F¨®rmula 'pos'
Mi teor¨ªa es que ya no hay teor¨ªa. O que hay tantas, tan insumables e infumables teor¨ªas a la vez, que es como si no hubiera ninguna. Eso puede ser un s¨ªntoma del muy complejo esp¨ªritu del tiempo actual, sobre el que convendr¨ªa reflexionar de cuando en cuando sin telara?as castizas, pero eso no es motivo para colgarle el sambenito pos a todo lo que ocurre en Madrid, especialmente al anochecer.Porque de repente todo es pos. Esas moderneces adversas que reinan por unas horas en el hipermercado, los dise?os faltos de sintaxis que plagian en m¨²ltiples direcciones opuestas, los ya redundantes sonidos furiosos que articulan el pelmazo-hilo musical, las cazadoras de cuello m¨®vil y cremalleras m¨²ltiples, ciertos versos comunicantes de ne¨®n, cualquier frecuencia modulada con marcha, esa circular est¨¦tica adoles cente de cerveza y decibelios, jerga y bares, una novela con nudo e inh¨®spita, una dura cabeza antimacavi en agfacolor y una vena zurcida, ese gesto peliculero, atrapado en las reposiciones televisivas, lo que te apetezca, muchacho.
Si no tienes nada que decir y encima est¨¢s ocioso, Ie cuelgas el prefijo de moda a la primera ocurrencia, y ya est¨¢s en la onda media de la posmodernidad, listo para conjurar el vergonzante provinciano que llevas dentro. El caso es circular por la noche madrile?a enganchado con imperdibles y cremalleras a la f¨®rmula pos. Lo dem¨¢s se te dar¨¢ por a?adidura.
Lo curioso es que ahora todo es pos menos aquellas cosas que verdaderamente exigen tal prefijo. El nuevo sambenito naci¨® -de todo hace 20 a?os- pata adjetivar una concreta arquitectura inadjetivable, para nombrar la liquidaci¨®n por derribo de los valores econ¨®micos y morales de la segunda industrializaci¨®n, para delatar la ca¨ªda en picado de los ismos ideol¨®gicos sesentones, para despedir la vanguardia, para se?alizar el desconcierto en el que andan atrapadas las ciencias blandas. Naci¨® elpos de las entra?as de la complejidad y resulta que aqu¨ª, pero s¨®lo aqu¨ª, le colgamos la f¨®rmula a los signos m¨¢s externos de la simplicidad noct¨¢mbula. En rigor, la ¨²nica posmodernidad de la noche madrile?a es Tierno Galv¨¢n: ese sincretismo tan excelente e irrepetible entre las viejas ideas y las nuevas ocurrencias.
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