Octavio Paz: "Nunca he elogiado ninguna dictadura"
En M¨¦xico, y m¨¢s all¨¢ de sus fronteras, el nombre de Octavio Paz despierta la pasi¨®n y la pol¨¦mica. Nadie habla de ¨¦l con indiferencia. Unos lo hacen con odio, otros con devoci¨®n. ?Destino de un escritor famoso? Casi porque Paz no s¨®lo ha ganado prestigio y premios como poeta y ensayista, tambi¨¦n ha ganado enemigos a causa de su compromiso con un arte casi tan relativo como la literatura, la pol¨ªtica.Hace unos meses, Paz cumpli¨® 70 a?os (naci¨® el 31 de marzo de 1914). La aventura sirvi¨® para que nuevamente, en M¨¦xico, su nombre despertara la controversia y la admiraci¨®n. "El Gobierno le prepara el homenaje del siglo", dicen algunos intelectuales no sin cierta envidia. "Se lo merece, porque es el m¨¢s grande escritor mexicano de nuestro tiempo", dicen algunos colegas suyos que reconocen en ¨¦l a un gran poeta y ensayista.
Sus enemigos pol¨ªticos prefieren repetir una frase que es una mezcla de condena y respeto, y que es la que menos gusta al propio Octavio Paz: "Es un gran escritor, pero l¨¢stima que sea tan reaccionario". El adjetivo le sigue persiguiendo, y naci¨® cuando Paz, hace un par de a?os, inici¨® una serie de comentarios pol¨ªticos en un importante canal de la televisi¨®n mexicana. Paz aprovech¨® para difundir, con diferentes matices, una de sus tesis pol¨ªticas m¨¢s queridas, pero tambi¨¦n una de las m¨¢s controvertidas: que el r¨¦gimen de Fidel Castro es tan perverso e inhumano como la dictadura de Pinochet.
Los cubanos reaccionaron con indignaci¨®n y dijeron que tal opini¨®n s¨®lo la pod¨ªan tener personas dementes. La izquierda intelectual mexicana prefiri¨® calificar a Paz como anticomunista. La derecha, en cambio, no ha dejado de rendirle homenajes al poeta en el a?o de su 70 aniversario.
?Es Paz un reaccionario? El poeta y ensayista prefiere, hoy d¨ªa, calificar a los inventores del adjetivo como irresponsables. De sus comentarios pol¨ªticos no est¨¢ arrepentido y tampoco le faltan argumentos para seguir sustent¨¢ndolos, pero no se considera un anticomunista como profesi¨®n de fe. Pol¨ªticamente, prefiere definirse de un modo negativo. "Vivimos una ¨¦poca de crisis y en una sociedad profundamente injusta", dice Paz.
"Pero yo nunca he hecho el elogio de ninguna dictadura", dijo Paz a EL PAIS durante una entrevista realizada a finales de la semana pasada en la Ciudad de M¨¦xico. "Cuando yo compar¨¦ a Castro con Pinochet, lo hice porque ambos son dictadores. Si uno critica a una dictadura, tambi¨¦n tiene que criticar a todas las dictaduras".
Cuando joven, Paz cre¨ªa en soluciones geom¨¦tricas absolutas. Gracias a esa creencia fue un ferviente defensor de la revoluci¨®n. Pero la experiencia y el tiempo le mostraron otra realidad. En los a?os treinta, Paz no s¨®lo luch¨® al lado de los republicanos contra Franco, tambi¨¦n comenz¨® a estudiar y rechazar el comunismo de Stalin. El socialismo practicado por Stalin en la Uni¨®n Sovi¨¦tica estaba muy lejos del verdadero socialismo, seg¨²n Paz, que permite al hombre alcanzar una verdadera justicia social y gracias al cual la liberaci¨®n de los trabajadores, como dec¨ªa Marx, es realizada por los propios trabajadores.
Un pacto de esc¨¢ndalo
Pero la ruptura total de Paz con el comunismo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue el pacto entre Hitler y Stalin. El escritor hab¨ªa cre¨ªdo que ante el avance de Hitler la t¨¢ctica adecuada era la uni¨®n de todos los antifascistas. El pacto fue algo que lo escandaliz¨® e indign¨®.
A pesar de su ruptura con el comunismo de la URSS y de sus cr¨ªticas al r¨¦gimen cubano, Octavio Paz sigue creyendo en lo que ¨¦l llama uno de los ingredientes fundamentales de "la levadura -hist¨®rica": el socialismo. "El marxismo es la ¨²ltima tentativa del pensamiento occidental por reconciliar raz¨®n e historia", escribi¨® en su libro El arco y la lira, pero tambi¨¦n mencion¨® que cualquier nuevo pensamiento revolucionario tendr¨ªa que incluir dos tradiciones no mencionadas por el fil¨®sofo alem¨¢n ni por sus herederos: la libertaria y la po¨¦tica.
A los 70 a?os, Octavio Paz est¨¢ convencido de que la ¨²nica forma de combatir las injusticias sociales, como las que vive, por ejemplo, su propio pa¨ªs, es a trav¨¦s de m¨¦todos democr¨¢ticos. "Yo defiendo la democracia", dice Paz, "porque es un buen m¨¦todo de control del poder y de los pol¨ªticos. Lo que se llama en el siglo XX, por un colosal equ¨ªvoco hist¨®rico, socialismo, es una nueva forma de dominaci¨®n sobre los hombres".
Octavio Paz no desconoce la importancia de la pol¨ªtica en la vida del hombre. "Es inseparable", dice, pero su tema preferido es la literatura. Sin embargo, ¨¦l mismo confiesa que su desarrollo m¨¢s importante como poeta comenz¨® cuando se dio cuenta de que era imposible hacer poes¨ªa pura. En otras palabras, el arte por el arte.
El descubrimiento del surrealismo le ayud¨® a entender que entre el arte y la vida existe una relaci¨®n profunda. "Los vasos comunicantes entre la vida y la obra", como hoy los llama el poeta. "La obra no vive sola, y por eso es que mi actividad po¨¦tica no se pudo separar nunca de la actividad que llamamos pol¨ªtica".
Ruptura con Neruda
Pero la actividad art¨ªstica, seg¨²n Paz, debe permanecer al margen de la actividad pol¨ªtica, de los partidos y de sus ideolog¨ªas. Esta posici¨®n fue el comienzo de la ruptura "total y dolorosa" con Pablo Neruda. "Si uno escribe poemas pol¨ªticos para hacer propaganda", dice Paz, justificando su posici¨®n, "los resultados siempre ser¨¢n malos. Desde el punto de vista est¨¦tico y desde el punto de vista pol¨ªtico".
Por eso gobernar, ha dicho Paz, no es la misi¨®n espec¨ªfica del intelectual. Su verdadera: misi¨®n pol¨ªtica es, por el contrario, la cr¨ªtica del poder y los poderosos. Casi, casi, un guerrillero del lenguaje.
Paz dijo una vez: "El fil¨®sofo en el poder termina casi siempre en el pat¨ªbulo o como tirano coronado. Los que mueren antes, como Lenin, son embalsamados y transformados en fetiches".
La pol¨ªtica, seg¨²n Paz, ocupa la mitad de la tercera parte de sus preocupaciones. Frase quiz¨¢ veleidosa de un escritor famoso. Lo cierto es que una parte importante en su ha sido y sigue siendo la poes¨ªa, esa "especie de puente entre la historia y la acci¨®n".
Pero cuando le dicen al poeta Paz que en los ¨²ltimos tiempos la poes¨ªa en su trabajo de escritor ha dejado el lugar a numerosos ensayos, intenta r¨¢pidamente una autodefensa. Dice, por ejemplo, que pronto se publicar¨¢ un nuevo libro de poemas, pero finalmente confiesa que escribe poes¨ªa cuando ya no tiene escapatoria.
"Es un estado de excepci¨®n", dice Paz, y se declara admirador de poetas como Guill¨¦n y Alberti, que escriben todos los d¨ªas, para ¨¦l algo imposible. "Escribo poes¨ªa por una necesidad profunda".
Sin ese estado, Octavio Paz admite que no tiene m¨¢s remedio que quedarse callado o escribir prosa. Con la frase de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, "amor y poes¨ªa cada d¨ªa", dice que est¨¢ y no est¨¢ de acuerdo con ella. "El amor es posible cada d¨ªa, pero escribir poes¨ªa todos los d¨ªas es arriesgarse a escribir muchas tonter¨ªas". El poeta, seg¨²n Paz, debe someter su inspiraci¨®n a una prueba importante, la prueba del silencio.
De su obra en general, Octavio Paz a los 70 a?os, no se siente satisfecho, porque el error, dice, de los escritores ha sido siempre buscar la perfecci¨®n, y el castigo, no haberla encontrado nunca. Pero hay un aspecto que s¨ª le satisface, y es que intent¨® hacer algo. "La literatura siempre es una apuesta, es una apuesta con el tiempo, con la muerte".
Las 'm¨¢scaras mexicanas'
En su libro El laberinto de la soledad, Octavio Paz intent¨® describir a su propio pueblo. El libro caus¨® una pol¨¦mica, inmensa desde su publicaci¨®n en 1950. En ¨¦l Paz escribi¨® que sus compatriotas, no importa la edad, la condici¨®n social o raza, siempre son seres que se encierran y se defienden. Las m¨¢scaras mexicanas, seg¨²n Paz. A los 34 a?os de publicado, el libro sigue causando pol¨¦mica, pero lo m¨¢s importante para Paz es que los mexicanos a¨²n no se han quitado sus m¨¢scaras.
?Tiene Octavio Paz una m¨¢scara? "Si tengo m¨¢scara", responde el escritor, "aspirar¨ªa a que fuera una m¨¢scara transparente, para que se adivine lo que pienso detr¨¢s de m¨ª". Poder adivinar lo que Octavio Paz piensa detr¨¢s de s¨ª mismo no es una tarea f¨¢cil. ?La m¨¢scara? El propio escritor, sin embargo, hace m¨¢s f¨¢cil la tarea y recomienda la lectura de uno de sus poemas. "All¨ª est¨¢ reflejado qui¨¦n es Octavio Paz", dice.
El poema se llama Nocturno de san Ildefonso, y en ¨¦l el poeta escribi¨®, entre otras cosas: "El bien, quisimos el bien: / enderezar el mundo. / No nos falt¨® entereza: / nos falt¨® humildad. / Lo que quisimos no lo quisimos con inocencia".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.