El terrorismo, amenaza contra la vida civilizada
El a?o pasado se registraron m¨¢s de 500 atentados terroristas en el mundo, se?ala el autor de este trabajo, de los que m¨¢s de 200 estuvieron dirigidos contra Estados Unidos. Se trata, en su opini¨®n, de una manera sucia de prolongar y hacer la guerra, por lo que expone, desde su posici¨®n de dirigente en el Gobierno norteamericano, las l¨ªneas generales de la pol¨ªtica adoptada por Washington para combatir esta plaga internacional.
El problema del terrorismo internacional y de la acci¨®n que reclama de Estados Unidos fue ampliamente tratado en la reciente reuni¨®n de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Londres, as¨ª como por los ministros de Asuntos Exteriores de dichos Gobiernos. El 9 de junio se hizo p¨²blica una declaraci¨®n en la que los participantes en la cumbre expresaban "su resoluci¨®n de combatir esta amenaza por todos los medios posibles y, asimismo, de fortalecer las medidas ya en vigor e instaurar otras nuevas y eficaces". Uno de los puntos de la de claraci¨®n llama a cada uno de los pa¨ªses a eliminar lagunas en sus respectivas legislaciones.El terrorismo ha constituido un problema cada vez mayor desde 1968, el a?o en que nuestro embajador en Guatemala fue asesinado. El n¨²mero de incidentes terroristas se estableci¨® en 1979,y desde entonces su cifra no ha experimentado variaciones significativas. En 1983 se registraron m¨¢s de 500 atentados debidos a terroristas internacionales, de los cuales m¨¢s de 200 estuvieron dirigidos contra Estados Unidos. Y eso s¨®lo fue la punta del iceberg, puesto que hubo por lo menos otras tantas amenazas y amagos. Es un medio poco costoso de crear una atm¨®sfera de temor, que, adem¨¢s, absorbe una cantidad considerable de recursos nuestr¨®s y de los Gobiernos de los pa¨ªses donde se producen los incidentes. M¨¢s all¨¢ de esto est¨¢ el terrorismo que act¨²a a, escala nacional, y cuyos atentados probablemente centuplican lo que hemos definido como terrorismo internacional.
El problema no se circunscribe a ningun ¨¢rea geogr¨¢fica. Por fortuna, dentro de Estados Unidos sufrimos relativamente pocos incidentes; para nosotros el problema radica fundamentalmente en otras zonas del mundo. El mayor n¨²mero de incidentes en general y contra Estados Unidos se produce en Europa, y luego en Am¨¦rica Latina y Oriente Pr¨®ximo.
?Por qu¨¦ nos preocupa tanto? Dig¨¢moslo sucintamente:
- En 1983 resultaron muertos o heridos en atentado m¨¢s norteamericanos que en los 15 a?os precedentes, que tenemos documentados.
- Los atentados perpetrados en 1983 resultaron inusitados por su cruda violencia. Desde nuestro punto de vista, las peores tragedias fueron la destrucci¨®n de nuestra Embajada y de los barracones de los marines en Beirut, y de nuestra Embajada anexa en Kuwait. Pero no fuimos las ¨²nicas v¨ªctimas. Estuvo tambi¨¦n el atentado con explosivos de los almacenes Harrods, de Londres; el atentado del aeropuerto de Orly, de Par¨ªs; el asesinato, en Rang¨²n, de cuatro ministros del Gobierno de Corea del Sur; la destrucci¨®n por bomba de un avi¨®n de la Gulf Air en uno de los emiratos y otros m¨¢s.
- Estrechamente relacionado con el ascenso de la violencia ha estado el ataque indiscriminado contra gentes inocentes, sin relaci¨®n conocida con el origen o la posibilidad de alivio de los agravios que alegan los terroristas.
- Una fuente de preocupaciones cada vez m¨¢s importante son los desplazamientos de los terroristas fuera de sus pa¨ªses o regiones para cometer atentados en el exterior. En este caso tambi¨¦n, nuestros servicios de inf¨®rmaci¨®n nos dicen que esto ocurre principalmente en Oriente Pr¨®ximo, Europa y Am¨¦rica Latina, pero se sabe que est¨¢n aumentando ese tipo de desplazamientos hacia Estados Unidos. Sabe.mos tambi¨¦n que hay algunos norteamericanos que prestan apoyo a las actividades terroristas de otros Estados y grupos que practican el terrorismo.
- El hecho m¨¢s inquietante de todos es el grado de implicaci¨®n de ciertos Estados en acciones terroristas. Unos 70 o m¨¢s incidentes acaecidos en 1983 contaron probablemente con apoyo o participac¨ªon significativos de alg¨²n Estado. El terrorismo no es ya el recurso arbitrario de fan¨¢ticos aislados en su propio c¨ªrculo: ahora el una manera de hacer la guerra. Y no lo es menos por que no se declare o incluso (aunque no siempre) se niegue.
- Aproximadamente un 40% del total de incidentes y una gran proporci¨®n de las amenazas y amagos se dirigen contra Estados Unidos, esto es, contra sus diplom¨¢ticos, los miembros de sus fuerzas armadas, empresarios y otras personas.
En estos momentos nos hallamos enfrentados a un problema de gran trascendencia y que cada vez se hace mayor. Es un problema no s¨®lo representado por estad¨ªsticas desagradables, sino por la amenaza que el terrorismo representa para la vida civilizada. El objetivo principal de los terroristas no es solamente los individuos, sino el inter¨¦s b¨¢sico y los valores de las democracias. Es una forma de guerra de bajo nivel, dirigida principalmente contra las naciones de Occidente y contra sus instituciones, amigos y aliados. Somos el objetivo porque nuestra creencia en los derechos del individuo es un obst¨¢culo para aquellos que pretenden imponer su voluntad sobre otros. Y es precisamente porque las naciones democr¨¢ticas respetan los derechos del individuo y mantienen las sociedades m¨¢s abiertas y responsables por lo que son tan vulnerables a los terr¨®ristas. La meta del terrorista es la de crear anarqu¨ªa y desorden, porque es a Partir del desorden como quiere instalar el miedo, desacreditar a los Gobiernos, desmoralizar a las sociedades o a.lterar la pol¨ªtica que practican.
?C¨®mo actuamos en esta materia?
- Trabajamos con nuestros m¨¢s pr¨®ximos aliados a fin de obtener un consenso en cuanto a las maneras de tratar con el terrorismo internacional y los problemas de seguridad que ¨¦ste nos presenta. El consenso expresado en la declaraci¨®n de Londres nos sirve.de aliento. En otras reuniones en la cumbre de los siete hab¨ªamos tratado cuestiones concretas, como el secuestro de aviones y protecci¨®n de diplom¨¢ticos. En estos ¨®rdenes hemos conseguido notables progresos. Pero en esta ocasi¨®n se ha tratado del problema pol¨ªtico de forido de aquellos pa¨ªses que est¨¢n comprometidos en actividades terroristas, y hemos reconocido el car¨¢cter internacional del problema. Hemos observado que en nuestros respectivos pa¨ªses hab¨ªa lagunas en la legislaci¨®n a la que se acoge la lucha antiterrorista.
Los proyectos de ley sometidos en estos momentos a la consideraci¨®n del Congreso de Estados Unidos no van a cubrir todas esas deficiencias legales, pero s¨ª algunas. Entre las medidas legislativas propuestas figura la aplicaci¨®n de dos convenios internacionales, que el Senado ya ha aprobado. Se trata de instrumentos poco controvertibles, pero es preciso completar la tarea. Los otros dos proyectos de ley presentados se refieren a territorios legales en los que creemos que las mejoras legislativas pueden contribuir en la lcuha contra el terrorismo.
En esta Administraci¨®n estamos desarrollando una labor de reexamen y aplicaci¨®n de todo el conjunto de opciones h¨¢biles. No contamos con una sola respuesta que creamos que vaya a servir para todo el tiempo. Lo que hemos de hacer, por tanto, es atacar el problema en frentes muy diferentes:
- Nos hemos organizado mejor dentro del Ejecutivo para hacer frente a estos problemas.
- Hemos destinado m¨¢s medios a la obtenci¨®n de informaci¨®n y hemos fortalecido la cooperaci¨®n con otros Gobiernos. Hemos agil¨ªzado, adem¨¢s, nuestros procedimientos para advertir a nuestras dependencias en el exterior de las amenazas y del an¨¢lisis de sus problemas en el orden de la seguridad.
- Hemos mejorado la formaci¨®n -adem¨¢s de llevar a cabo ejercicios- de nuestro personal en el extranjero sobre tipos de incidente terrorista con los que tal vez tuvieran que enfrentarse.
- El Congreso aprob¨® el a?o pasado un programa que va a permitimos proporcionar adiestramiento a funcionarios de polic¨ªa sobre el tratamiento a dar a las acciones terroristas. Hemos acometido activamente la aplicaci¨®n de ese programa. Aunque este programa est¨¢ orientado a prestar ayuda a otros Gobiernos para que hagan frente a esos problemas cuando se les presenten, tambi¨¦n tendr¨¢ que servir para mejorar sensiblemente la respuesta de otros Gobiernos en aquellos casos en que necesitemos ayuda en alguna de nuestras dependencias en el exterior.
- Estamos poniendo en pr¨¢ctica programas de mejora de la seguridad en los puestos en el exterior donde es mayor la amenaza.
- Asimismo hemos tomado medidas para mejorar nuestra capacidad de respuesta ante incidentes en el exterior. Hemos creado equipos encargados de prestar ayuda en materias como gesti¨®n en casos de crisis, seguridad, comunicaciones y otras.
- La cooperaci¨®n de otros Gobiernos a menudo depende de lo sensibles que seamos nosotros a los problemas que sus misiones diplom¨¢ticas puedan tener en Estados Unidos. El Congreso ha aprobado leyes que van a asegurar que contemos con un programa completo de protecci¨®n de funcionarios extranjeros, no solamente en Washington o Nueva York, sino tambi¨¦n en otros lugares de Estados Unidos.
- Finalmente, tratamos por todos los medios de mejorar nuestra capacidad de prevenci¨®n de agresiones contra nuestros intereses en el exterior. La declaraci¨®n de la cumbre de Londres habla, entre otras cosAs, de "una cooperaci¨®n m¨¢s estrecha entre organismos policiales y de seguridad, adem¨¢s de otras autoridades en ese carripo, en especial en lo concerniente a intercambios de informacion, y experiencia en captaci¨®n de datos y conocimientos t¨¦cnicos". Dentro del Gobierno de Estados Unidos, adem¨¢s, prosigue el estudio de otros medios y medidas para disuadir o abordar preventivamente una serie de amenazas terroristas, dentro de la legalidad vigente.
es secretario de Estado de Estados Unidos
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