El despilfarro de la rutina

La inversi¨®n inmobiliaria es tradicional entre los ahorradores espa?oles como medio para evitar la erosi¨®n de su patrimonio y, al mismo tiempo, obtener importantes plusval¨ªas. Y as¨ª ha sido durante los a?os sesenta, en los que el boom desarrollista del pa¨ªs origin¨® el crecimiento de las grandes ciudades, con el consiguiente encarecimiento del precio del suelo y de los pisos, apartamentos y oficinas, que multiplicaron por tres o cuatro su coste original. Pero eso ya es historia.Los h¨¢bitos perduran, y en estos a?os el n¨²mero de inversores que ha continuado dirigiendo sus ahorros hacia este sector es importante. Pero hay que ser precavido respecto a ilusiones muy arraigadas en la mente de muchos inversores. Un buen ejemplo ser¨ªa el caso de un piso comprado hace cinco a?os por un mill¨®n de pesetas y que ahora cuesta tres millones. ?Es un buen negocio? Harald Burmeister, profesor del IESE, demuestra que beneficio real despu¨¦s de impuestos y despu¨¦s de descontar la inflaci¨®n es inferior al 1% anual.

La realidad es que el precio de los pisos y apartamentos ha venido elev¨¢ndose en estos ¨²ltimos cinco a?os en torno a una media que se sit¨²a en el 5%-6% (5,2% en Madrid), bastante por debajo de la inflaci¨®n.

Los expertos hablan de que en estos momentos la mejor inversi¨®n reside en la compra de pisos de lujo, as¨ª como en inmuebles situados en las zonas tur¨ªsticas de moda. Son estas dos categor¨ªas inmobiliarias las que permiten realizar mayores plusval¨ªas u obtener una mejor relaci¨®n inversi¨®n/renta de alquiler. En caso de inmuebles m¨¢s modestos o no situados estrat¨¦gicamente, la competencia de los pisos de primera promoci¨®n (los reci¨¦n construidos) impide que el mercado de edificios m¨¢s antiguos se recupere.