Alonso Mar¨ª Calvet
Un ibicenco, orgulloso de haber nacido en 'tierra de libertades', que ha dado a conocer Espa?a a millones de personas
Cuando a Alonso Mar¨ª Calvet, 43 a?os, padre de tres hijos, le preguntan sobre cu¨¢l es la caracter¨ªstica fundamental de las Pitiusas, suele decir sin titubear que la de ser tierra de libertades. Quiz¨¢ por eso este ibicenco emprendedor sigue fiel en su militancia al Partido Dem¨®crata Liberal, por el que es diputado en el parlamento auton¨®mico balear. Todos los a?os 200.000 turistas, la mayor¨ªa de ellos alemanes e ingleses, llegan a Formentera e Ibiza de la mano de Mar¨ª Calvet, que empez¨® instalando una peque?a agencia de viajes en los a?os del desarrollo y hoy puede enorgullecerse de "haber dado a conocer Espa?a a millones de personas".Su historia es la historia de tantos empresarios tur¨ªsticos de este pa¨ªs. Su opini¨®n es que, en contra de lo que se dice, "en las playas de Ibiza no hay contaminaci¨®n, seg¨²n los an¨¢lisis realizados por Sanidad este mismo verano. Otra cosa es el puerto, que s¨ª est¨¢ muy contaminado, pero que se encuentra sometido a obras de saneamiento, de forma que el problema puede resolverse de aqu¨ª a poco tiempo. Y en cuanto a Formentera, la situaci¨®n se controla perfectamente. El turismo", a?ade, "es la principal fuente de ingresos de las Baleares. La industria m¨¢s importante, que puede alcanzar hasta el 90%, del total de las islas, aunque no tengo datos a mano para precisar. Sin el turismo, Baleares no ser¨ªa nada Cuando me preguntan si la afluencia de turismo conlleva la destrucci¨®n del paisaje yo siempre digo lo mismo: si se construye siempre se pierde algo. Sin embargo, aqu¨ª no ha ocurrido como en Benidorm o la Costa del Sol, por poner s¨®lo un ejemplo. Aqu¨ª ha sido todo m¨¢s ordenado, m¨¢s suave".
M¨¢s cerca de Francfort que de Madrid
Mar¨ª Calvet sorprendi¨® a la Prensa y escandaliz¨® a la clase pol¨ªtica cuando, en el comienzo de la transici¨®n y en una reuni¨®n de la platajunta en Madrid, advirti¨® de la necesidad de garantizar la autonom¨ªa de Ibiza y las islas menores. Quiz¨¢ porque sus palabras no fueron bien entendidas, quiz¨¢ porque no fueron bien expresadas, en aquel entonces su protesta frente al peligro de un nuevo modo de centralismo respecto a Palma fue interpretada como el s¨ªntoma de la disgregaci¨®n cantonal que nos amenazaba con el Estado de las autonom¨ªas. Sin embargo, la insularidad supone siempre caracter¨ªsticas propias no suficientemente reconocidas. Ibiza tiene, en las temporadas altas de verano casi m¨¢s vuelos directos con Francfort o Londres que con Madrid y Barcelona, y mejores comunicaciones con el extranjero que con la propia Palma. Como en el caso de ¨¦sta y de Menorca, sus relaciones de todo tipo con Europa no pasan en muchos aspectos, ni prioritaria ni necesariamente, por la Pen¨ªnsula. "En el tema de las autonom¨ªas", a?ade, "en Baleares estamos a¨²n en el per¨ªodo inicial: contamos con un parlamento que a finales de mes comienza su andadura. Creo que la autonom¨ªa es muy beneficiosa. El centralismo de Madrid, no de los madrile?os, imped¨ªa ver las cosas de cerca. Ahora se ven de otra forma y se resuelven con m¨¢s inter¨¦s. El balance es enormemente positivo".Este hombre que ha hecho fortuna con el sol y las playas de Espa?a, defensor convencido de la econom¨ªa de libre mercado, no es sin embargo, un millonario al uso. En los dif¨ªciles a?os de la transici¨®n prestaba sus hoteles para que los comunistas de las islas, a¨²n no legalizados, celebraran su congreso y figuraba beligerante en las filas de una derecha democr¨¢tica y moderna que no se sent¨ªa comprometida con el pasado de la dictadura. Durante a?os presidente del Fomento del Turismo ibicenco aprovech¨® esta instituci¨®n para impulsar en las islas la cultura y el debate de las ideas. Las semanas culturales, que a finales de este mes celebrar¨¢n una nueva edici¨®n, han reunido as¨ª, en una comunidad machacada por un concepto del ocio en ocasiones degradante, a intelectuales, escritores y artistas. Un reducido grupo de personas, y Alonso Mar¨ª entre ellas de forma relevante, se esfuerza por agitar el debate, la investigaci¨®n y la difusi¨®n de la cultura en unas Pitiusas que hoy d¨ªa son pasto de la prensa del coraz¨®n y la jet set de pacotilla. ?l huye de los c¨®cteles organizados por los caciques locales para la clase veraneante y se refugia en la todav¨ªa casi virgen Formentera, en una casa modesta; o en su barco de pesca, que le ha otorgado una de las mayores satisfacciones de su vida: la de poder enganchar una xerna de 40 kilos. Y es que lo que apetece al fin de este pol¨ªtico ibicenco, agitador y peculiar es su permanente huida de palacio, su aspecto de ¨¢crata y de capit¨¢n de las historias de Tin-Tin, sus escapadas del brillo social de las noches ibicencas.
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