Baloncesto
Queda ya claro que estaba equivocada la estrategia. Durante un siglo este pa¨ªs ha estado pugnando con los borcegu¨ªes para ganarse una consideraci¨®n mundial. La furia, la penuria, el terreno embarrado, el agua milagrosa y el estilo agropecuario del balompi¨¦ han sido su her¨¢ldica. Merecer¨ªamos consideraci¨®n a fuerza de hacer fuerza. Si el mundo se renovaba finamente en las alturas, m¨¢s abajo y rudamente opondr¨ªamos el imperecedero valor de la tenacidad. Ahora se ve sin embargo, con el baloncesto, que se puede alcanzar la estimaci¨®n dando un rodeo a la penitencia y construyendo un proyecto m¨¢s el¨¢stico.He aqu¨ª una met¨¢fora de otra Espa?a. Acostumbrados como est¨¢bamos a comprometer las entra?as nacionalistas con la estampa del f¨²tbol, que ahora sea el baloncesto el que nos ensalza tribalmente produce la impresi¨®n o bien de que se ha cambiado de patria o de bandera. O que esa doliente patria y esa gravosa bandera han sido transformadas por los s¨ªmbolos de una empresa m¨¢s agradecida.
Si Franco era el f¨²tbol, y UCD, en varios supuestos, la mimesis del balonmano, el PSOE puede ser a¨²n el baloncesto. Primando la altura como en los edificios urbanos, cronometrando el tiempo eficaz como en el control Bedaux, hacinando a los hombres en la cancha y, sin embargo, impidiendo los,excesivos contactos personales, como en las metr¨®polis, el baloncesto es la proyecci¨®n de la vida y la producci¨®n de la segunda ola. Todav¨ªa falta la completa conformaci¨®n de un deporte que designe la inauguraci¨®n de la ¨¦poca posindustrial, pero en el camino hacia esa inminencia de tercera ola resulta inexorable la decadencia o metamorfosis balomp¨¦dica.
Cada fracaso del equipo de Mu?oz, junto a cada triunfo del conjunto de D¨ªaz Miguel, es hoy un paso hacia la idea de reconvertir. El Gobierno, gracias a este ¨¦xito en Los ?ngeles, est¨¢ en condiciones de echar sobre la mesa del pacto social o de meterse en el pecho esta medalla de plata como prueba de la eficacia de los proyectos nuevos. ?ramos la tradici¨®n, la furia, la incompetencia, el f¨²tbol, pero ?por qu¨¦ no acabar con tal martirio y estrenar el nuevo aroma del baloncesto?
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