Los sistemas complementarios de la Seguridad Social
El sistema espa?ol de prestaciones sociales gira b¨¢sicamente alrededor de la Seguridad Social, teniendo los sistemas complementarios un car¨¢cter puramente marginal. Esta situaci¨®n contrasta con las de otros pa¨ªses industrializados en las que las prestaciones derivan de soportes diferenciados. As¨ª, en un primer tramo, lo que podr¨ªa llamarse coberturas m¨ªnimas corren a cargo del Estado, mientras que los complementos se cubren en base a la acci¨®n conjunta del propio Estado, los trabajadores y las empresas. De esta forma, la Seguridad Social de pa¨ªses m¨¢s desarrollados industrialmente que el nuestro garantizan unas prestaciones inferiores a las espa?olas. La situaci¨®n adquiere unos matices especiales al considerar que el sistema espa?ol se basa en el reparto, es decir, sobre presupuestos anuales cuyo origen son las recaudaciones del propio a?o, en lugar de los sistemas m¨¢s consolidados de capitalizaci¨®n.Estos planteamientos han dado lugar a la generaci¨®n de sistemas complementarios a la Seguridad Social en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos y en Estados Unidos, que han alcanzado vol¨²menes realmente sorprendentes. La materializaci¨®n de estos sistemas normalmente se ha realizado a trav¨¦s de los fondos de pensiones, constituidos en aut¨¦nticos colosos financieros en una buena parte de estos pa¨ªses. Tan s¨®lo Francia mantiene un sistema equivalente al espa?ol, aunque las prestaciones patrocinadas por el Estado resultan inferiores.
De la importancia que han alcanzado con el paso de los a?os los fondos de pensiones da idea el hecho de que en 1980 el patrimonio de estos fondos en Estados Unidos ascend¨ªa a 165 billones de pesetas, cifra equivalente al 42% del Producto Nacional Bruto (PNB) norteamericano, y al 70% de la capitalizaci¨®n burs¨¢til total en el mercado de valores de Nueva York.
Inter¨¦s de los medios financieros
Esta situaci¨®n no resultaba privativa de Estados Unidos. En el Reino Unido, los vol¨²menes totales que manejaban los fondos de pensiones en el mismo a?o, seg¨²n un trabajo de Mariano Rabad¨¢n, presidente de Inverco, representaban unos 215.000 millones de d¨®lares, equivalentes al 106% de los t¨ªtulos cotizados en la Bolsa de Londres. En la Rep¨²blica Federal de Alemania y en Holanda, estas cifras se aproximaban a los 100.000 millones de d¨®lares, lo que a su vez representaba el 127% y el 333% de las capitalizaciones burs¨¢tiles de Frankfurt y Amsterdam, respectivamente.De estos impresionantes vol¨²menes manejados se extrae la importancia de estos fondos en sus respectivos pa¨ªses. Por ello, en Espa?a, existe un notable inter¨¦s en los medios financieros por conseguir que los fondos d¨¦ pensiones se constituyan en una realidad lo antes posible. Bancos, compa?¨ªas de seguros, sociedades de inversi¨®n mobiliaria, y las propias bolsas de comercio vienen realizando amplios despliegues cuyo objeto es presionar a la Administraci¨®n para agilizar los tr¨¢mites legales, y conseguir un tratamiento fiscal comprensivo.
En los pa¨ªses occidentales existen dos sistemas fundamentales de concepci¨®n de los fondos de pensiones: los externos a las empresas y los internos. Y dentro de ellos, adem¨¢s, se da una subdivisi¨®n entre los que aseguran sus prestaciones, y los que no lo hacen. Los fondos externos a las empresas son los que se constituyen al margen de las masas patrimoniales de las compa?¨ªas, aunque ¨¦stas hayan realizado aportaciones a los mismos. Los internos son los que se ven integrados en sus patrimonios, y normalmente se corresponden con sistemas pr¨¢cticamente gratuitos y que permiten a las compa?¨ªas un margen relativo de elusi¨®n fiscal.
Los gestores y depositarios de los fondos de pensiones var¨ªan seg¨²n los pa¨ªses. As¨ª, en Estados Unidos son los sindicatos los que ocupan un papel relevante en la constituci¨®n y gesti¨®n de estos instrumentos. En Alemania, sin embargo, y por razones de la antig¨¹edad con que cuentan, comparten este liderazgo compa?¨ªas de seguros y los propios sindicatos. En el resto de los pa¨ªses se suelen intercalar las compa?¨ªas de seguros con los gestores profesionales, aunque acostumbra a figurar un depositario institucional solvente, que es quien garantiza la existencia de las masas patrimoniales declaradas.
Otra de las peculiaridades que presenta la Seguridad Social espa?ola en relaci¨®n a las de otros pa¨ªses europeos es la relativamente baja aportaci¨®n del Estado en la financiaci¨®n del organismo. En nuestro pa¨ªs, el 80% de los gastos de Seguridad Social se financian mediante las aportaciones de las empresas y los trabajadores, quedando algo menos del 20%. restante a cargo del Estado. Esta situaci¨®n s¨®lo es comparable con la francesa, que presenta una relaci¨®n similar, puesto que en pa¨ªses como Dinamarca la aportaci¨®n estatal alcanza el 84% en el Reino Unido, el 39%, y en la Rep¨²blica Federal de Alemania, el 29%.
Un paralelismo similar, pero en sentido inverso se da en el nivel de prestaciones. As¨ª, mientras el r¨¦gimen obligatorio de la Seguridad Social espa?ola viene a garantizar el 81,7% de las prestaciones a las salarios del orden de 1,2 millones de pesetas anuales, solamente un pa¨ªs como Suecia es capaz de ofrecer un porcentaje similar.
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