La venganza extranjera
La Vuelta a Espa?a, que se anunciaba interesante por la participaci¨®n m¨¢s lucida de los ¨²ltimos decenios, est¨¢ respondiendo sobradamente a lo que se esperaba. A Marino Lejarreta, ¨ªdolo hasta ayer mismo, le soriar¨¢ desde ahora la Soria de Machado como el lugar donde tuvo uno de sus fracasos m¨¢s sonados.En las grandes rondas por etapas suelen ocurrir estas cosas. El d¨ªa menos pensado, en una jornada te¨®ricamente de transici¨®n, puede darse un vuelco a las clasificaciones si no se est¨¢ atento a los ataques y a las coaliciones. Las etapas sin mucho kilometraje ni dificultades orogr¨¢ficas, con el viento como gran juez, rompen la tranquilidad de la forma m¨¢s inesperada. Ya se vio en Cuenca.
La venganza de los extranjeros fue sonada, aunque Gorospe y Alberto Fern¨¢ndez supieron estar ah¨ª. Por vista, fuerza o informaci¨®n, que de eso se componen las buenas t¨¢cticas en el t¨¢ndem corredor-director. Despu¨¦s, siempre es b¨¢sica la coordinaci¨®n en los relevos de un pelot¨®n, y la de nueve corredores escogidos, como los que integraban el pelot¨®n de cabeza, siempre es mejor que la de un gran grupo.
En ¨¦ste, la formaci¨®n de los abanicos a ambos lados de la calzada es m¨¢s costosa y, adem¨¢s, los compa?eros de los escapados, para favorecer su separaci¨®n, interrumpen el ritmo de los relevos zigzagueando excesivamente o frenando la marcha, casi a modo de bloqueos baloncest¨ªsticos.
El holand¨¦s Kuiper, que se toma estas jornadas como si de una carrera cl¨¢sica de un d¨ªa se tratase -gan¨® recientemente la terrible Par¨ªs-Roubaix-, fue el aliado esta vez de Hinault, que no ha dejado pasar m¨¢s de dos d¨ªas sin tomarse la revancha. No est¨¢ resignado y buena prueba de ello ha sido el pacto. Ayer tir¨® del grupo con fuerza renovada. En cuanto a Saronni logr¨® un l¨®gico segundo triunfo compensatorio de su descolgamiento en la general.
La batalla planteada con un abanico, y gracias al viento, dej¨® casi KO a uno de los importantes rivales espa?oles. Tampoco se puede decir que haya sido decisivo, porque ah¨ª est¨¢ la etapa del lunes, que termina en el Lago Enol, a 1.200 metros de altura y con 1.000 de desnivel en los ¨²ltimos 12 kil¨®metros. Pero ha parecido un simulacro de eliminaci¨®n. Hoy mismo, hasta Logro?o, aunque ya se andar¨¢n con cuidado, puede haber otro peligro para los espa?oles. Ser¨¢n 180 kil¨®metros con tantos descensos como llanos y cualquier descuido puede ser ya irreversible.
Marino est¨¢ en forma, pero no tiene equipo. Y en el ciclismo moderno, planteado ya desde hace a?os de forma bien distinta al antiguo, individualista, no se va a ning¨²n lado sin apoyo. Ni Merckx, siquiera se lo permiti¨®, pues cont¨® con lugartenientes tan sonados como Bruyere o Swerts, y equipos bien armados para todos los terrenos en momentos de apuro. En esto tienen ventaja Gorospe y, sobre todo, Alberto. Pero el asalto de Hinault, a s¨®lo dos minutos, con amenaza diaria, vuelve a ser preocupante.
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