Recordando el 23-F

Ante las informaciones, al parecer algo fiables, que se han publicado sobre la posibilidad de indultos individuales a los condenados por el intento de golpe de Estado, deseoexpresar mi opini¨®n como dem¨®crata y como espa?ol. Considero absolutamente il¨®gica e inconsecuente con la actitud y declaraciones del Gobierno la intenci¨®n o el simple estudio de indultos para unos sublevados que han sido hallados culpables de rebeli¨®n en un juicio justo, en el que se ha demostrado (si es que pod¨ªa haber alguna duda) que intentaron acabar con el r¨¦gimen democr¨¢tico y que de hecho secuestraron a periodistas, funcionarios, al Ejecutivo, al legislativo..., y al judicial no porque no lo ten¨ªan a mano, que si no...

?Qu¨¦ motivos se pueden plantear? ?Qu¨¦ razones se pueden esgrimir para indultar a ¨¦sos que quieren una rep¨²blica bananera sin bananas? Dicen que aquello de la reconciliaci¨®n nacional. ?Es que no se percatan de que la inmensa mayor¨ªa ya estaba reconciliada antes de la est¨²pida aventura de esos golpistas? ?Cu¨¢ntas veces habremos de perdonar e indultar en b¨²squeda de la reconciliaci¨®n? Seg¨²n esta regla, cada vez que haya un golpe, en aras de la paz social, debemos olvidar, ignorar, echar tierra...

Si tuviera la certeza, siquier¨¢ la sospecha o al menos la intuici¨®n, de que estos penados no repetir¨ªan su espect¨¢culo tercermundista, de que aceptar¨ªan la Constituci¨®n, yo ser¨ªa el primero en abrir sus celdas y salir abrazado a ellos. Pero, desgraciadamente, no es as¨ª. Est¨¢ claro, clar¨ªsimo, lo han demostrado en sucesivas ocasiones: persisten en su actitud, como si el Gobierno fuese una querencia innata en ellos, como si no pudiesen vivir en un r¨¦gimen que tiene como normas b¨¢sicas el di¨¢logo y la comprensi¨®n. Si no saben, si no quieren dialogar ni comprender, all¨¢ ellos. Deben saber que est¨¢n solos. Podemos perdonar; es m¨¢s, algunos ya hemos perdonado. Pero no podemos indultar, porque esos reos repiten, y no podemos permitimos esos lujos a estas alturas. Hemos conseguido demasiado como para dejar que cuatro locos nos lo quiten. La calle no es suya. Queremos vivir en paz, sin a?os triunfales.

Con el indulto nos jugamos mucho, y tal y como est¨¢n las cosas, mejor no jugamos a la ruleta rusa, porque nos puede tocar. /