Suavizar las diferencias con Comisiones Obreras

Felipe Gonz¨¢lez ha citado para la tarde de hoy a Marcelino Camacho, secretario general de CC OO. La cita trata de endulzar la amargura que en el sindicato hab¨ªan producido las dos reuniones que el presidente del Gobierno hab¨ªa mantenido con UGT y la CEOE, previamente al encuentro que en la tarde de ayer mantuvo con los tres interlocutores.Por parte del Gobierno existe la sensaci¨®n -a veces expresada p¨²blicamente- de que el acuerdo con CC OO, si no imposible, se presenta muy dif¨ªcil. Esta sensaci¨®n ser¨ªa el motivo de que se haya marginado a CC OO de los encuentros preparatorios que Felipe Gonz¨¢lez ha mantenido con el sindicato socialista y con la patronal. En la ronda de encuentros que el ministro de Trabajo, Joaqu¨ªn Almunia, mantuvo d¨ªas atr¨¢s con los interlocutores sociales ya qued¨® claro que las propuestas de CC OO eran dif¨ªcilmente asumibles por el Gobierno. Los listones aparec¨ªan excesivamente altos.

Y el Gobierno -tambi¨¦n la patronal y UGT- se ha planteado ya la posibilidad de ir a un acuerdo en el que CC OO no est¨¦ presente. Aun reconociendo que la ausencia de este sindicato puede significar un duro rev¨¦s a la eficacia del pacto, no se descarta -e incluso se desea- la posibilidad de un acuerdo a tres.

Calendario equivocado

La invitaci¨®n cursada por Felipe Gonz¨¢lez a Marcelino Camacho pierde parte de su sentido al realizarse con posterioridad al encuentro formal que ayer mantuvieron todos los interlocutores. Y s¨®lo puede interpretarse como un deseo del presidente del Gobierno de limar las asperezas que el olvido podr¨ªa haber causado en el seno de CC OO. Si lo que se intentaba era conocer la postura del sindicato en las negociaciones, el calendario tendr¨ªa que haber sido, necesariamente, otro.Desde que se iniciaron los contactos para un nuevo acuerdo social, en la primavera de 1984, el presidente del Gobierno ha mantenido dos encuentros con UGT y otros dos con la CEOE. Ninguno con CC OO. De estas reuniones se intent¨® mantener un riguroso silencio, roto inevitablemente por los medios de comunicaci¨®n.

Las ¨²ltimas entrevistas que Felipe Gonz¨¢lez ha mantenido con UGT y la CEOE se han producido en v¨ªsperas del encuentro formal. Aunque muy poco de lo tratado ha trascendido a la opini¨®n p¨²blica, algunos de los participantes reconocieron que se hab¨ªa intentado aproximar las diferentes posturas de las partes de cara a las pr¨®ximas negociaciones.

El proceso seguido en este sentido ha provocado un profundo malestar en CC OO y ha servido para aumentar el recelo con que determinados sectores del sindicato se enfrentan al futuro pacto. El pasado d¨ªa 25, Marcelino Camacho declaraba p¨²blicamente su escepticismo y su disgusto por los m¨¦todos empleados. Volviendo a un radicalismo ¨²ltimamente un tanto suavizado, Camacho advert¨ªa de que el Gobierno estaba en connivencia con UGT y la propia patronal. Todo, seg¨²n ¨¦l, estaba ya hablado. Lo peor es que UGT tiene, si no tantas, demasiadas dudas sobre la actitud que adopte el Ejecutivo en los pr¨®ximos acuerdos.