Ruiz-Mateos s¨®lo puede recibir una visita personal cada 14 d¨ªas en la prisi¨®n de Francfort
Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos es un preso como todos los dem¨¢s y con ¨¦l no se hace ninguna excepci¨®n en el trato, declar¨® ayer a EL PAIS Ernst Kl¨¹ssener, director de la c¨¢rcel de Preugensheim, en Francfort (Rep¨²blica Federal de Alemania), donde se encuentra encarcelado el empresario espa?ol, en espera de la decisi¨®n sobre la demanda de extradici¨®n.
El director Kl¨¹ssener, de unos 50 a?os, pelo blanco, bajo de estatura y de aspecto fuerte, se expresa en un tono tajante que no deja el menor resquicio de duda. Para Kl¨¹ssener, Ruiz-Mateos es un preso m¨¢s, y el director de la c¨¢rcel parece disfrutar cuando hace hincapi¨¦ en ello. Ni siquiera consigue repetir dos veces seguidas correctamente el nombre completo del "preso prominente" -como dice, Kl¨¹ssener con un ligero tono de iron¨ªa-, que ha trastornado un poco la vida de la direcci¨®n de la prisi¨®n debido a las continuas llamadas de la Prensa.Kl¨¹ssener tuvo que recurrir ayer al tel¨¦fono para cerciorarse de que Ruiz-Mateos no hab¨ªa recibido hasta ahora ninguna visita, excepto las de sus abogados, y asegur¨® categ¨®rico que "s¨®lo podr¨¢ recibir una visita personal cada 14 d¨ªas durante media hora". Como concesi¨®n, el director de la c¨¢rcel llega a decir: "Bueno, si viniese su familia de Espa?a se podr¨ªa autorizar que estuviesen hasta una hora con el preso".
Errist Kl¨¹ssener justifica el n¨²mero m¨ªnimo de visitas, "porque la c¨¢rcel est¨¢ sobrecargada y no tenemos personal suficiente". Los visitantes de Ruiz-Mateos tendr¨¢n que presentarse los d¨ªas de visita entre las 8 y las 11 de la ma?ana, recibir¨¢n un n¨²mero y tendr¨¢n que hacer cola en la sala de espera hasta que les llegue el turno, "que a veces se retrasa hasta las dos de la tarde".
El director de la c¨¢rcel dice que el juez podr¨ªa autorizar m¨¢s visitas, pero en ese caso ¨¦l se encargar¨¢ de advertir al representante de la justicia "que no podemos hacer excepciones, por lo que ya le dije del exceso de presos y falta de personal".
M¨¢xima seguridad
Los visitantes podr¨¢n tener un contacto directo con el preso: "Como no se trata de un terrorista, no hay un vidrio de separaci¨®n y podr¨¢n saludarle". La entrevista se celebrar¨¢ en presencia de personal de prisiones que habla espa?ol. El director cuenta ya para ello con un hijo de emigrantes espa?oles nacionalizado alem¨¢n que trabaja en la c¨¢rcel de Preugensheim.
Adem¨¢s, el capell¨¢n de la prisi¨®n es mexicano, pero Kl¨¹ssener no sabe si Ruiz-Mateos mantiene contactos con el sacerdote. En la c¨¢rcel de Preugensheim hay, adem¨¢s del "preso prominente", otros 10 ciudadanos espa?oles. Ruiz-Mateos ocupa una celda individual de ocho metros cuadrados de superficie, situada en la tercera planta de un inh¨®spito edificio de cemento donde los pisos est¨¢n marcados con pintura negra y n¨²meros romanos. Las ventanas de las celdas orientadas hacia la calle est¨¢n tapadas de cemento.
A la objeci¨®n de que los abogados comentaron que Ruiz-Mateos estaba descontento de la comida de la c¨¢rcel, Kl¨¹ssener se r¨ªe y dice: "No sab¨ªa que se queje de la comida, pero me lo puedo imaginar perfectamente". El director dice que Ruiz-Mateos podr¨ªa recibir la comida de un hotel o un restaurante de Francfort, "pero eso resultar¨ªa enormemente caro".
Por tel¨¦fono, el director se cerciona de que Ruiz-Mateos todav¨ªa no ha recibido los peri¨®dicos espa?oles que ha solicitado; "podr¨¢ recibirlos por suscripci¨®n, pero no enviados por los familiares, para evitar que de esa forma se le puedan pasar mensajes". Ruiz-Mateos hace el r¨¦gimen ordinario de un preso en Preugensheim: desayuno a las siete, comida a las 11.30 horas y cena a las 16.00 horas, despu¨¦s tiene una hora de paseo por el patio.
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