Feministas y 'feministos' en la 'tele'
?Qu¨¦ risa, se?or, qu¨¦ risa! Cu¨¢nto nos hizo re¨ªr Xavier Dom¨ªnguez, o como se llame, en el programa de Televisi¨®n Su turno del martes 19 de abril. Su ingenio y su arrolladora simpat¨ªa, que de ning¨²n modo restan profundidad a sus opiniones, fueron una demostraci¨®n improvisada y en directo de c¨®mo un tema serio puede ser tratado en forma amena e inteligente, llegando a tocar el fondo de la cuesti¨®n sin aburrir al p¨²blico con innecesarias solemnidades. Y es que Dom¨ªnguez tiene eso que convierte a las personas en personajes. "Este Xavier es un t¨ªo f¨¢moso", se adivinaba el comentario un¨¢nime de cuantos tuvieran la suerte de seguir la emisi¨®n.Pero, ?ser¨ªa justo, cegados por la brillantez de Dom¨ªnguez, olvidar la aportaci¨®n eximia de Pilar Nervi¨®n, que de ¨¦sta s¨ª estoy seguro de su nombre? No, no lo ser¨ªa. No ser¨ªa justo que la delicadeza de su tono y su exquisita educaci¨®n a la hora de ceder la palabra a sus contertulios nos hicieran pasar por alto la lucidez de sus intervenciones. Con cu¨¢nta raz¨®n y mano izquierda elimin¨® del debate un tema tan ajeno a la supuesta esclavitud de la mujer como es el derecho al aborto. "Ya est¨¢is con la cantinela de siempre", dijo atajando la improcedente cuesti¨®n cuando surgi¨®. Si es que estas feministas son como los de Biafra, ?siempre pensando en comer!Mi memoria flaquea: no puedo recordar el nombre del tercer componente de la mesa. S¨®lo podemos asegurar de ¨¦l que es un hombre preocupado por el tema, como lo demuestra el hecho de haber le¨ªdo un libro (El nuevo desorden amoroso). ?Atenci¨®n mujeres!, cuando se lea otro, puede llegar a convertirse en un aut¨¦ntico demonio.El p¨²blico presente en el estudio dio la medida exacta de su calidad riendo las gracias de los personajes anteriormente descritos y los de la joven promesa de nuestro cine_ Jos¨¦ Sacrist¨¢n ("tengo que decir que la mujer es esclava porque si no la m¨ªa me pega al volver a casa"). Parece mentira, pero la imagen de la mujer con el amena zante rodillo en la mano sigue pro vocando risa (nerviosa, si quieren mi opini¨®n). S¨®lo la presencia de Montserrat Roig y en mayor medida la lecci¨®n de correci¨®n, ecuanimidad y sensatez que dio Carmen Sarmiento nos ofrecen un punto de apoyo para seguir considerando al ser humano como la obra cumbre de la creaci¨®n. /
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