La creaci¨®n de un 'banco mundial' de semillas multiplicar¨¢ las posibilidades alimentarias de los pa¨ªses m¨¢s pobres
La conferencia general de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), que acaba de celebrarse en Roma, pasar¨¢ a la historia, seg¨²n muchos observadores, por haberse roto en ella un tab¨² objeto de debate- casi desde hace 40 a?os: el de la posibilidad de crear un banco mundial de semillas, o, como se llama t¨¦cnicamente, de recursos fitogen¨¦ticos. Dicho tab¨² se ha roto gracias a una iniciativa del Gobierno espa?ol, que ha ofrecido su propio banco de semillas para que pueda quedar bajo el control de las Naciones Unidas.
Fue una intervenci¨®n espa?ola, primero, y el apoyo de M¨¦xico, despu¨¦s, lo que llev¨® al director general de FAO a presentar durante esta conferencia general -¨®rgano supremo de la FAO- un informe sobre el problema de los recursos gen¨¦ticos. Un problema que los expertos mundiales consideran como la clave de la alimentaci¨®n del futuro, de m¨¢s envergadura que el petr¨®leo.Sobre este tema de las semillas, clave de los productos de alimentaci¨®n mundial, se han lanzado las multinacionales para controlar un mercado que tiene innumerables vertientes econ¨®micas y pol¨ªticas. Por un lado, la direcci¨®n de estos productos fitogen¨¦ficos asegura el control base de la alimentaci¨®n. Por otro, se pueden manejar las semillas de cultivos para producir tambi¨¦n el tipo de abonos qu¨ªmicos que sirva s¨®lo para el cultivo que ellos mismos determinan.
En caso de grave necesidad, por ejemplo, de un cereal base en un determinado pa¨ªs, dichas multinacionales, o los pa¨ªses que controlen los bancos de semillas, pueden imponer condiciones pol¨ªticas para resolver el problema con la concesi¨®n de las variedades que aqu¨¦llos necesiten.
Se puede llegar as¨ª al m¨¢ximo de explotaci¨®n de los pa¨ªses del Tercer Mundo, que son precisamente, en la mayor¨ªa de los casos, los productores de estos tipos de semillas. Para que las variedades no desaparezcan se conservan en los denominados bancos fitogen¨¦ticos. Ocurre que las semillas robadas a esos pa¨ªses acaban en manos de las naciones ricas, que despu¨¦s se las pueden vender a precio de oro a quienes eran sus propietarios originales.
Falta de acuerdo
En la FAO no existe a¨²n un acuerdo internacional que asegure la conservaci¨®n, mantenimiento y libre intercambio de los recursos gen¨¦ticos de inter¨¦s agr¨ªcola depositados eq, los actuales bancos de germoplasma.Dentro de la FAO, las presiones de los pa¨ªses industrializados han sido siempre muy fuertes, como ha sido muy duro el trabajo de quienes han intentado abrir una brecha a favor de un control de es-tos bancos de semillas en beneficio del Tercer Mundo.
El tab¨¢ empez¨® a romperse en 1979, cuando el ministro de Agricultura espa?ol, Jaime Lamo de EspinoS,L, que era entonces presidente de la conferencia de la FAO, plante¨® el problema de la creaci¨®n de un banco mundial de semillas bajo el control de las Naciones Unidas. Pero el Gobierno de UCD no apoy¨® a su ministro y todo qued¨® en agua de borrajas. M¨¦xico, junto con un grupo de pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y otros ¨¢rabes, plante¨® en 1981 la necesidad de un proyecto de resoluci¨®n sobre este tema, pero no se lleg¨® a un acuerdo por las presiones de los pa¨ªses fuertemente industrializados.
El director general de la FAO decidi¨® que se crease una peque?a comisi¨®n para estudiar el caso. La resoluci¨®n de los expertos concluy¨® que la propuesta hecha en 1979 por Espa?a y en 1981 por M¨¦xico no era posible "ni t¨¦cnica ni econ¨®micamente". La ¨²nica posibilidad de establecer un banco mundial era la creaci¨®n f¨ªsica en la FAO de un gigantesco almac¨¦n de semillas.
Intereses multinacionales
Es en este punto donde Espa?a ha roto este a?o la inercia ofreciendo su propio banco nacional de semillas, para que se ponga bajo el control de las Naciones Unidas. Esta iniciativa ha puesto en un aprieto a los pa¨ªses industriales ligados a las multinacionales y ha suscitado el aplauso de los interesados en el proyecto.La cuesti¨®n no ha quedado zanjada definitivamente, pero se ha aprobado un compromiso general que abre el camino para la creaci¨®n del banco mundial de semillas bajo el control de las Naciones Unidas. Por ahora se trata de un compromiso moral, al que pueden adherirse los pa¨ªses que lo deseen. Algunas naciones se han adherido con reservas. Curiosamente, se trata de pa¨ªses como Estados Unidos, Rep¨²blica Federal de Alemania, Francia, Jap¨®n, Suiza, Reino Unido, Canad¨¢..., aqu¨¦llos donde las grandes firmas farmac¨¦uticas y de abonos controlan los mayores bancos de semillas mundiales.
La lucha en los a?os futuros se desarrollar¨¢ entre los pa¨ªses que desean un duplicado de las semillas m¨¢s importantes, para ponerlas bajo el control de las Naciones Unidas, y la creaci¨®n en la FAO de un banco mundial de datos sobre los recursos fitogen¨¦ticos que existen en los diversos bancos nacionales, y las multinacionales, que no cejar¨¢n en su prop¨®sito de hacer abortar el proyecto FAO.
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