Poes¨ªa catalana en Madrid: Narc¨ªs Comadira
Quiero creer que la lectura de anteayer, en el Ateneo de Madrid, de Narc¨ªs Comadira, abriendo la segunda tanda de las IV Conversaciones sobre joven poes¨ªa espa?ola que coordina Antonio Bestard, es el resultado de un encuentro que hace tres primaveras tuvimos en Barcelona, en la hermosa casa llena de perros de Francesc Parcerisas, unos cuantos poetas de expresi¨®n castellana y catalana.Hubo entonces un clima de amistad, que en muchos casos ya no era nueva, y, sobre todo, la constataci¨®n de que, por encima de lo que tantos simplistas pregonan , y bien lejos de in¨²tiles antagonismos, eran muchas las preocupaciones literarias que nos un¨ªan, y muy comunes, muy cercanos nuestros caminos expresivos. Uno de los poetas que all¨ª estaba entonces, Antoni Mar¨ª, ya dio una conferencia sobre poes¨ªa, en las -creo- III Conversaciones.
Y el otro d¨ªa ley¨® una hermosa ponencia Dolores Oller -Los tres ¨®rdenes de figuraci¨®n en la poes¨ªa moderna-, con un intento final de valoraci¨®n y an¨¢lisis del fen¨®meno nov¨ªsimo, tanto en el ¨¢mbito catal¨¢n como en el castellano, que me parecieron realmente acertados, Antes, Comadira hab¨ªa le¨ªdo una antolog¨ªa biling¨¹e de sus poemas -incluyendo in¨¦ditos de su libro en preparaci¨®n, Enigma-, en catal¨¢n primero, y luego en las versiones castellanas realizadas por Vicente Molina, F¨¦lix de Az¨²a y yo mismo.
Promoci¨®n paralela
Narc¨ªs Comadira (Gerona, 1942) es uno de los poetas m¨¢s importantes, si no el de mayor calado, en la promoci¨®n catalana paralela y hermana de lo que en castellano llamamos nov¨ªsimos o generaci¨®n del 70. Retornando la tradici¨®n europe¨ªsta del 27, en Catalu?a, la de Carner, Riba y J. V. Foix -en el caso de nuestro poeta, muy especialmente la de los dos primeros-, construye, como en castellano, una poes¨ªa de principal¨ªa est¨¦tica, culturalista, abierta a muchas tradiciones (recuperadora del sentido innovador de la tradici¨®n) y hoy ya con evidentes frutos de madurez.
Significativamente, Narc¨ªs Comadira public¨® su primer libro, Amic de plor, en 1970. Y como muchos poetas de la similar generaci¨®n castellana en los ¨²ltimos a?os, edit¨® en 1981 su poes¨ªa reunida hasta el momento, con el hegeliano t¨ªtulo -tan de nuestro mundo- de La llibertat i el terror. Hago este recuento para resaltar lo culturalmente significativo -y cultura es siempre amplitud, cosmopolitismo- de la lectura madrile?a de Narc¨ªs Comadira en el Ateneo.
Volviendo a le, que dec¨ªa al comienzo, me gustar¨ªa que la presencia po¨¦tica y te¨®rica del otro d¨ªa fueran s¨®lo un inicio o acaso un brillante pelda?o. Y que tanto en Madrid como en Barcelona -y ,son s¨®lo ejemplos; por supuesto que hay m¨¢s lugares posibles- se rehiciese el contacto entre dos literaturas y dos mundos a los que casi todo une. Y que, como en la esplendorosa tradici¨®n medieval, cuando los poetas peninsulares acud¨ªan a los consistorios del gay-saber, el esp¨ªritu del poema coincida, universalmente, con el esp¨ªritu de la cultura.
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