Walesa entrega a la Virgen Negra la medalla y el diploma del Nobel
La llegada a Varsovia de Danuta Walesa, esposa del principal dirigente del sindicato polaco Solidaridad, procedente de Oslo, donde recogi¨® el Premio Nobel de la Paz otorgado a su marido, provoc¨® ayer en el aeropuerto de la capital un inusitado despliegue policial, precisamente en la v¨ªspera del segundo aniversario de la declaraci¨®n de la ley marcial en Polonia, donde hoy no se esperan incidentes al no haber convocadas manifestaciones. Lech Walesa, que acudi¨® al aeropuerto a esperar a su mujer, sali¨® despu¨¦s hacia el monasterio de Jasna Gora, para entregar a la Virgen Negra de Czestochowa la medalla y diploma del Premio Nobel de la Paz.
En Jasna Gora se conservan los ex votos y ofrendas de polacos ilustres, desde la pluma del Premio Nobel Henryk Sienkiewicz a la sotana que llevaba el papa Juan Pablo II el d¨ªa que sufri¨® el atentado en mayo de 1981.Desde unos kil¨®metros antes del aeropuerto de Varsovia se advert¨ªa ayer el despliegue policial, con cordones que imped¨ªan el acceso a la zona donde, poco despu¨¦s de la una de la tarde, lleg¨® Danuta. A pesar de los cordones policiales, unas 200 personas, entre las que destacaba un grupo de monjas, esperaban la aparici¨®n de Walesa, que lleg¨® en un Mercedes negro, propiedad del p¨¢rroco de Santa Br¨ªgida y padre espiritual del l¨ªder sindical Henryk Jankowski.
Walesa, siempre acompa?ado de Jankowski, salud¨® a la gente que detr¨¢s del cord¨®n de la polic¨ªa levantaba las manos con el signo de la victoria. En el deprimente marco del vest¨ªbulo del aeropuerto de Varsovia, dos cordones de polic¨ªa abrieron un pasillo en la zona central donde se encontraban Walesa, el cura Jankowski, agentes de los servicios secretos y las c¨¢maras de las cadenas de televisi¨®n occidentales.
Bromas en el aeropuerto
Walesa se mostr¨® muy relajado y continuamente gast¨® bromas a los periodistas presentes: "he tenido muy buen viaje desde Gdansk, porque estuve muy bien protegido; si tuviera encima 1.000 millones, os invitar¨ªa a caf¨¦, y vamos a dejar descansar a estos se?ores", alusi¨®n a los polic¨ªas presentes, entre los que algunos conten¨ªan a duras penas la risa ante las frases del l¨ªder sindical. Walesa y Jankowski fueron a tomar caf¨¦ al bar del aeropuerto, donde brillaban las bombillas encendidas de un ¨¢rbol de Navidad, mientras fuera, numerosas personas aguantaban el terrible fr¨ªo sobre el hielo y la nieve, en espera de ver aparecer al nuevo Premio Nobel de la Paz.Los viajeros que llegaban al vest¨ªbulo del aeropuerto se asombraban ante el despliegue policial y arrastraban a duras penas el enorme equipaje que suele transportar todo polaco que regresa del extranjero, entre las dos filas de polic¨ªas en busca de la salida.
Pasadas las dos de la tarde apareci¨® Danuta Walesa con un gorrito de lana azul y acompa?ada de su hijo Bogdan, que llevaba un enorme coche de juguete en la mano y un bulto que parec¨ªa contener unos esqu¨ªes. Antes de entrar en el Mercedes del cura Jankowski, que estuvo aparcado todo el tiempo en la misma puerta del vest¨ªbulo del aeropuerto, Danuta y Walesa saludaron con la V de la victoria.
Con mucha dificultad entraron los supuestos esqu¨ªes en el Mercedes del cura, que s ali¨® escoltado por media docena de coches de la polic¨ªa y los servicios secretos en direcci¨®n a Varsovia. La Prensa polaca volvi¨® a criticar ayer a Walesa. El diario del Gobierno Rzeczpospolita (Rep¨²blica) habla de "la ridiculez de prerniar a Walesa por la paz" y le acusa de pedir el levantamiento de las sanciones, cuando recibi¨® "el encargo pol¨ªtico de los norteamericanos".
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