Una urgente investigaci¨®n

En un plazo escaso de dos semanas, el aeropuerto y cercan¨ªas de Barajas han sido escenario de dos accidentes que arrojan un saldo de v¨ªctimas espectacular y estremecedor. Casi 300 muertos se suman entre la ca¨ªda del jumbo de Avianea, hace aproximadamente 10 d¨ªas, y el choque que ayer por la ma?ana protagonizaron un aparato de Iberia que se dirig¨ªa a Roma y el avi¨®n de Aviaco que emprend¨ªa vuelo hacia Santander.Las causas del ¨²ltimo accidente est¨¢n, a estas alturas, m¨¢s o menos claras, y parece fuera de dudas que el avi¨®n de Aviaco se cruz¨® en el camino del aparato de Iberia cuando ¨¦ste rodaba por la pista de despegue a una velocidad superior a los 160 kil¨®metros por hora. Pero, precisamente, el que parte de las causas se conozcan bastante mejor que otros casos de siniestros a¨¦reos y que queden pocas dudas por resolver en la investigaci¨®n de las cajas negras, deja planear muchos m¨¢s interrogantes sobre el siniestro que en otras ocasiones.

Sin embargo, las explicaciones ahora son mucho m¨¢s complejas. Dos accidentes en Barajas, en el plazo de dos semanas escasas, es demasiada frecuencia como para que dejemos de plantearnos ciertas dudas. Y el ¨²ltimo de los dos siniestros, el de ayer, por lo menos nos deja la puerta abierta a una pregunta que precisa de contestaci¨®n urgente: ?C¨®mo es posible que dos aviones choquen en una pista de despegue cuando esa posibilidad debe de estar eliminada por un simple sistema de control de salidas? No puede explicarse a estas alturas que la niebla dificultaba la visi¨®n de los pilotos. Hay aparatos m¨¢s sofisticados que la vista humana para prever estas eventualidades y, sobre todo, una organizaci¨®n debe al menos haberla a la hora de establecer las salidas y los aterrizajes de los aparatos. El accidente de ayer, como el de Avianca, requiere una investigaci¨®n a fondo que pase por encima de supuestos fallos humanos de los pilotos y de las malas condiciones atmosf¨¦ricas. (...).

, 8 de diciembre