Editores y Administraci¨®n est¨¢n obligados a participar en la tercera revoluci¨®n industrial

La Administraci¨®n tiene la obligaci¨®n de empujar el carro para llegar a la cultura tecnol¨®gica, y los editores tienen la responsabilidad hist¨®rica de contribuir a que Espa?a no sea excluida de la tercera revoluci¨®n industrial. Con estas palabras, el ministro de cultura, Javier Solana, clausur¨® el viernes el seminario dedicado a edici¨®n electr¨®nica y nuevos medios, que a lo largo de la semana se ha celebrado en el Liber 83 que hoy, domingo, cierra sus puertas.

La revoluci¨®n cient¨ªfico-tecnol¨®gica de la que antes hablaron el ensayista Juan Cueto y el apoderado de la editorial Salvat, Ra¨²l Rispa, "no es ajena para los que estamos comprometidos con la difusi¨®n de la cultura", a?adi¨® Solana, "y nuestro gran aliado est¨¢ en los nuevos medios de impresi¨®n".Juan Cueto, en un galopante y rico discurso, se refiri¨® al alcance de la revoluci¨®n cient¨ªfica y tecnol¨®gica y al alcance de ¨¦sta dentro de la industria editorial, afirmando que ya est¨¢ dise?ado el nuevo paisaje de la cultura contempor¨¢nea. Afirm¨® que, guste o no guste, los cambios est¨¢n ah¨ª y que frente a ellos se mantienen resistencias que son secuelas del pensamiento ya caduco de la Escuela de Francfort (Marcuse, Adorno) por las que son muchos los que siguen creyendo que el peligro cultural est¨¢ en el medio (en la tecnolog¨ªa) y no en el contenido.

Carencia de pol¨ªtica nacional

"No hay cultura viva a espaldas de la cultura tecnol¨®gica", afirm¨® Cueto, "y nuestros administradores no pueden ignorar que la modernizaci¨®n de un pa¨ªs pasa por la renovaci¨®n de la cultura". Y concluy¨® Cueto, quien dijo hablar como patriota, diciendo que "la modernizaci¨®n cultural debe hacerse tambi¨¦n, y sobre todo, desde la Administraci¨®n del Estado".

Ra¨²l Rispa, apoderado de la editorial Salvat, intervino en representaci¨®n de los editores. Record¨® a Hegel para se?alar que cuando la humanidad lo necesita, la t¨¦cnica comparece. Luego ilustr¨® el problema de la supuesta amenaza de la revoluci¨®n tecnol¨®gica frente al libro, recordando la famosa an¨¦cdota de los Juanes: Juan Gutenberg y Juan de Torquemada, cuando este ¨²ltimo exig¨ªa la persecuci¨®n de la letra impresa porque acabar¨ªa con la cultura de los c¨®dices y de los monasterios.

"Esta revoluci¨®n industrial no viene a matar nada y, desde luego, no es una amenaza para el libro, sino todo lo contrario, porque ayudar¨¢ y liberar¨¢ a ¨¦ste de tareas rutinarias ante las que se ha convertido en un instrumento ya sobrecargado".

"Nos encontramos ante un reto y una oportunidad hist¨®rica", record¨® Rispa en presencia del ministro, "y Espa?a no puede permitirse el lujo de quedar al margen de la tercera revoluci¨®n tecnol¨®gica".

Critic¨® despu¨¦s la ausencia de una pol¨ªtica nacional de informaci¨®n bien entendida, capaz de asegurar el libre flujo de los contenidos editoriales".

El seminario dedicado a las nuevas tecnolog¨ªas ha constituido una de las actividades m¨¢s importantes de Liber 83. Por un lado, ha ofrecido una secci¨®n de editoras electr¨®nicas, novedad absoluta en este tipo de cert¨¢menes, y, por otra parte, ha contado con un seminario en el que los participantes se han referido a la cultura de los microfilmes, terminales de datos, los sistemas integrados, videotex, videodiscos o microordenadores personales en su aplicaci¨®n industrial.

Una exposici¨®n editorial sobre el funcionamiento de estos sistemas (b¨¢sicamente en lengua inglesa) ha servido como gu¨ªa orientadora para el uso de estos cada vez menos nuevos medios.

El tema se ha enfocado desde la perspectiva de que se trata del momento m¨¢s importante desde la revoluci¨®n de Gutenberg, se?alando que el libro renuncia a su condici¨®n de se?or feudal para democratizarse y convertirse en un instrumento m¨¢s de informaci¨®n. La conclusi¨®n general es que Espa?a, quinta industria editorial del mundo, con un mercado de trescientos millones de castellanohablantes, tiene las posibilidades, pero le falta la tecnolog¨ªa, y es ah¨ª donde se reclama la intervenci¨®n de la Administraci¨®n, en base a la responsabilidad hist¨®rica contra¨ªda con sus ciudadanos.

El ejemplo de la CEE

Las peticiones de los editores a la Administraci¨®n para asumir dignamente esa responsabilidad ser¨ªan las mismas que rigen en los pa¨ªses integrados en la Comunidad Econ¨®mica Europea.

Para renovar tecnol¨®gicamente las empresas, y con garant¨ªas de que no se produzcan despidos, piden cr¨¦ditos con un plazo de devoluci¨®n de seis a?os y un inter¨¦s bajo, desarme arancelario para poder importar los equipos con los que actualizar las empresas, y que en estos momentos suponen una fuerte traba, y subvenciones de hasta el 20% para la edici¨®n de nuevos contenidos.