La reconversi¨®n
Muchas veces hay industrias que tienen que desaparecer de donde est¨¢n para que siga adelante el proceso de industrializaci¨®n, se?ala el autor de este trabajo, quien recuerda que la poluci¨®n de Tarragona se puede producir en Detroit, o la reconversi¨®n de Sagunto en Suecia, y que la industria textil se traslad¨® de Nueva York a Hong Kong. Y que en este proceso es conveniente apostar por las peque?as y medianas empresas, las cooperativas y las actividades tecnol¨®gicamente maduras.
La econom¨ªa hizo honor a su etimolog¨ªa de administraci¨®n dom¨¦stica hasta el advenimiento de la era industrial. La autarqu¨ªa de las sociedades preindustriales, alterada apenas por el comercio de productos de lujo, era una econom¨ªa dom¨¦stica donde todo quedaba en casa, es decir, en la comarca. Cuando el vapor en forma de ferrocarril y barco posibilit¨® el movimiento de recursos en el espacio y, en forma de f¨¢brica, empuj¨® la econom¨ªa en un movimiento por el tiempo hacia estadios de desarrollo econ¨®mico -despegue, madurez, consumo de masas-, la ciencia econ¨®mica preindustrial, que no hab¨ªa contado con la variable espacio ni con la variable tiempo, se vio complicada por unos desfases en el espacio -pa¨ªses con unos recursos y otros no- y en el tiempo -pa¨ªses en un estadio de desarrollo y pa¨ªses en otro.Hay tres etapas previas que dividen la historia en cuanto a modo de vida: cultura, civilizaci¨®n y niecanizaci¨®n, correspondientes a la revoluci¨®n agr¨ªcola del 8000 antes de Cristo, revoluci¨®n urbana del 4000 antes de Cristo y revoluci¨®n industrial alrededor del 2000 despu¨¦s de Cristo. Estos tres cambios en el tiempo no corresponden a cambios similares en el espacio; ciertas ¨¢reas los alcanzan antes que otras, y este desfase espaciotemporal provoca los grandes enfrentamientos, fertilizaciones, intercambios y roturas de la historia mundial: la civilizaci¨®n urbana incidiendo sobre la cultura agr¨ªcola cfea el problema de los imperios; la mecanizaci¨®n industrial cayendo sobre la cultura rural crea el problema del Tercer Mundo; la mecanizaci¨®n ensartada sobre la civilizaci¨®n crea el problema ecol¨®gico.
El centro y la periferia
A partir de la revoluci¨®n industrial las disparidades en el espacio han configurado la situaci¨®n descrita por el modelo centro-periferia o regiones avanzadas y rezagadas. Este modelo no s¨®lo se cumple dentro de cada pa¨ªs, sino a nivel mundial. El centro del mundo es donde se inventa e innova; la periferia adopta.
Hasta hace poco el centro del mundo estaba en el eje del R¨ªn, desde Lombard¨ªa hasta el sureste del Reino Unido, y en la costa este de Estados Unidos. As¨ª ha sido durante las primeras olas de industria, que fueron, de 1790 a 1850, la industria textil; de 1850 a 1900, la industria sider¨²rgica, maquinaria y ferrocarril; de 1900 a 1920, la el¨¦ctrica, qu¨ªmica y autom¨®vil; de 1920 a 1950, art¨ªculos de consumo de masas, y a partir de 1950, la electr¨®nica, cibern¨¦tica y aeron¨¢utica, am¨¦n de los servicios en turismo, educaci¨®n y sanidad.
Con la ¨²ltima oleada industrial cibern¨¦tica el centro del mundo se ha desplazado ados focos: la costa peste de EE UU y Jap¨®n. Las innovaciones que salen de estos centros son difundidas y adoptadas por los pa¨ªses industriales que han pasado por las etapas previas para tener base t¨¦cnica capaz de usar la cibern¨¦tica. No todos los pa¨ªses adoptan innovaciones cuando quieren, sino cuando pueden, y pueden s¨®lo cuando han superado ciertos umbrales de poder adquisitivo y madurez t¨¦cnica. De modo que a la disparidad espacial centro-periferia se superpone un desfase temporal en estadios de desarrollo. Seg¨²n Rostow, Italia inici¨® el despeque en 1900, alcanz¨® la madurez en 1920, y el consumo de masas en 1950. El Reino Unido hab¨ªa descubierto estas etapas en 1780, 1830 y 1920; EE UU, en 1840, 1870 y 1910; Jap¨®n, en 1880, 1910 y 1950. Curiosamente, Rostow deja Espa?a fuera de su an¨¢lisis porque Spain is diferent y las cifras no deb¨ªan cuadrarle en el modelo. Creo que deben ser similares a Italia, y corresponden a 1900, 1930 y 1960; la ¨²ltima, con sumo de masas, la m¨¢s evidente.
El problema de la reconversi¨®n industrial s¨®lo puede analizarse objetivamente en el marco de esta evoluci¨®n espacio-temporal de la eonom¨ªa mundial, con sus desfases que se interrelacionan y se inciden, ora favorable, ora perjudicialmente. Debido a la movilidad de mercanc¨ªas y capitales, los problemas de una regi¨®n o de un pa¨ªs ya no se originan solamente en ellos, ni pueden ser resueltos s¨®lo desde dentro de ellos. La poluci¨®n de Tarragona se puede briginar en Detroit; la congesti¨®n de Madrid se puede detener industrializando Huelva, y la reconversi¨®n de Sagunto se puede provocar en Suecia; las siderurgias del Cant¨¢brico usan carb¨®n importado de los pa¨ªses n¨®rdicos; es evidente que su rentabilidad se ha escapado de las fronteras nacionales y sufre la incidencia de procesos espacio-temporales a nivel mundial.
Que una industria deje de ser rentable en un momento del proceso puede ser, en algunos casos, s¨ªntoma del ¨¦xito de ese proceso. Por ejemplo: la industria textil es la primera en el proceso de desarrollo (Nueva York hace 100 a?os era un ¨¢rea textil; al subir los salarios, lo textil se desplaza. a zonas de mano de obra m¨¢s barata, como sucedehoy con Hong Kong y Corea del Sur. Lo importante es suplir esas industrias ya no viables por otras de la nueva ola, cosa que Nueva York, evidentemente, hizo. Lo hizo el Reino Unido y se est¨¢ haciendo en Catalu?a.
El remmbio industial
La cuesti¨®n fundamental en la reconversi¨®n es prever con tiempo nuevas actividades para los trabajadores afectados sin obligarles a cambiar de residencia si no lo desean. Se trata sencillamente -?sencillamente?- de contestar la pregunta del obrero de Gij¨®n ?despu¨¦s del acero, qu¨¦? Si yo tuviese que contestar, apostar¨ªa por inversiones en peque?a y mediana empresa, a ser posible constituidas en cooperativas y dedicadas a actividades en etapa madura del ciclo tecnol¨®gico.
Peque?a empresa porque la base econ¨®mica se diversifica y se hace menos vulnerable a cambios exteriores de demanda u oferta; cooperativas porque la propiedad es de todos, reduci¨¦ndose la conflictividad, y actividades maduras porque son procesos ya conocidos y estandarizados susceptibles de localizarse ubicuamente sin problemas de infraestructura tecnol¨®gica.
Todo lo cual no es sencillo, pero es lo menos que se merecen las personas que han trabajado honestamente y duro en actividades que hicieron posible el actual bienestar de todos.
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