Para Escobedo, el amor de su mujer era vital, hasta el punto de mitificarla, seg¨²n declar¨® su psic¨®logo
La vista oral de la causa que se sigue contra Rafael Escobedo, presunto autor del asesinato de los marqueses de Urquijo, fue suspendida ayer nuevamente, ya que el informe sobre la prueba de bal¨ªstica solicitada por el abogado defensor no pudo ser presentado a tiempo por la polic¨ªa. Las sesiones se reanudar¨¢n el lunes. El calendario previsto se ve trastocado otra vez. El juicio quedar¨¢ visto para sentencia el mismo d¨ªa 4 o, como mucho, el martes, d¨ªa 5. El tribunal dictar¨¢ sentencia con toda probabilidad antes del d¨ªa 15 de julio.
La conclusi¨®n de la- prueba testifical de la defensa que se hab¨ªa iniciado -y suspendido por incomparecencia de 14 testigos- el lunes consumi¨® menos de dos horas. El presidente del tribunal levant¨® la sesi¨®n a las 12.45. Como en la fecha precedente, la incomparecencia de testigos fue la nota dominante de la jornada. Nueve de aquellos volvieron a faltar ayer a la cita. La presidencia decidi¨® dar por buenas las declaraciones que de ellos constan en el sumario, con independencia de las sanciones que se pueden derivar.De los cinco comparecientes, el testimonio m¨¢s interesante, de cara a los hechos que se juzgan, lo aport¨® el psic¨®logo Juli¨¢n Zamora. Escobedo hab¨ªa acudido a su consulta (en septiembre de 1980, dos meses despu¨¦s de la fecha de los cr¨ªmenes) porque se encontraba deprimido, angustiado e incluso hab¨ªa intentado suicidarse.
Zamora expuso, en resumen, que Rafael Escobedo hab¨ªa mitificado a Miriam de la Sierra; que para el acusado el amor de Miriam era vital, hasta el punto de que su dependencia con respecto a su esposa era cada vez mayor; que la agresividad que esta circunstancia le produc¨ªa se proyectaba hac¨ªa s¨ª mismo y era, por ello, autodestructiva. "Por ello se justifican las tentativas de suicidio, aunque Rafael no se tomaba en serio esto tampoco", a?adi¨® el psic¨®logo.
Necesidad de afecto
Seg¨²n Juli¨¢n Zamora, a Escobedo le salvaba el sentido de la amistad. "Necesitaba b¨¢sicamente el afecto que no tuvo desde ni?o. Cuando la gente le daba la espalda y no le tomaba en serio, se desfondada", a?adi¨®.
Cuando el testigo a?ad¨ªa que "cualquier infidelidad de su esposa le causa un fuerte trauma", el fiscal protest¨® en¨¦rgicamente ya que consider¨® que Zamora se estaba comportando m¨¢s como un perito que como un testigo, protesta que fue admitida.
La prueba testifical se complet¨® con los testimonios de cuatro criados que hab¨ªan trabajado en la casa Urquijo en ¨¦pocas anteriores.
Sus declaraciones no aportaron ninguna novedad, con al excepci¨®n de que dos de ellos negaron que un antiguo empleado hubiera tenido una violenta discusi¨®n con el marqu¨¦s de Urquijo, seg¨²n el administrador, Diego Mart¨ªnez Herrera, hab¨ªa hecho constar en el sumario, debido a que el Manuel de la Sierra hubiera sorprendido al empleado bebiendo agua mineral de una botella que estaba a su exclusiva disposici¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.