Ram¨®n Mateu, un 'monsieur Hulot' buscado por ocho juzgados
Durante tres a?os ha desarrollado una vida monacal rodeado del lujo de la playa francesa de La Grande Motte
Nadie pod¨ªa creer que el "gentil et adorable monsieur Mettens", al que conoc¨ªan cari?osamente como monsieur Hulot -el c¨¦lebre personaje de Tati- tuviera cuentas pendientes con ocho juzgados espa?oles ni que pudiera ser objeto de ning¨²n atentado. En su lujoso refugio franc¨¦s, monsieur Mettens era un hombre respetado.Todos en La Grande Motte niegan que el industrial del transporte fuera secuestrado en la localidad. Fue visto por ¨²ltima vez el martes 20 alrededor de las 10 de la ma?ana. "Se march¨® con su hijo", afirman en la recepci¨®n del hotel. "El muchacho hab¨ªa terminado las vacaciones y deb¨ªa volver al colegio". Era habitual que Mateu acompa?ase a sus familiares hasta alg¨²n lugar pr¨®ximo a la frontera. Ni al mediod¨ªa ni por la tarde regres¨® al hotel. No acudi¨® tampoco al restaurante en el que cenaba a menudo. "Es imposible que lo cogiesen en la calle", afirman los empleados, "le habr¨ªamos visto y le hubi¨¦semos ayudado".
Fue la esposa del secuestrado quien en la tarde del mi¨¦rcoles 21 justific¨® su ausencia. "Nos dijo que monsieur Mettens hab¨ªa sufrido un accidente de autom¨®vil y que deber¨ªa permanecer en el hospital un mes y medio". Acompa?ada de su hija y del esposo de ¨¦sta, recogi¨® todo lo que hab¨ªa en las habitaciones -pertenencias personales y "muchos documentos"-, pag¨® la cuenta y se fue.
600 francos diarios
Ram¨®n Mateu Casadevall, creador del imperio de transportes Mateu y Mateu junto con su hermano Mariano, lleg¨® a La Grande Motte en la primavera de 1980. Por su condici¨®n de "cliente habitual" de la cadena de hoteles Frantel, una de las m¨¢s importantes de Francia, no tuvo que presentar ning¨²n documento de identidad personal.
Monsieur Mettens fue instalado en un peque?o apartamento con dos habitaciones, en la octava planta del hotel. Amueblado de forma funcional con elementos de formica, Mateu pagaba por ¨¦l unos 600 francos diarios. Minibar, televisi¨®n en color, radio, tel¨¦fono directo y una espl¨¦ndida panor¨¢mica sobre el puerto eran las ¨²nicas comodidades de que dispon¨ªa. Para los empleados del hotel, era "un buen cliente". Jam¨¢s se quejaba de nada, afirman. Era amable, extremadamente educado y ofrec¨ªa excelentes propinas. Todos los meses entregaba un sobre en recepci¨®n y otros en el bar, en el comedor, al personal de limpieza. Sus relaciones con los clientes no iban m¨¢s all¨¢ de lo que exigen las reglas.
Mateu pasaba en La Grande Motte nueve meses al a?o. El resto viv¨ªa en un hotel de la misma cadena situado en Montpellier, a 19 kil¨®metros. Aunque todos admiten haber hecho comentarios sobre los motivos de la presencia de Mateu en la localidad, nadie reconoce haber estado al corriente de su verdadera personalidad. "Sab¨ªamos que era espa?ol por la matr¨ªcula de su Mercedes", se?ala la mayor¨ªa. Algunos aventuran que "cre¨ªamos que era un experto en transportes internacionales". Todos justifican su ignorancia diciendo que "como no explicaba nada y pagaba puntualmente sus facturas, no ten¨ªamos ning¨²n derecho a inmiscuimos en su vida privada".
Los ¨²nicos vicios que se le conocen a Mateu en Francia son los cigarros, que "formaba cont¨ªnuamente". Jam¨¢s fue visto en el casino ni en compa?¨ªa de ninguna joven que no fuera una de sus hijas. Las visitas de su esposa y de sus familiares eran "su ¨²nico aliciente". Entonces cambiaba completamente. Parec¨ªa otro hombre. Su semblante, habitualmente serio, se tornaba alegre. Se mostraba mucho m¨¢s comunicativo. Se sent¨ªa feliz. Todos los viernes abandonaba el ho-
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Viene de la p¨¢gina 26tel a primeras horas de la tarde y volv¨ªa con su esposa al atardecer. "Suponemos que iba a buscarla a la frontera. Le tra¨ªa siempre muchos papeles en los que trabaja durante la semana".
El trabajo era la principal ocupaci¨®n de monsieur Mettens. Trabajaba hasta 10 y 12 horas al d¨ªa y por la noche bajaba a hacer fotocopias. En algunas ocasiones hac¨ªa m¨¢s de 200. Tuvimos que cambiar la m¨¢quina del hotel". Efectuaba numerosas llamadas telef¨®nicas y recib¨ªa innumerables comunicaciones desde "Espa?a y de otros lugares". Jam¨¢s recib¨ªa ninguna visita que no fuera de alg¨²n familiar. Estaba al tanto de la actualidad espa?ola a trav¨¦s de La Vanguardia y Abc, peri¨®dicos a los que estaba suscrito con el nombre de Mettens.
El escaso tiempo libre que se conced¨ªa lo ocupaba Ram¨®n Mateu en tumbarse en la piscina o pasear por los alrededores del hotel. Por la noche acud¨ªa a cenar a un restaurante pr¨®ximo. "Ven¨ªa siempre solo. Jam¨¢s entablaba conversaci¨®n con el resto de los comensales. No com¨ªa demasiado y lo hac¨ªa de forma sencilla. Era un hombre tranquilo y amable", concluye la propietaria de lugar. El recepcionista confiesa que "pagaba sus facturas cada 15 d¨ªas en met¨¢lico o con una tarjeta American Express extendida a nombre de Mettens". ?ste es el ¨²nico documento que con su falsa identidad ha mostrado Mateu en La Grande Motte.
Gorro, gabardina y bast¨®n
Para algunos, monsieur Mettens era tambi¨¦n monsieur Hulot. Su alta estatura, el peque?o gorro, la gabardina, el libro o el peti¨®dico bajo el brazo, el bast¨®n del que se ayudaba para pasear por el puerto en los atardeceres de oto?o, as¨ª como su paso cansino, reposado, les recordaba al c¨¦lebre personaje de Jacques Tati. Otros lo identificaban, por su porte distinguido y elegante, con el general Charles de Gaulle. En La Grande Motte, el dorado refugio franc¨¦s de monsieur Mettens, el destino de Ram¨®n Mateu ha sido un gran sorpresa. Nadie comprende c¨®mo un hombre tan "bueno, amable, educado y generoso" puede haber hecho "lo que dicen los peri¨®dicos que ha hecho".
Creada en 1965 como consecuencia de un decreto firmado por Charles de Gaulle, La Grande Motte es uno de los principales centros tur¨ªsticos de la zona denominada Languedoc-Rousillon. Ocupa 150 hect¨¢reas ganadas al mar y a las marismas. Dise?ada por el arquitecto Balladur, cuenta con amplios espacios y todo tipo de servicios, palacio de congresos, auditorio, casino, zonas deportivas.
Las construcciones, todas realizadas bajo los c¨¢nones establecidos por el autor del proyecto, guardan una perfecta armon¨ªa. En edificios de forma piramidal se sit¨²an los cientos de apartamentos destinados a veraneantes de clases media y media alta. Cuenta con gran n¨²mero de restaurantes, bares y lugares de diversi¨®n. El sector comercial tiene una importancia menor.
Toda la ciudad mira a un amplio puerto deportivo en el que se encuentran amarradas gran cantidad de embarcaciones, desde peque?os barcos de vela a yates de hasta 15 metros de eslora. Los deportes n¨¢uticos son uno de los principales alicientes tur¨ªsticos que ofrece esta localidad costera, ya que sus playas poco profundas y de arenas muy finas resultan algo inc¨®modas. La poblaci¨®n fija de la localidad, alrededor de 4.800 personas, aumenta hasta 80.000 en los meses de verano.
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