El d¨¦ficit p¨²blico alcanzo el pasado a?o el 7% del PIB, seg¨²n el profesor ?ngel Rojo
El d¨¦ficit p¨²blico alcanz¨® en 1983 una cifra equivalente al 7% del producto interior bruto (PIB), si se tiene en cuenta no s¨®lo lo recogido en las cuentas de las administraciones p¨²blicas, sino tambi¨¦n el coste que tuvo que soportar el Banco de Espa?a para obtener los fondos que necesitaba el Estado, se?al¨® ayer en Santander Luis ?ngel Rojo, director del servicio de estudios del Banco de Espa?a.
Los intereses que tuvo que satisfacer directamente el Estado para financiar b d¨¦ficit alcanzaron los 390.000 millones de pesetas que se transforman en 669.000 millones si se acumula el coste derivado para el Banco de Espa?a. La tendencia de autoalimentaci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico alcanza proporciones cada vez m¨¢s importantes que deben ser corregidas.El director del curso sobre la crisis econ¨®mica, que tiene lugar en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo de Santander, analiz¨® los distintos componentes del d¨¦ficit p¨²blico separ¨¢ndolos entre lo que se considera d¨¦ficit estructural -el que seguir¨ªa existiendo aunque la econom¨ªa creciera a una tasa considerada como normal- y el c¨ªclico, que ser¨ªa consecuencia de la propia crisis econ¨®mica que se padece y que ir¨ªa desapareciendo en la misma medida en que se produjera la recuperaci¨®n.
Para ?ngel Rojo, el problema real que subyace en estos momentos es que la componente estructural del d¨¦ficit contin¨²a creciendo de forma r¨¢pida, lo que aleja, al menos que no se tomen medidas dr¨¢sticas sobre Seguridad Social y las empresas p¨²blicas, cualquier posibilidad de reequilibrio de la actividad econ¨®mica espa?ola.
En los ¨²ltimos a?os el d¨¦ficit p¨²blico ha crecido, en relaci¨®n al producto interior bruto (PIB), en cuatro puntos, de los que tres corresponder¨ªan a la parte estructural. Justo lo contrario de lo que ocurre en el resto de los pa¨ªses industrializados que conocer¨¢n reducciones importantes de sus d¨¦ficits una vez que tome cuerpo la reactivaci¨®n econ¨®mica.
Aumento del gasto p¨²blico
El profesor Rojo se?al¨® que en la ¨²ltima d¨¦cada los gastos p¨²blicos han pasado de representar el 29% del PIB a situarse en el 38% y que dos de estos casi diez puntos se deben a incrementos de los gastos de consumo del sector p¨²blico; cuatro, a mayores prestaciones sociales, desempleo y pensiones; dos, a subvenciones corrientes, sobre todo a las empresas p¨²blicas, y otros dos puntos, a mayores costes de financiaci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico.El director del servicio de estudios del Banco de Espa?a afirm¨® que los d¨¦ficit crecientes acaban obligando a los gobiernos a elevar los coeficientes legales a que est¨¢n sometidas las instituciones financieras, con el objetivo de lograr obtener fondos a precios por debajo de mercado con los que financiar los d¨¦ficits p¨²blicos. Ello implica, en ¨²ltimo t¨¦rmino, desviar fondos que de otra manera ir¨ªan al sector privado, con la consiguiente escasez de los mismos y la elevaci¨®n de los tipos de inter¨¦s.
Rojo admiti¨® que en la actualidad se dan las condiciones necesarias para que bajen los tipos de inter¨¦s, empezando por los que se establecen para las operaciones de pasivo, en funci¨®n de que la tasa de inflaci¨®n esperada para 1984 est¨¢ claramente por debajo de la de hace un a?o. Indic¨® que se puede esperar una reducci¨®n gradual de los costes del dinero, aunque tambi¨¦n se?al¨® que la reducci¨®n de las expectativas inflacionistas para el ahorrador privado s¨®lo se producir¨¢n si se logra contener el d¨¦ficit.
Antonio Garc¨ªa de Blas, por su parte, analiz¨® los principales problemas a los que se enfrenta la Seguridad Social, tanto en su vertiente de ingresos como de gastos. Estim¨® poco probable un incremento importante de los ingresos, ya que el 80% de los mismos proceden de las cotizaciones y el 20% de las transferencias del Estado. Se puede, en su opini¨®n, mejorar algo la distribuci¨®n de estos ingresos en cuanto que coticen m¨¢s algunos colectivos hasta ahora con aportaciones m¨ªnimas, como los agricultores, los trabajadores aut¨®nomos o cualquier otro tipo de colectivo en r¨¦gimen especial, y descargar algo m¨¢s el peso del r¨¦gimen general.
Desde el punto de vista de los gastos, Garc¨ªa de Blas apunt¨® los grandes crecimientos de las prestaciones por desempleo, aunque la cobertura alcance s¨®lo al 26% de los trabajadores en paro, y el fuerte incremento experimentado por las pensiones.
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