Sugestiva e importante pel¨ªcula
Dos escritores se reencuentran al cabo de 10 a?os. Hab¨ªan trabajado juntos durante mucho tiempo, compartiendo historias, sue?os y amores, pero Rocabruno decidi¨® abandonar su oficio, cansado de este tiempo donde la imagen televisiva ha reemplazado la comunicaci¨®n y donde las historias "s¨®lo se sirven a los muertos para sentirse vivos". Ditirambo, en cambio, permanece empe?ado en inventar historias: se obsesiona con ello, vive para ello. Tras su ilusi¨®n se esconde probablemente un vano af¨¢n de gloria, y quiz¨¢ tambi¨¦n de dinero, pero ante todo de contacto con su cerrado sentido de la vida: ansiosamente, necesita despertar en Rocabruno siquiera una ¨²ltima historia. Para lograrlo, hasta vende a su mujer.?ste ser¨ªa el simple esquema argumental de la ¨²ltima pel¨ªcula de Gonzalo Su¨¢rez, que vuelve al cine tras seis a?os de inactividad, harto como su personaje principal de las imposiciones de la industria y quiz¨¢ tambi¨¦n de la sumisi¨®n a f¨®rmulas que contin¨²an el viejo discurso de las historias cl¨¢sicas, que a nada nuevo conducen; ahora, en r¨¦gimen de libertad, haci¨¦ndose cargo hasta de la producci¨®n, ha filmado, por fin, lo que aut¨¦nticamente quer¨ªa. Y ha logrado no s¨®lo su mejor trabajo cinematogr¨¢fico, sino una de las obras m¨¢s sugestivas y apasionantes del ¨²ltimo cine espa?ol.
Ep¨ªlogo
Gui¨®n y direcci¨®n: Gonzalo Su¨¢rez. M¨²sica: Juan Jos¨¦ Garc¨ªa Caffi. Fotograf¨ªa: Carlos Su¨¢rez. Int¨¦rpretes: Francisco Rabal, Jos¨¦ Sacrist¨¢n, Charo L¨®pez, Sandra Toral, Manuel Zarzo, Jos¨¦ Arranz, Manuel Calvo. Comedia. Espa?ola, 1984. Local de estreno: Amaya.
Porque tras ese esquema, que combina cine y literatura en igualdad de condiciones, que habla de libros e historias inventadas, de la creatividad y sus ¨²ltimos dinosaurios, de la imaginaci¨®n y el arte, se esconde una reflexi¨®n compleja y fascinante sobre nuestro tiempo. Las bellas im¨¢genes de Ep¨ªlogo se mezclan sorprendentemente, conduciendo al espectador por caminos que no puede prever. Los personajes secundarios pueden arrebatar el tiempo de proyecci¨®n, las historias que se inventan aparecen en la pantalla mezcl¨¢ndose con la de los escritores y su mujer compartida, los di¨¢logos adquieren protagonismo cuando uno puede esperar conversaciones de transici¨®n... Ep¨ªlogo es una sorpresa continua, que rompe los esquemas al uso, que hace re¨ªr y deja el poso de una reflexi¨®n pendiente, el del "combate perdido" que dice la portada del libro que, Ditirambo esgrime como prueba de la necesidad de seguir escribiendo.
Tres historias se entremezclan con la discusi¨®n de los protagonistas: algunas de las que escribieron hace tiempo, incluso por dinero, como la divertida nueva versi¨®n de Hamlet, y otras que, indirectamente, reproducen su propia situaci¨®n actual: ?son realmente dos personas distintas o partes de una misma contradicci¨®n? ?Son los viejos y cansados boxeadores, que tienen pendiente su ¨²ltimo y definitivo combate, los absurdos due?os de esos perros que mutuamente se muerden y tras los que cabe desconfiar de que la realidad sea ¨²nicamente lo que vemos, o son ya s¨®lo lo que queda en el recuerdo de la desvencijada mujer que les am¨®? El filme se abre a juegos e interrogantes, variando su curso pero sin abandonar su s¨®lida espina dorsal: es pel¨ªcula firme, pensada, sincera y, al tiempo, abierta a la voluntad de quien la contemple.
Imposible no citar con entusiasmo a Francisco Rabal en su papel de Rocabruno: viejo y entra?able cascarrabias, esbelto y m¨ªnimo a la vez, p¨ªcaro e ingenuo, compone un personaje que a¨²n supera la calidad de sus interpretaciones anteriores. Rabal ha adquirido una prestancia que no deja indiferente. A su lado, Charo L¨®pez, muy bella, le secunda con inteligencia: basta un papel importante para que esta actriz muestre su talento. Sacrist¨¢n, siempre eficaz, est¨¢ quiz¨¢ exento del suficiente humor. Junto a todos ellos, la sensibilidad fotogr¨¢fica de Carlos Su¨¢rez y los espacios creados por Burman, que crean en la pel¨ªcula ese clima irrepetible.
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