Una bicicleta revolucionaria a gran altura
Francesco Moser puso anteayer a contribuci¨®n del r¨¦cord de la hora su calidad de rodador, su experiencia y su coraje latino. Pero la consecuci¨®n de la plusmarca, a s¨®lo cinco meses de cumplir los 33 a?os, cuando su carrera profesional no parec¨ªa dar ya mucho de s¨ª, ha sido posible gracias a los medios cient¨ªficos, publicitarios y m¨¦dicos utilizados en el momento oportuno, con la preparaci¨®n y adaptaci¨®n adecuadas. En especial, a la t¨¦cnica, concretada en una bicicleta revolucionaria y aerodin¨¢mica que iba a rodar, adem¨¢s, a la gran altitud de M¨¦xico.En el ciclismo en pista, mucho m¨¢s que en el de carretera, las innovaciones en las m¨¢quinas son reglamentariamente habituales. Las pistas de los vel¨®dromos, bien de madera, bien de cemento -incluso con una pel¨ªcula pl¨¢stica para mejorar a¨²n m¨¢s el deslizamiento, como en el caso de la instalaci¨®n mexicana- son de una perfecci¨®n que permiten los riesgos en la construcci¨®n de las m¨¢quinas. Un instrumento como el utilizado por Moser en su intento r¨¦cord durar¨ªa apenas unos kil¨®metros en una carretera con rugosidades normales. La sucesi¨®n de los m¨ªnimos baches producir¨ªa unas vibraciones en el material que supondr¨ªa indefectiblemente su rotura.
El profesor Dal Monte, despu¨¦s de m¨²ltiples ensayos en un t¨²nel de viento ide¨® un cuadro o armaz¨®n de la bicicleta ca¨ªdo hacia adelante, con la rueda trasera mayor que la delantera, parecido sistema a las m¨¢quinas usadas en medio fondo tras moto, donde las velocidades son muy elevadas, sobre los 70 y hasta 80 kil¨®metros por hora. Al margen de la potencia necesaria en el corredor, como en tantos deportes al aire libre, la mejor marca en ciclismo surge siempre cuando la penetraci¨®n en la marcha es mayor. La moto, adem¨¢s de servir de referencia con su rodillo, es el cortavientos. Cuando el esfuerzo es solitario se trata de conseguir el m¨¢ximo aerodinamismo con la postura. En este caso, adem¨¢s, por algo la mayor¨ªa de los tubos que componen el cuadro son ovalados, en lugar de circulares.
El resto, con adaptaci¨®n adecuada, lo puede hacer la altitud, que en el caso de M¨¦xico, con sus 2.240 metros, favorece dicha penetraci¨®n al pesar menos el aire. No hace falta salir del ciclismo, con ejemplos como Beamon Evans, Mennea y tantos atletas desde los Juegos Ol¨ªmpicos de 1968, para confirmar que el propio Merckx tuvo ya la ventaja de la altura. La gran diferencia ahora, incluso por encima de calidades o de t¨¢cticas -mayor o menor esfuerzo inicial, por ejemplo- radica en que han pasado m¨¢s de 10 a?os. La t¨¦cnica ha avanzado hasta preferir una m¨¢quina m¨¢s pesada, con acceso rios de magnesio, de 7,5 kilos -100 gramos cada tubular- por s¨®lo 5,9 de la de Merckx pero m¨¢s aerodin¨¢mica en su forma y con un revestimiento especial para el menor rozamiento
Otras caracter¨ªsticas de la bicieleta del r¨¦cord son la curvatura del tubo gu¨ªa que va desde los pedales al sill¨ªn, muy elevado con relaci¨®n a la horquilla, donde se sujetan las manos siempre para centrar m¨¢s la posici¨®n del cuerpo y aprovechar as¨ª toda la potenc¨ªa de la pedalada. La variante de manillar hacia arriba no es nueva, pues los alemanes orientales la presentaron ya hace unos a?os y as¨ª se proclam¨® Lothar Thoms campe¨®n mundial del kil¨®metro, salida parada, prueba de los Juegos Ol¨ªmpicos y Campeonatos del Mundo. S¨ª es gran novedad, en cambio, la sustituci¨®n de los radios en las ruedas -m¨¢s pesadas que las habituales- por unas l¨¢minas pl¨¢sticas que suponen su soporte. Hasta ahora s¨®lo se hab¨ªa probado un sistema con cuatro radios, inventado por el que fue gran velocista italiano Pettenella, sin ¨¦xito.
Una simple prueba de la diferencia que puede existir a causa de la bicicleta puede darla que con una normal, en una prueba previa, Moser hizo en la hora solamente 47,250 kil¨®metros, bien lejos de los 50,80842 definitivamente oficiales.
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