La crisis desempolva la olvidada panacea de los pantanos
El aumento del precio de los crudos obliga a reactivar el plan de construcci¨®n de nuevas presas, hasta ahora congeladas
De 1940 a 1970 aument¨® la capacidad de embalse en un 942%, pero desde hace diez a?os la construcci¨®n de pantanos se ha paralizado. El par¨®n tuvo su origen en el menor costo del petr¨®leo frente a las otras fuentes de energ¨ªa. Pero la crisis del a?o 1973 cambi¨® radicalmente el panorama y ahora comienzan a pagarse las consecuencias. El programa de nuevas presas pretende incrementar la capacidad de agua embalsada en un 60%. Parte de las nuevas obras iniciadas pertenece a presas inconclusas que hab¨ªan quedado abandonadas.
En 1940, la capacidad de embalse de nuestras presas era de tan s¨®lo 3.930 hect¨®metros c¨²bicos; en 1950, esa capacidad se hab¨ªa duplicado; en 1956, triplicado; en 1960, multiplicado por seis, y en 1970 era de 37.033 hect¨®metros c¨²bicos; es decir, que con respecto a 1940 se hab¨ªa aumentado en un 942%. Desde 1970 a finales de 1982 el aumento fue tan s¨®lo del 114,8%, al pasar de los expresados 37.033 hect¨®metros c¨²bicos a 42.528. Pr¨¢cticamente, la construcci¨®n de nuevos embalses permaneci¨® poco menos que est¨¢tica, debido a que los precios de los crudos resultaban m¨¢s baratos que los provenientes de la energ¨ªa hidroel¨¦ctrica o t¨¦rmica convencional (carb¨®n). Pero tras la crisis petrol¨ªfera de 1973, el panorama ha cambiado totalmente.El panorama actual parece indicar que ha sido un grave error de anteriores Gobiernos el congelar pr¨¢cticamente la construcci¨®n de presas para abastecimiento hidroel¨¦ctrico. Un error que se est¨¢ pagando muy caro, pues la puesta en servicio de nuevas centrales hidroel¨¦ctricas ahorrar¨ªa al erario p¨²blico la importaci¨®n de no menos de 10 millones de toneladas de crudos, que representa, aproximadamente, un cuarto de nuestra factura energ¨¦tica, que se sit¨²a en estas fechas en 2.500 millones de d¨®lares, es decir, que Espa?a podr¨ªa ahorrarse 387.500 millones de pesetas si su sistema hidroel¨¦ctrico fuera explotado al l¨ªmite del aprovechamiento de nuestras corrientes fluviales, aprovechadas en t¨¦rminos no potencialmente exhaustivos, sino s¨®lo competitivos con otras energ¨ªas -importadas- alternativas (fuel y carb¨®n).
M¨¢s de un t¨¦cnico -socialista- ha indicado que entra dentro de lo l¨®gicamente probable el que, am¨¦n de la baratura de los crudos antes de 1973, influyera en el par¨®n, en el stop dado a nuevas construcciones de presas hidroel¨¦ctricas, el que uno de los hechos m¨¢s notorios -y chistosos- de la etapa franquista se caracterizara precisamente por el constante cortar cintas en la inauguraci¨®n de nuevos embalses. "Por algo", me se?alaban, "se denominaba al anterior jefe del Estado como Paco el Rana". Esto es un chiste, pero es una realidad. A Dios lo que es de Dios y al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar. Y hoy, en un programa acelerado, se van a intentar subsanar nuestros m¨²ltiples fallos en materia de pol¨ªtica energ¨¦tica mediante un programa de infraestructura hidr¨¢ulica que puede resumirse conforme al cuadro adjunto.
De estas presas en marcha, 11 est¨¢n previstas para que sirvan al abastecimiento de las ciudades.
Aumentar la capacidad
En resumen, seg¨²n las previsiones del Plan Cuatrienal de Obras Hidr¨¢ulicas -todav¨ªa no hecho p¨²blico, y que se ultim¨® el pasado mes de septiembre-, se pretende que para el pr¨®ximo horizonte de 1986 los embalses en construcci¨®n -que albergar¨¢n 4.234 hect¨®metros c¨²bicos- y los embalses en proyecto -que podr¨¢n contener 25.208 hect¨®metros c¨²bicos- hagan que se aumente en un 59,27% nuestra actual capacidad te¨®rica de embalse.Claro es que en el plan cuatrienal es imposible alcanzar dicho volumen: en la actualidad hay en ejecuci¨®n 31 presas, con una capacidad m¨¢xima de embalse de 2.936 hect¨®metros c¨²bicos, que se terminar¨¢n en el cuatrienio 1983-1986, y a ese volumen se a?aden otras 25 presas, que totalizan una capacidad de embalse de 4.887 hect¨®metros c¨²bicos (un 12% m¨¢s de la cantidad te¨®rica de 1982).
La actuaci¨®n prevista afecta particularmente a aquellas cuencas hidrogr¨¢ficas con graves carencias: fundamentalmente, a las cuencas del Guadiana, del Guadalquivir, meridional, del Segura, del J¨²car y de los Pirineos (Catalu?a). Por esta raz¨®n, entre las presas que figuran en el programa para el cuatrienio 1983-1986 se presta especial atenci¨®n a incrementar la regulaci¨®n en las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir. Las obras propuestas para estas dos cuencas representan un incremento de la capacidad de embalse de 6.000 y de 3.000 hect¨®metros c¨²bicos, respectivamente. En las cuencas meridional, del J¨²car y del Pirineo oriental (Catalu?a) es notablemente inferior, por tener ya estas tres cuencas muy limitadas posibilidades de, actuaci¨®n, siendo las del Segura pr¨¢cticamente nulas, y con respecto a Catalu?a, s¨®lo ser¨¢ posible la construcci¨®n del embalse de Sorba o el de la Llosa del Cavall (de una capacidad de 150 hect¨®metros c¨²bicos).
Dos cuencas beneficiadas
De las 31 presas actualmente en construcci¨®n, una est¨¢ en Oviedo, otra en Pontevedra, otra en Le¨®n, otra en Burgos, tres en Guadalajara, dos en C¨¢ceres, dos en Badajoz, 10 en Andaluc¨ªa, una en Soria, tres en Arag¨®n y cinco en Canarias. En cuanto a las presas a contratar desde este a?o de 1983 -y cuya terminaci¨®n est¨¢ prevista en 1986-, figuran siete en Extremadura, 13 en Andaluc¨ªa, una en Salamanca y dos en Navarra, m¨¢s otra en Zaragoza. Con respecto a los embalses cuya iniciaci¨®n est¨¢ prevista en el citado cuatrienio 1983-1986, 14 se ubican en Extremadura, seis en Andaluc¨ªa, dos en Navarra, dos en Catalu?a, 10 en Castilla la Vieja-Le¨®n, dos en Castilla la Nueva-La Mancha, uno en Oviedo, uno en Euskadi, uno en Murcia, uno en Valencia, uno en Logro?o y dos en Arag¨®n. Las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir, como queda ya expresa do, ser¨¢n las m¨¢ximas beneficiadas, al ser hoy las m¨¢s desatendidas, seg¨²n se ha puesto de manifiesto por estos cinco a?os consecutivos de sequ¨ªa. Son, pues, estas dos cuencas las m¨¢s beneficiadas, con una nueva capacidad de embalse antes de 1986 de 426 y 850 hect¨®metros c¨²bicos, respectivamente.
Necesidad de trasvases
El ya citado Plan Cuatrienal de Obras Hidr¨¢ulicas no nombra ni se mete en el resbaladizo tema de los trasvases de agua de una cuenca a otra. S¨®lo tiene una escasa referencia et¨¦rea y sin atreverse a anticipar nada. Dice as¨ª la ¨²nica menci¨®n al tema:"En todo el mundo, las transferencias de agua entre cuencas han sido y seguir¨¢n siendo un medio para incrementar los recursos hidr¨¢ulicos donde son necesarios, pero, en todo caso, deben ser consideradas como un medio no convencional y, por tanto, ser estudiadas con una metodolog¨ªa m¨¢s compleja y amplia que la de las evaluaciones econ¨®micas convencionales de recursos propios. Deben ser analizadas cuidadosamente y evaluadas las posibles influencias negativas sobre el medio ambiente y la ecolog¨ªa, y deben ponerse las medidas adecuadas para eliminar o reducir al m¨ªnimo dichas influencias. En todo caso, no han de ser las condiciones hidrol¨®gicas las determinantes de la pol¨ªtica hidr¨¢ulica, sino que, por el contrario, ¨¦sta debe supeditarse a la pol¨ªtica de ordenaci¨®n del territorio y plantear como criterio prioritario la utilizaci¨®n in situ de los recursos naturales. No obstante, la inercia de los procesos demogr¨¢ficos, la libertad de residencia, reconocida en la Constituci¨®n, y otros factores condicionantes de la localizaci¨®n de actividades econ¨®micas hacen que no se pueda excluir radicalmente la participaci¨®n en el uso de un recurso esencial, que deber¨¢ llevarse a cabo siempre en un marco de solidaridad y de beneficio para todos los afectados".
Esto equivale a no decir nada... Mas si tenemos en cuenta que las aguas hac¨ªa Catalu?a s¨®lo ver¨¢n incrementarse su potencial en 150 hect¨®metros c¨²bicos -seg¨²n las previsiones, al haberse agotado la posibilidad de incrementar los recursos-, es f¨¢cil concluir que en un plazo m¨¢s o menos corto -muy dependiente de condicionamientos o planteamientos pol¨ªticos-, el controvertido trasvase del r¨ªo Ebro a Barcelona ser¨¢ un hecho en un per¨ªodo de tiempo no largo, y que si no se ha planteado ya ha sido porque la crisis econ¨®mica que arrastramos desde 1973 ha hecho que el crecimiento poblacional e industrial de Catalu?a se haya visto, en el primer caso, muy disminuido, y en el segundo, tenga car¨¢cter regresivo. Pero habr¨¢ nuevos trasvases.
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