La futura Ley de Aguas enfrentar¨¢ a ayuntamientos, diputaciones y confederaciones hidrogr¨¢ficas
Cara a un muy pr¨®ximo futuro -para septiembre u octubre a lo m¨¢s- se va a plantear en Espa?a una verdadera guerra del agua. La Administraci¨®n central ya tiene preparada la ley de Aguas. Una ley de la que se viene hablando desde hace lustros y que nunca lleg¨® a buen puerto. Muchos son los intereses en juego y muy encontrados (ayuntamientos, diputaciones y confederaciones hidrogr¨¢ficas, entre otros), a los que ahora habr¨¢ que sumar los que se deriven de las competencias que en este asunto han o vayan a asumir las comunidades aut¨®nomas, que en muchos casos est¨¢n geogr¨¢ficamente ubicadas en m¨¢s de una cuenca hidrogr¨¢fica. Los trasvases, el caso de las aguas privadas de Canarias, el tratamiento de aguas negras ser¨¢n, entre otros, temas de la mayor conflictividad.
El problema del abastecimiento y saneamiento de aguas en nuestro pa¨ªs es un tema de infraestructura por resolver. Pero el asunto del agua, cada d¨ªa un bien m¨¢s escaso y necesario, no se agota en el abordaje en su problem¨¢tica de abrir el grifo y que mane el preciado l¨ªquido. Ese es un fin ¨²ltimo que debe pasar por un intrincado laberinto de intereses.Hoy el tema del abastecimiento de aguas tiene tres actores o gestores: ayuntamientos, diputaciones y Estado. Ahora se introduce un cuarto elemento gestor: las comunidades aut¨®nomas. Y ya se anuncia el primer gran conflicto. Si la gesti¨®n del agua va a correr a cargo de esas comunidades aut¨®nomas, vamos a asistir a grav¨ªsimos enfrentamientos.
?Qui¨¦n va a mandar en el agua? En primer lugar, el espacio territorial de una comunidad aut¨®noma no coincide con el de las confederaciones hidrogr¨¢ficas. Si el Estado renuncia a una gesti¨®n unitaria e integral de los recursos hidr¨¢ulicos se producir¨ªa un taifas imbebestible. Sobre el tapete un tema trascendental: el de los trasvases. Basta ver lo que est¨¢ sucediendo con el Tajo-Segura para saber que la sangre llegar¨ªa al r¨ªo sin el arbitraje estatal. ?Deber¨ªa tratarse s¨®lo entre las comunidades aut¨®nomas interesadas? Ello llevar¨ªa a que en el Tajo-Segura tendr¨ªan que intervenir cara a cara las comunidades de Castilla-Le¨®n, Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura, por un lado, y las de Murcia, Valencia, Andaluc¨ªa, de otro, cada cual con intereses muy distintos. ?Y qu¨¦ pasar¨ªa ante un trasvase del Ebro a Catalu?a? Catalu?a y la comunidad valenciana contra Arag¨®n, Cantabria, Euskadi, la Rioja y Navarra y hasta parte de Burgos (Castilla-Le¨®n). Y la propia comunidad madrile?a, que absorbe hoy agua de ambas Castillas.
Al parecer, la Administraci¨®n desea llevar esa gesti¨®n unitaria e integral haciendo que haya representantes de las comunidades que compartan competencias, pero impidiendo que las mayor¨ªas se impongan sobre las minor¨ªas. "Hay gestiones compatibles..., pero no compartibles", nos han dicho en el MOPU. "Las confederaciones, un bien antiguo y precursor en toda Europa de la gesti¨®n del agua, no pueden ponerse en peligro ni ser vaciadas de contenido". Esa es la madre del cordero.
Otro grave tema conexo con el discurrir del agua es el de la cada vez m¨¢s necesaria depuraci¨®n de la misma. "No se puede tolerar que tal o cual n¨²cleo industrial, urbano, etc¨¦tera, siga arrojando porquer¨ªa aguas abajo". Una comunidad no se muestra muy sensible con lo que sucede aguas abajo. A ella le importa tan s¨®lo que el agua que recibe est¨¦ limpia y sea salubre.
Mayores medios fiscalizadores
Se considera que el tema del agua es de tal gravedad que el Estado debe tener unos medios fiscalizadores de mayor importancia, dado que en la actualidad se limita a auxiliar para construir las obras necesarias, pero no fiscaliza nada y la gesti¨®n en la explotaci¨®n de las redes de conducci¨®n, tratamiento y depuraci¨®n de residuales es, por regla general, un caos y un despilfarro. "Por ejemplo", nos dec¨ªan en el MOPU, "se sabe que un 20% del agua de Madrid se pierde en las ca?er¨ªas de conducci¨®n y ese porcentaje se eleva al 40% en ciudad como Santiago..., o que Zaragoza pierde agua a punta de pala", por el mismo problema .Otro tema en el que se piensa incidir es en el del mantenimiento y buena conservaci¨®n de los abastecimientos existentes. "Es rid¨ªculo", nos se?alaban, "que un peque?o n¨²cleo urbano intente que un perito conserve en buenas condiciones sus dep¨®sitos 37 vigile su tratamiento y cloraci¨®n, etc¨¦tera. Sus arcas no se lo permiten. Se debe ir a que se mancomunen varios ayuntamientos, pues basta y sobra un perito para atender a las necesidades de todos. Ahora, como no se puede pagar al t¨¦cnico, los ayuntamientos peque?os dejan que la obra se arruine sin vigilancia".
Otra cuesti¨®n que puede levantar enorme polvareda, aunque estrictamente localizada, es el hecho de que las aguas, en el archipi¨¦lago canario, sean en su mayor¨ªa privadas, lo que viene siendo objeto desde hace decenios de los m¨¢s grandes abusos, hasta el punto de que en Canarias conocen a los propietarios de las aguas como "Ios aguamangantes".
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