Las emisiones que cuentan con desgravaci¨®n fiscal se pueden vender de forma inmediata
El conjunto de emisiones p¨²blicas y privadas con derecho a desgravaci¨®n, que se han puesto en circulaci¨®n durante el presente ejercicio, gozar¨¢n de dicha exenci¨®n fiscal de cara al impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas o del impuesto de sociedades aunque no se conserven en poder del comprador durante el per¨ªodo de tiempo de vida de dicha emisi¨®n. Esta modificaci¨®n de las condiciones de suscripci¨®n de emisiones a tres a?os de amortizaci¨®n se hizo en el decreto de medidas urgentes de pol¨ªtica fiscal y pr¨®rroga de los Presupuestos Generales del Estado para 1983.Las necesidades de obtener recursos de los ahorradores privados por parte del sector p¨²blico y de las empresas privadas est¨¢ provocando que los anuncios de emisiones que se tratan de colocar en los ¨²ltimos d¨ªas del a?o aparezcan con unos tipos de inter¨¦s m¨¢s elevados que los ofrecidos a lo largo de 1983.
Estas emisiones a medio plazo de amortizaci¨®n -entre tres y cinco a?os- cuentan con la ventaja adicional de la desgravaci¨®n fiscal, lo que hace aumentar la rentabilidad final que obtienen los inversores particulares, y que puede situarse por encima del 20%. Esta rentabilidad, a simple vista, parece demasiado elevada y poco comprensible s¨ª se considera que, mientras dure este a?o, no ser¨¢ necesario mantener como inversi¨®n durante los pr¨®ximos tres a?os los fondos destinados a comprar estos t¨ªtulos.
Esto se debe a que en la pr¨®rroga de los Presupuestos Generales del Estado para 1983 no se contemplaba como condici¨®n el mantenimiento durante un plazo determinado de las inversiones. Por el contrario, se admit¨ªa la desgravaci¨®n fiscal para todas las compras de t¨ªtulos que tuvieran reconocida anteriormente dicha capacidad de desgravar.
El sector p¨²blico, a trav¨¦s de la deuda del Estado a tres a?os de amortizaci¨®n o de otras emisiones, como puede ser la del Instituto de Cr¨¦dito Oficial, ofrece unos tipos de inter¨¦s muy elevados y algo inferiores a los que proporcionan las empresas privadas -bancos y compa?¨ªas el¨¦ctricas, principalmente-, que no parecen corresponderse con las previsiones existentes sobre: aumento de los precios en la econom¨ªa espa?ola.
Mayor competencia
En principio, parece l¨®gico pensar que si la tasa de inflaci¨®n tiende a descender, los tipos de inter¨¦s nominales que ofrecen todas estas emisiones deber¨ªan caer en la misma proporci¨®n para mantener, de esta manera, la rentabilidad real de dichas emisiones.
Sin embargo, en la salida al mercado que est¨¢ teniendo lugar en este ¨²ltimo mes, ocurre todo lo contrario. Cuando parece que 1983 se va a cerrar con un incremento de los precios del 12%, dos puntos por debajo de la tasa registrada en 1982, y cuando las previsiones del Gobierno para 1984 se concretan en un 8% , no parece l¨®gico que se est¨¦n ofreciendo tipos de inter¨¦s nominales m¨¢s elevados que al principio del ejercicio.
Sectores financieros, privados y p¨²blicos, consideran que esta situaci¨®n se puede deber a dos causas: o bien nadie conf¨ªa en las previsiones sobre evoluci¨®n de los precios, o bien las necesidades de captar el ahorro privado son tan elevadas que s¨®lo se puede garantizar su obtenci¨®n a costa de una remuneraci¨®n especialmente alta.
Todo indica que se trata de una combinaci¨®n de ambas situaciones, en la que pesa de manera principal la segunda. El sector p¨²blico, tanto por sus necesidades crecientes de fondos para hacer frente al d¨¦ficit como por su deseo de financiar el mismo de forma m¨¢s ortodoxa, tiene que acudir al mercado en busca de mayores recursos. Las empresas privadas, despu¨¦s de una pausa de erri¨ªsiones durante m¨¢s de cuatro meses, debido a la recomendaci¨®n del Banco de Espa?a del pasado junio, tratan de recuperar cuota de mercado. Adem¨¢s, tienen que ofrecer tipos de inter¨¦s m¨¢s elevados, por la mayor competencia del Estado.
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