El trueno que no cesa
Durante el p¨¢ramo angosto de los a?os setenta, en lo que a m¨²sica pop se refiere, una de las primeras estrellas que brill¨® con luz propia, sin usar destellos de la f¨¦rtil d¨¦cada anterior, fue la de un turbio quinteto que pase¨® su desfachatez travestida bajo el nombre de New York Dolls. Estaban preparando, probablemente sin saberlo, el terreno que sus hermanos peque?os, los tan tra¨ªdos y llevados punks, subvertir¨ªan hasta dar al traste con los principios musicales de la ¨¦poca. Las mu?ecas de Nueva York fueron muy fuertes en su momento, y eso se paga caro: turbulencia, curas de desintoxicaci¨®n, leyenda negra, etc¨¦tera. La disoluci¨®n dej¨® a los componentes del grupo embarcados en experiencias musicales- carentes de la relevancia extramusical de los Dolls, pero impregnadas de la m¨¢s pura esencia del rock'n'roll, como fue el caso de los Heartbreakers.La vida da muchas vueltas, y, como suele ocurrir en este pa¨ªs, 10 a?os despu¨¦s hemos tenido la oportunidad de conocer en directo lo que queda de aquella vieja etapa y cu¨¢l es la realidad en la que Johnny Thunders -guitarra y voz solista-,SyIvain Sylvain -guitarra y voces-, Jerry Nolan -bater¨ªay Billy Rath -bajista- se mueven en la actualidad.
Johnny Thunders
Escuela de Caminos. Madrid, D¨ªas 15 y 16 de junio.
Con escaso p¨²blico, (recordemos c¨®mo es esta ciudad: o no hay ni un solo concierto de inter¨¦s en meses, o, de pronto, en el mismo fin de semana hay tres) sin haber realizado prueba de sonido, el h¨¦roe desconocido de este concierto fue Virgilio, el t¨¦cnico de sonido, que consigui¨® inmejorables resultados con un Johnny haci¨¦ndo su entrada en el escenario a los acordes de Pypeline.
Durante una hora y cuarto descarg¨®, con el fuerte apoyo de la banda, rock'n'roll de la manera m¨¢s espont¨¢nea posible, sin detenerse en sutilezas, sin los amaneramientos del rock standard, reafirmando el viejo concepto del rock como forma de vida. Los temas -Born to lose, Too much junkie business, 14th Street beat, Personality crisis-, y las ¨²ltimas incursiones en el terreno ac¨²stico por parte de Johnny, pertenecientes a todas las ¨¦pocas de estos cuatro m¨²sicos, sonaban tan cl¨¢sicos como cualquier canci¨®n de Eddie Cochran, que, por cierto, es el predecesor m¨¢s claro de Thunders. Y es que realmente el esp¨ªritu es el mismo: divertirte cuando est¨¢s tocando para que se diviertan los dem¨¢s. Y mientras Thanders mantenga este principio, su m¨²sica continuar¨¢ teniendo vigencia.
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