Eliminado el ¨²ltimo obst¨¢culo para juzgar a los responsables de la represi¨®n en Argentina
La ley de Pacificaci¨®n Nacional dictada por la ¨²ltima Junta Militar argentina, y que supon¨ªa una aut¨¦ntica ley de autoamnist¨ªa para los militares que asesinaron, torturaron y secuestraron durante la dictadura, fue el jueves derogada por el Senado tras haberlo sido previamente por la C¨¢mara de Diputados. A partir de este momento no existe impedimento jur¨ªdico alguno para la exigencia de una justicia pormenorizada a los responsables de una represi¨®n pol¨ªtica que propici¨® la desaparici¨®n de miles de ciudadanos.
La C¨¢mara de Diputados, por su parte, debati¨® la decisi¨®n del Gobierno de crear una comisi¨®n indagatoria sobre los desaparecidos aportando a la misma seis legisladores. La iniciativa fue respaldada, y ser¨¢ el presidente de la C¨¢mara quien designe los diputados de dicha comisi¨®n.
Las madres en el palco
El debate, seguido desde un palco por las Madres de la Plaza de Mayo, con sus pa?uelos en la cabeza, fue arduo por cuanto la oposici¨®n peronista y diputados independientes plantearon fuertemente la necesidad de que la investigaci¨®n no se sustrajera a la C¨¢mara. Las bancadas radicales convencieron finalmente al Congreso de que la comisi¨®n investigadora s¨®lo era una m¨¢s de las medidas adoptadas para resolver el drama de los desaparecidos y evitar la intervenci¨®n militar en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs La C¨¢mara suspendi¨® sus trabajos hasta el 4 de enero con motivo de las fiestas navide?as.Por otra parte, fuentes oficiales han declarado que de las primeras indagaciones realizadas por el Gobierno democr¨¢tico se desprende que no existen c¨¢rceles clandestinas o campos de concentraci¨®n en los que pudieran encontrarse alguno de los 30.000 desaparecidos. Es una de las aristas de la realidad a las que deber¨¢n acostumbrarse muchas familias: la desesperanza de que los desaparecidos fueron asesinados.
Oficiosamente, el Gobierno, con su declaraci¨®n, pretende rebajar las vanas expectativas que a¨²n muchos tienen a este respecto. Carece de sentido estimar que la anterior Junta Militar, sabiendo con m¨¢s de un a?o de antelaci¨®n que entregar¨ªa el poder a los civiles, hubiera dejado tras de s¨ª c¨¢rceles clandestinas con cientos o miles de desaparecidos.
Por supuesto que durante los siete a?os de atroz represi¨®n se produjeron muchos casos de s¨ªndrome de Estocolmo, de colaboracionismo entre tortorado y torturador: personas que no han aparecido est¨¢n vivas con otra identidad facilitada por las fuerzas armadas; otros sencillamente enloquecieron y habr¨¢ que buscarlos en los manicomios, pero poco m¨¢s se va a encontrar.
Orden de detenci¨®n del general Bignone
Finalmente, el juez de instrucci¨®n que ha procesado al ex presidente general Bignone por sus presuntas responsabilidades en la desaparici¨®n de dos j¨®venes comunistas en 1976 ha solicitado de Ra¨²l Alfons¨ªn, en su calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas, orden¨® ayer la detenci¨®n del reo. Ya el abogado de Bignone, un ex ministro de Justicia de los Gobiernos militares, ha solicitado que se inhiba a su cliente de prisi¨®n preventiva, y sobre ello ha de decidir en los pr¨®ximos d¨ªas la C¨¢mara del Crimen. Pero gestos de esta ¨ªndole hay que inscribirlos nada m¨¢s que en la carrera de muchos jueces argentinos para hacer a toda costa m¨¦ritos democr¨¢ticos ante la inminente renovaci¨®n de la judicatura. El abogado de los dos militantes comunistas ha afirmado que el predecesor de Alfons¨ªn no se present¨® a los tribunales para responder, entre otras, de las acusaciones de "esconder pruebas" y "falsos testimonio".
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