiene ¨¦xito. Pero esta novela que cierra la historia de Martha Quest es un hermoso ejercicio de honestidad personal con respecto a la necesidad de cambios formales derivados de alteraciones psicol¨®gicas o de amenazadores factores externos. Para reflejar el caos de nuestra sociedad industrial avanzada, el peligro de la guerra nuclear, el racismo y la pobreza, Lessing distorsiona el estilo narrativo para enfrentar al lector con una situaci¨®n l¨ªmite.Un ejercicio similar se advierte ya en El cuaderno dorado. Los diversos cuadernos que escribe Anna Wulf -el negro, el rojo, el amarillo y el azul- recogen-diferentes aspectos de una realidad m¨²ltiple. Su experiencia africana, su compromiso con el partido comunista, los problemas relacionados con la creaci¨®n literaria y, finalmente, su propio y minucioso diario personal. Esta, fragmentaci¨®n tiene una relaci¨®n directa con la compartimentaliz aci¨®n de la vida diaria, con la multiplicidad de experiencias superpuestas y la incapacidad de Anna para desligarlas y/o interrelacionarlas. Mas no por ello Lessing abandona el realismo en El cuaderno dorado.
El caos- domina Canopus in Argos de principio a fin. La guerra nuclear que destroza el mundo de Martha en La ciudad de las cuatro puertas aparece como una tremenda hecatombe que sume a la Tierra -el planeta Shikasta- en un estado de confusi¨®n. La historia del planeta narrada desde diferentes puntos de vista que, sin em6argo, son complementarios en la ruptura definitiva con el realismo. El mundo de ficci¨®n cient¨ªfica por el que Lessing ha optado para transmitir al lector esta desesperanzada alegor¨ªa de nuestro mundo futuro no puede ser narrado mediante los recursos formales tradicionales. Por ello no es raro que Lessing se encuentre cercana a un autor tan alejado de su trayectoria como Thomas Pynchon en lo que se refiere a la utilizaci¨®n de t¨¦cnicas posmodernistas para representar un estado de cosas ca¨®tico e incomprensible. De hecho, no es f¨¢cilmente predecible hasta qu¨¦ punto esta decantaci¨®n por recursos no mim¨¦ticos dar¨¢ resultados positivos en la narrativa de Lessing. Tanto Shikasta como Marriages ofrecen caracter¨ªsticas comunes, tanto en forma como en contenido, que, en mi opini¨®n, no son enriquecedoras.
Es de suponer que m¨¢s de una tesis doctoral se habr¨¢ escrito sobre los personajes femeninos de Doris Lessing. En realidad, ser¨ªa un hecho desde todo punto just¨ªficable, porque si su novel¨ªstica ha hallado eco dentro de los c¨ªrculos feministas no es por otra raz¨®n que la solidez y, de nuevo, honestidad con que ha llevado a cabo el trazado de la psicolog¨ªa femenina, sobre todo de la mujer madura y de las crisis que tradicionalmente se han identificado con el final de la juventud. Las hero¨ªnas de Lessing no son paradigmas de nada, ni la autora intenta convertirlas en mod¨¦licas. Son mujeres confund¨ªdas, agobiadas, debati¨¦ndose en muchas ocasiones entre las imposiciones de una sociedad gobernada por los hombres y su propia realizaci¨®n personal, entre sus deberes como madres y esposas y su trabajo, entre la pasividad de la mujer burguesa y el compromiso pol¨ªtico. Sin embargo, estas problem¨¢ticas hero¨ªnas se han convertido con el paso-de los a?os en s¨ªmbolos de una nueva sensibilidad: Rachel Sherban, en Shikasta, y Al. Ith, en Marriages, parecen haber sido elegidas por seres stiperiores para cumplir una misi¨®n reservada para personas con dones fuera de lo com¨²n. Esta raz¨®n, la cercan¨ªa de Martha, Anna o cualquiera de las protagonistas de Lessing a la problem¨¢tica de la mujer media occidental, fue causa de que El cuaderno dorado marcase un hito en la literatura femenina y se convirtiese en punto de referencia para muchas de nosotras, que hemos sufrido y sufrimos crisis existenciales al cuestionar los valores sociales tradicionales. Son unas mujeres que, como su propia autora, constantemente evolucionan, equivoc¨¢ndose a veces, dando palos de ciego al intentar salir de una soledad angustiosa, sufriendo agudas crisis emocionales y psicol¨®gicas, buscando una coherencia personal a veces casi imposible y luchando denodadamente, sin abandonarse al des¨¢nimo, por su supervivencia. Los retratos de mujeres internadas en hospitales psiqui¨¢tricos que Doris Lessing lleva a cabo en La ciudad de las cuatro puertas alcanzan niveles realmente conmovedores al concebir a estos personajes como seres dotados de un poder de percepcion in initamente superior al de las personas consideradas normales. As¨ª, la compasi¨®n, el amor, la generosidad y ¨¦l valor que muestran en situaciones l¨ªmite reflejan simplemente la propia comprensi¨®n de Lessing ante aquellos que han sufrido en sus vidas un desgarramiento interior insoportable.
Esta actitud compasiva de Doris Lessing nos lleva hacia los temas clave de su obra literaria, que no son otros que los que cotidianamente ocupan los titulares de la Prensa: la guerra, el racismo y la injusticia, contrapuestos al compromiso pol¨ªtico necesario para poner fin a tanta desigualdad y miseria. Doris Lessing es una mujer fundamentalmente comprometida con el mundo de nuestros d¨ªas. Y aqu¨ª hay que recordar sus repetidas negativas a aceptar invitaciones para venir a nuestro pa¨ªs durante la dictadura del general Franco. Por esto y por su actitud con respecto a la creaci¨®n literaria es por lo que la considero, en primer lugar, una mujer lo suficientemente honesta como para ni siquiera atreverse a ofrecer soluciones para los angustiosos problemas que plantea en su novel¨ªstica. Se limita a plantearlos en toda su crudeza, a buscar las razones de fondo que los causan, a mostrar a los seres que desgarradamente los sufren. La aparente desinhibici¨®n de su ¨²ltima obra es un reflejo de esta imposibilidad de resolver la disyuntiva entre pasividad-felicidad y compromiso-angustia.
Posiblemente su literatura no sea perfecta. No ha conseguido lo que se podr¨ªa considerar una obra maestra. Su experimentaci¨®n formal no ha alcanzado el nivel de Joyce. Tampoco es otra Virginia Wolf. Pero Doris Lessing ha creado escuela, una de cuyas representantes brit¨¢nicas m¨¢s conocidas es Margaret Drabble. Ha sido y es una escritora fundamental para otras escritoras. El cuaderno dorado seguir¨¢ ley¨¦ndose, y, me atrevo a decir, para nuestras hijas continuar¨¢ siendo un valioso punto de referencia, adem¨¢s de una notable cr¨®nica sobre la mujer occidental durante los dificiles a?os que siguieron a la guerra mundial.
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