Los gastos corren a cargo del Estado
De los 240.000 millones de pesetas requeridos hasta finales de 1983 por la reconversi¨®n industrial, m¨¢s de la mitad han salido del sector p¨²blico, seg¨²n medios financieros. Para los 892.600 millones previstos en el trienio 1984-1986, la aportaci¨®n estatal esperada ronda las tres cuartas partes. Y hasta 1990 quedar¨¢n todav¨ªa por cubrir necesidades financieras pr¨®ximas a los 372.000 millones.Las cifras reflejan la huida del sector privado, principalmente de la banca, que gui¨® la tard¨ªa expansi¨®n industrial, promovida desde el Estado en tanta o mayor medida que otros pa¨ªses europeos y ahora afrontada por el mismo en su ajuste, tambi¨¦n con superior intensidad respecto a Europa.
Por la carencia de empresas privadas dispuestas al liderazgo y porque la banca se ha centrado en su propia reconversi¨®n, que en los ¨²ltimos a?os ha exigido recursos p¨²blicos por m¨¢s de un bill¨®n de pesetas, la reestructuraci¨®n industrial, al igual que la industrializaci¨®n, ha sido acometida con retraso respecto a Europa. Demora complicada por la mayor dependencia t¨¦cnica, la fragilidad financiera y la inadecuaci¨®n del marco de relaciones laborales.
El primer intento reconversor -llamado de Abril por ser entonces el vicepresidente econ¨®mico Fernando Abril- no lleg¨® hasta finales de la pasada d¨¦cada; el segundo -mucho m¨¢s amplio- lo inici¨® en 1981 el ministro Ignacio Bay¨®n, y el tercero el Gobierno socialista en 1983. Los costes del retraso saltan a la vista: de los m¨¢s de 800.000 millones que deber¨¢ aportar el sector p¨²blico durante el mandato socialista, cerca de 200.000 millones ir¨¢n a reponer p¨¦rdidas que hubieran sido menores con una reconversi¨®n a tiempo, seg¨²n los expertos.
Las tres claves del proceso, orientadas a recuperar competitividad y a mejor adaptarse a niveles europeos, siguen con los adjetivos laboral, financiera y tecnol¨®gica. En las tres parecen subsistir algunos interrogantes.
En cuanto a las formas de aportaci¨®n privada y bancaria, pudieran ser resueltas en las pr¨®ximas semanas con la fijaci¨®n de coeficientes legales de inversi¨®n obligatoria a para los bancos a tipos algo inferiores a los de mercado. El proyecto de ley est¨¢ en el Parlamento y su desarrollo habr¨¢ de ser negociado. El mecanismo adicional de los cr¨¦ditos participativos, a los que se resiste la banca por cuanto puedan significar alguna responsabilidad gestora en las empresas beneficiarias, acaba de ser aprobado con una marcada orientaci¨®n hacia el sector p¨²blico. En otros pa¨ªses se consideran tambi¨¦n instrumento de renovaci¨®n tecnol¨®gica. Por ello algunos los conceb¨ªan como la gran ocasi¨®n para implantar tecnolog¨ªas de futuro (Espa?a consume la mitad que los pa¨ªses europeos en t¨¦rminos relativos) y para reindustrializar a la vez que se reconvierte.
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