Walesa vivi¨® desde Gdansk la entrega del Nobel de la Paz entre periodistas y champa?a
El l¨ªder sindical polaco y premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, sigui¨® la ceremonia en Oslo de la entrega del galard¨®n a su esposa, Danuta, a trav¨¦s de la retransmisi¨®n de la emisora norteamericana Radio Europa Libre, en la casa parroquial de la iglesia de Santa Br¨ªgida, situada en la zona del astillero Lenin, en Gdansk. Poco antes, en su casa, ante una multitud de periodistas, record¨® la existencia de presos pol¨ªticos que esperan proceso y advirti¨® contra los riesgos de manifestaciones callejeras.
Walesa ley¨® en su domicilio un mensaje: "En las c¨¢rceles hay muchos presos pol¨ªticos, entre ellos 11 activistas y asesores de Solidaridad que esperan proceso. Desde hace dos a?os son rehenes por todos nosotros. Que todos los que me escuchan repitan detr¨¢s de m¨ª: 'Si me llego a olvidar de ellos, T¨², Dios, olv¨ªdate de m¨ª'. Esto es un juramento y todas las entrevistas conmigo se encabezar¨¢n as¨ª".Mientras hablaba con los periodistas, bajo una pintura del papa polaco Juan Pablo II, Walesa firmaba aut¨®grafos sobre una estampa que dec¨ªa: "Acto de entrega a la Madre de Dios de Lech Walesa", con un dibujo del ¨¢guila polaca con la Virgen dentro de su cuerpo. Al dorso, la estampa reproduce las palabras de Walesa al encomendar a la Virgen Negra de Jasna Gora, el 21 de octubre de 1980, el sindicato Solidaridad.
En la iglesia de Santa Br¨ªgida, el nuevo premio Nobel permaneci¨® de pie durante los tres cuartos de horas de la retransmisi¨®n, que sigui¨® con gesto grave. En alguna ocasi¨®n los ojos se le empa?aron y tuvo que luchar con las l¨¢grimas. Al lado de Walesa, tambi¨¦n de pie, estaba el p¨¢rroco de Santa Br¨ªgida y padre espiritual del l¨ªder sindical, Henryk Jankowski, contra quien la fiscal¨ªa de Gdansk tiene abierto un sumario por abuso de la religi¨®n con fines pol¨ªticos.
Walesa sigui¨® en silencio y con las manos recogidas la retransmisi¨®n de la entrega del Premio Nobel, efectuada en polaco por la emisora norteamericana Radio Europa Libre en onda corta. La emisi¨®n se pudo escuchar perfectamente, salvo ligeras interferencias durante el discurso.
Cuando iba a tomar la palabra su mujer, Walesa se revolvi¨® nervioso y apret¨® las manos con el gesto de transmitir ¨¢nimo y fuerza a su mujer.
Ante una broma de si Danuta aprovechar¨ªa la ocasi¨®n para escaparse con el dirigente sindical chileno, Rodolfo Seguel, Walesa replic¨® que "todo es posible, pero no creo que se olvide de un marido tan magn¨ªfico como yo". Al referirse a Seguel, dijo que "deseo una victoria al pueblo chileno sin p¨¦rdidas y sin v¨ªctimas".
En la casa sindical de Santa Br¨ªgida, Walesa sigui¨® con atenci¨®n el discurso de Danuta en Oslo y lo comparaba con un texto que ten¨ªa delante. En un momento del discurso Walesa reaccion¨® con un gesto de perplejidad. Se trataba de una referencia nominal a los diferentes premios Nobel polacos que no estaba en el texto original que Walesa ten¨ªa delante.
En el momento de la entrega de la medalla en Oslo, se escuch¨® en la casa parroquial el ruido de una botella de champ¨¢n al descorcharse. El cura Jankowski explic¨® que los obreros de la Cejielski, una f¨¢brica de maquinaria de la ciudad de Poznan, hab¨ªan tra¨ªdo la botella como obsequio para Walesa. Al repartir cuatro copas entre los presentes, y despu¨¦s de brindar, Jankowski bes¨® tres veces a Wallsa, seg¨²n la costumbre eslava. El dirigente sindical dijo al levantar la copa: "Brindo por la victoria de la idea com¨²n de Solidaridad".
Poco antes de las dos de la tarde concluy¨® la reuni¨®n en la casa parroquial. Walesa se dej¨® caer en uno de los sillones de madera tallada y se puso a fumar un cigarrillo mentolado norteamericano.
A las 18.30 horas se celebr¨® en la parroquia de Santa Br¨ªgida, en Gdansk, una misa en honor de los premios Nobel polacos a la que tambi¨¦n asisti¨® el m¨¢s reciente, Lech Walesa. El sacerdote Jankowski mencion¨® a Walesa en su serm¨®n como "un fiel servidor de la Iglesia", "electricista del astillero" que emprendi¨® una actividad p¨²blica que la Iglesia no proh¨ªbe porque la Iglesia recomienda m¨¢s bien "una postura activa en la vida p¨²blica".
M¨¢s informaci¨®n en p¨¢gina 36
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