Los actores brit¨¢nicos Finney y Courtenay entusiasman en el festival de Berl¨ªn
La pel¨ªcula brit¨¢nica The dresser, de Peter Yates, ha provocado hasta ahora las m¨¢s c¨¢lidas ovaciones en la secci¨®n a concurso del Festival de Cine de Berl¨ªn, muy especialmente por el lucimiento de sus dos int¨¦rpretes principales, Albert Finney y Tom Courtenay, que realizan un aut¨¦ntico trabajo de Monstruos sagrados.
The dresser, que podr¨ªa traducirse como encargado de vestuario, aunque en Espa?a se llamar¨¢ La sombra del actor, cuenta la mediocre situaci¨®n en que se encuentra una compa?¨ªa de teatro especializada en Shakespeare, cuyo director, Finney, es un divertido histri¨®n, cargado de a?os y man¨ªas, odiado por todos salvo por su fiel servidor, Courtenay, encargado de su vestuario, pero tambi¨¦n de atender sus peque?os vicios, sus histerias y miserias. A ese afeminado, cursi y so?ador fiel ayuda de c¨¢mara, ¨²nico capaz de soportar al jefe y transformarlo cada d¨ªa en la radiante estrella que debe aparecer en escena, no se le reconoce tal fidelidad. Muy al contrario, ni se le cita en las memorias que presuntamente publicar¨¢ un d¨ªa ese actor miserable a quien la gente aplaude sin conocer su entra?able y odiosa decrepitud, su malvado encanto.La pel¨ªcula sit¨²a su acci¨®n en los a?os de la segunda guerra mundial, pero es obvio que refleja el perenne mundillo del teatro. No otra debi¨® ser la intenci¨®n del autor de la comedia en que se basa, Ronald Harwood, buen conocedor de la mentalidad de las grandes figuras de la escena, que la de plasmarlo sin piedad, pero tambi¨¦n con complicidad y ternura. Al menos con estos elementos y con humor han creado sus personajes los dos espl¨¦ndidos actores, baza principal de la brillantez del filme.
Por lo mostrado hasta ahora en la competici¨®n de Berl¨ªn, a ellos mismos, o a la pel¨ªcula en conjunto, puede recaerles alguno de los premios oficiales, aunque ni Courtenay ni Finney hayan aparecido en el festival. Premio que tambi¨¦n se puede prever para Ant¨¢rtica, del japon¨¦s Koreyoshi Kurahara, que, aunque despertando opiniones diversas, fue respetado por la mayor¨ªa.
Quienes rechazan el filme se basan en su cualidad de pel¨ªcula previsiblemente comercial y, por tanto, ajena a una competici¨®n de calidad: criterios viejos. Pero lo cierto es que Ant¨¢rtica, interese m¨¢s o menos, ha sido realizada con sensibilidad e inteligencia. Cuenta la tragedia real de los 15 perros abandonados por la primera expedici¨®n japonesa a la Ant¨¢rtida, que, bajo tormentas de nieve, debieron liberarse de sus correas y emprender una dura y excitante aventura en busca de alimentos.
Otra sorpresa se ha producido con la pel¨ªcula procedente de Hong Kong Ah Ying, nombre de la muchacha protagonista, vendedora de pescado, que se transforma en discreta actriz de teatro. De forma directa, y con sencillez, Fong Yuk-ping, su director, traza una perspectiva r¨¢pida sobre su pa¨ªs, que forzosamente sorprende al espectador occidental, conocedor s¨®lo de las pel¨ªculas de k¨¢rate que tan abundantemente realizan en Hong Kong. ?sa es precisamente la intenci¨®n del director, tal como en la pel¨ªcula se dice: "Realizar un reflejo de nuestro tiempo porque de otra forma nadie sabr¨¢ que hemos existido". Cuanto le sucede a la protagonista carece de relevancia ni se deduce de su vida una moraleja concreta, pero la frescura narrativa del filme interes¨® a los no muchos cr¨ªticos que se atrevieron a contemplarla a muy primera hora de la ma?ana. Suele ocurrir que t¨ªtulos tan extra?os como ¨¦ste arrastren a la totalidad de los corresponsales. Un error.
Es consecuencia de lo apretado del programa, de la dificultad para contemplar no s¨®lo las pel¨ªculas de la competici¨®n sino las que se proyectan en las numerosas secciones paralelas. En cada nueva convocatoria, el Festival de Berl¨ªn se empe?a en un m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, y a esa pretensi¨®n responde, adem¨¢s', gran n¨²mero de productores, que exhiben sus pel¨ªculas en el mercado del filme, secci¨®n que se les reserva.
La ausencia espa?ola
Sorprendentemente, ninguna muestra del cine espa?ol est¨¢ presente en este apartado, a pesar de ser en Berl¨ªn donde m¨¢s premios ha obtenido. Sin embargo, el Ministerio de Cultura ha vuelto a utilizar el mismo pabell¨®n que el a?o anterior, cuando fue noticia tal esfuerzo, y ha vuelto a utilizar las mismas vallas publicitarias y un n¨²mero superior de fotos murales, que rodean el palacio del festival.
Babelia
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