Lo oscuro
Espectadores de una recurrente y cegadora tempestad de arena. Eso es lo que somos. D¨ªa a d¨ªa, una verdad tras otra, un fragmento de realidad tras otro, quedan sepultados bajo la polvorienta confusi¨®n que aporta el temporal. Cr¨ªmenes espeluznantes que conservan con fruici¨®n su misterio, importantes documentos que guarda un fugitivo en un apartamento borrado por la bruma del canal, filtraciones de esp¨ªas pol¨ªticos, dom¨¦sticos y ratoneros, entre los ajuares de la oposici¨®n, enigm¨¢ticas rupturas del pacto por un 0,5% cabal¨ªstico, guerras sucias de ali?o inextricable, dinero negro bendecido por la mano aseada en el jab¨®n de olor, econom¨ªa sumergida tanto m¨¢s saludable cuanto m¨¢s remota e inexplorada. Es el reino del escondite, la prosperidad de lo oculto, la moda del black. La Iglesia cat¨®lica, siempre atenta al devenir de los tiempos, acaba de avisar sobre las tentaciones -no tan inocentes- a las que se vienen entregando muchos fieles que, apart¨¢ndose de orientaciones acordes con la patr¨ªstica, consultan los hor¨®scopos de las publicaciones sin fe.Todo parec¨ªa expuesto al conocimiento y a la informaci¨®n. Un rayo l¨¢ser, v¨ªa sat¨¦lite, ser¨ªa capaz de leer cada part¨ªcula del acontecimiento y transmitirlo simult¨¢neamente a los mil confines. No habr¨ªa de existir recaudo al que se pretendiera llegar sin ser detectado en el camino por un radar. La tierra, en verdad, est¨¢ colmada de reflectores, alertas y vig¨ªas; de se?ales cartogr¨¢ficas, mol¨¦culas de silicio, ecograf¨ªas. Y, sin embargo, el secreto persiste. Crece bajo las apariencias o cunde bajo la superficie como un segundo mundo para el cual ninguno de los sofisticados instrumentos de delaci¨®n est¨¢ preparado. Es el submundo. Tambi¨¦n el subsuelo. ?Se han fijado en la extrema pasi¨®n por lo subterr¨¢neo? Investigaciones militares, t¨²neles, refugios, almacenes, ciudades enteras que comienzan con aparcamientos y zonas comerciales, prospecciones bajo la tierra y el mar. Los frecuentes terremotos de los ¨²ltimos a?os son apenas un signo de los tiempos venideros. El espacio, la carrera del espacio, es ya un asunto pasado. Demasiado evidente, demasiado popular. La vida de elite crece en el subsuelo. En la mism¨ªsima promoci¨®n de lo oscuro.
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