La salida del t¨²nel
DESDE HACE casi tres a?os se est¨¢ celebrando en Madrid la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa. Durante largos per¨ªodos parec¨ªa que estaba metida en un t¨²nel sin salida y que s¨®lo serv¨ªa de teatro para discursos propagand¨ªsticos. La opini¨®n p¨²blica lleg¨® a olvidarse de que tal conferencia exist¨ªa. La causa fundamental radicaba, sin duda, en el deterioro de las relaciones Este-Oeste, pero tampoco ayudaba el concepto que el Gobierno de UCD ten¨ªa del papel de Espa?a como anfitri¨®n: nos correspond¨ªa simplemente poner las salas de reuni¨®n y los hoteles; en lo pol¨ªtico ¨¦ramos un pa¨ªs del bloque occidental y nada m¨¢s.Un factor esencial para empezar a salir del atolladero ha sido el grupo de los pa¨ªses neutrales y no alineados que, a partir de un paciente trabajo de consultas y discusiones con todos los participantes, prepararon y sometieron a la conferencia, en marzo del presente a?o, un proyecto de declaraci¨®n (documento RM39-revisado). Primero hubo reacciones de rechazo, tanto en Occidente como en Oriente, pero se impuso luego, en ambos lados, una tendencia a aceptar ese proyecto como base de acuerdo para poder concluir la conferencia antes del verano de 1982. Este proyecto, adem¨¢s de fijar puntos de acuerdo sobre temas esenciales, algunos de ellos como el del terrorismo, no abordados en el Acta de Helsinski, establece un programa de trabajo para los pr¨®ximos a?os, para que el contraste de opiniones pueda continuar en tomo a cuestiones concretas: un foro en Ottawa en 1985 sobre derechos humanos; una reuni¨®n en Atenas en 1984 sobre m¨¦todos de soluci¨®n pac¨ªfica de los conflictos; un foro cultural en Par¨ªs en 1985; un seminario en Venecia sobre cooperaci¨®n econ¨®mica, cient¨ªfica y cultural en el Mediterr¨¢neo, en octubre de 1984; y en Viena, en 1986, la cuarta conferencia, despu¨¦s de las de Helsinski, Belgrado y Madrid.
A partir de una aceptaci¨®n general de los aspectos decisivos del proyecto de los neutrales y no alineados, parec¨ªa que la conferencia pod¨ªa concluirse feliz y r¨¢pidamente. Pero estaba ocurriendo lo contrario: se hab¨ªa encallado, no por desacuerdos sobre, grandes principios, sino por algunas enmiendas concretas, mucho m¨¢s peque?as que los puntos sobre los cuales el acuerdo est¨¢ ya conseguido. Esta coyuntura es la que determina que la iniciativa tomada por el presidente Felipe Gonz¨¢lez, en v¨ªsperas de su salida para Nueva York, sea tan oportuna y, al mismo tiempo, tan necesaria. Sin ella, los delegados podr¨ªan seguir meses y meses metidos en el t¨²nel, intransigencia contra intransigencia. Ahora se empieza a ver la salida.
Aparte de dos cuestiones de adjetivos (sin duda importantes), la iniciativa espa?ola otorga dos satisfacciones equilibradas, una a EE UU, otra a la URSS. La primera consiste en celebrar en 1986, en Berna, una reuni¨®n sobre contactos humanos (reunificaci¨®n de familias, visados, etc¨¦tera). La segunda implica que los occidentales renuncien a una enmienda por la que se prohib¨ªa las interferencias de emisiones de radio, a la que los sovi¨¦ticos se han opuesto firmemente en nombre de la soberan¨ªa de cada Estado.
Est¨¢ adem¨¢s la propuesta de Felipe Gonz¨¢lez de modificar la fecha de la conferencia, prevista en Estocolmo para finales del presente a?o, sobre medidas creadoras de confianza y seguridad y sobre desarme. Antes de tratar de la fecha hace falta destacar que esta conferencia puede ser el resultado de mayor trascendencia de cuanto se ha hecha hasta ahora en cuestiones de seguridad europea. Por primera vez, temas militares de seguridad ser¨ªan tratados en un marco no estrictamente encuadrado en los dos bloques y con la participaci¨®n incluso de los pa¨ªses neutrales y no alineados de Europa. Ello puede abrir nuevos caminos para tratar las cuestiones de la seguridad de nuestro continente. La idea inicial de tal conferencia es francesa, pero hoy existe un consenso general sobre la utilidad de su realizaci¨®n. La propuesta de Felipe Gonz¨¢lez de que se aplace su apertura efectiva de octubre a enero de 1984 (aunque la reuni¨®n preparatoria empiece en octubre) tranquilizar¨¢ sin duda a los norteamericanos, deseosos de evitar por encima de todo que el tema de los euromisiles pueda ser abordado antes de diciembre de este a?o. Pero la importancia en s¨ª de la Conferencia de Estocolmo deber¨ªa llevar, por l¨®gica, a aceptar las propuestas espa?olas, incluso por parte de las delegaciones que tengan objeciones sobre fechas m¨¢s o menos pr¨®ximas. Porque ahora, despu¨¦s de la iniciativa de Felipe Gonz¨¢lez, no se trata ya de continuar discusiones interminables. Espa?a, actuando como un aut¨¦ntico anfitri¨®n, ha presentado la s¨ªntesis susceptible de superar los escollos que a¨²n cierran el camino del ¨¦xito.
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