Melodrama y humor

Pertenece esta pel¨ªcula a uno de los mejores per¨ªodos de John Ford. Flanqueada aproximadamente por Las uvas de la ira y Qu¨¦ verde era mi valle, es decir, por sus mejores filmes sociales, Ford prolong¨® en cine el que ya se hab¨ªa convertido en uno de los mayores ¨¦xitos de Broadway, basado a su vez en la novela de Caldwell, que retrataba por vez primera el deprimido mundo blanco del Sur.Han pasado ya los a?os de esplendor y la primitiva ruta del tabaco ha tomado direcciones distintas. Los habitantes de las peque?as localidades de Georgia que rodeaban la vieja ruta han debido emigrar; cuantos permanecen en sus viejas casas, sin trabajo ni objetivos, son v¨ªctimas del hambre y el aburrimiento. De entre ellos destaca el viejo Jeeter Lester, empe?ado en sobrevivir en una tierra hostil que ni siquiera es suya. Hombre tierno y perezoso, que se disculpa con la falta de ayudas econ¨®micas con que reiniciar sus trabajos en el campo, es el s¨ªmbolo de un pasado del que en la pantalla no aparecen m¨¢s que sus reliquias. ?l es la pel¨ªcula: sus miedos, sus mentiras y su ingenuidad.

Charley Grapewin realiz¨® un trabajo admirable. P¨ªcaro, cachondo, desvalido, sentimental y ego¨ªsta, aporta a su personaje una fascinante humanidad: impensable ser¨ªa el film sin su intervenci¨®n, y aunque no desmerezca a su lado ning¨²n otro actor del reparto (la espl¨¦ndida belleza de Gene Tierney est¨¢ aqu¨ª mejor aprovechada), ¨¦l conduce el tim¨®n de ese filme ins¨®lito, en el que el melodrama se mezcla con el absurdo y la cr¨®nica social con el humor.