Son necesarios al menos dos cambios gen¨¦ticos consecutivos para que una c¨¦lula normal se transforme en cancerosa
Investigadores de Estados Unidos y Gran Breta?a han dado un paso m¨¢s en la comprensi¨®n de c¨®mo se desarrolla el c¨¢ncer. Seg¨²n los informes aparecidos en la revista brit¨¢nica Nature, los experimentos realizados han permitido llegar a la conclusi¨®n de que son necesarios al menos dos cambios gen¨¦ticos consecutivos para que una c¨¦lula normal se transforme en cancerosa. Un solo cambio gen¨¦tico no es suficiente, por tanto, para provocar c¨¢ncer, sino que debe ser seguido por otro cambio gen¨¦tico, que puede darse a?os despu¨¦s del primero.Esta nueva investigaci¨®n apoya la tesis mantenida por muchos cient¨ªficos de que el c¨¢ncer se desarrolla por etapas. "Todav¨ªa no conocemos el n¨²mero de etapas que existen", ha se?alado Robert Weinberg, del Massachusetts Institute of Technology. "Pueden ser dos, tres o m¨¢s. En algunos casos, parece claro que solamente dos etapas hacen que una c¨¦lula se encuentre casi al final del camino de convertirse en cancerosa". Sin embargo, Weinberg ha advertido que las investigaciones no tendr¨¢n aplicaciones inmediatas en el tratamiento o prevenci¨®n del c¨¢ncer.
"Estamos empezando a comprender lo que va mal en la maquinaria celular, lo que no quiere decir que sepamos arreglarla". Se?al¨® Weinberg que aunque los cient¨ªficos tienen una vaga idea de los dos procesos gen¨¦ticos, todav¨ªa no saben c¨®mo ocurren. "Ese es el mayor obst¨¢culo conceptual con que nos enfrentamos, y en ese campo no hemos hecho ning¨²n avance".
Los nuevos hallazgos han sido comunicados por dos grupos de investigadores de Estados Unidos y uno de Gran Breta?a, que han trabajado de forma independiente. Los tres grupos utilizaron m¨¦todos experimentales parecidos para demostrar que las c¨¦lulas cultivadas en laboratorio pueden convertirse en cancerosas mediante dos cambios gen¨¦ticos distintos.
En los experimentos se insertaron genes cancerosos, denominados oncogenes, o virus en c¨¦lulas normales. Un grupo de oncogenes hizo que las c¨¦lulas tomaran una forma intermedia en la que mostraron la propiedad de multiplicarse de forma indefinida en el laboratorio, en vez de morir despu¨¦s de varias generaciones, lo que es una caracter¨ªstica esencial de las c¨¦lulas cancerosas.
Un segundo grupo de oncogenes, aparentemente, permiti¨® que las c¨¦lulas ignoraran las se?ales de las c¨¦lulas normales que les rodeaban, que normalmente les hubieran impedido crecer. Seg¨²n Weinberg, el orden de los cambios no es determinante, aunque las investigaciones publicadas en Nature parecen se?alar que, para que una c¨¦lula se multiplique de forma desordenada, primero debe haber, sufrido la transformaci¨®n que le permite multiplicarse de forma indefinida.
Los cient¨ªficos brit¨¢nicos, del Instituto de Investigaci¨®n del C¨¢ncer de Buckinghamshire, Inglaterra, encontraron que si trataban c¨¦lulas normales de hamster con un oncogen no se produc¨ªa ning¨²n cambio. Sin embargo, si estas c¨¦lulas eran tratadas en primer lugar con cancer¨ªgenos qu¨ªmicos, sustancias que se supone pueden causar c¨¢ncer, las c¨¦lulas se convert¨ªan en claramente cancerosas.
En el laboratorio de Weinberg, los cient¨ªficos Harmut Land y Luis Parada encontraron que la aplicaci¨®n simult¨¢nea de dos tipos de oncogenes pod¨ªa convertir en cancerosas c¨¦lulas de embri¨®n de rata, mientras que ninguno de los oncogenes pod¨ªa, por s¨ª solo, producir el mismo resultado.
Earl Ruley, del laboratorio Cold Spring Harbor de Long Island, tambi¨¦n encontr¨® que ciertos virus pod¨ªan causar cambios gen¨¦ticos en las c¨¦lulas. La investigaci¨®n sugiere que los oncogenes pueden ser clasificados en al menos dos categor¨ªas: aquellos que permiten a las c¨¦lulas reproducirse indefinidamente, es decir, las inmortalizan, seg¨²n el t¨¦rmino t¨¦cnico, y aquellos que hacen que las c¨¦lulas puedan ignorar las se?ales que evitan su crecimiento indefinido.
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