Paul Fredric Brain: "La especie humana no es particularmente agresiva"
El cient¨ªfico es presidente de la Sociedad para la Investigaci¨®n de la Agresi¨®n
"La especie humana no es particularmente agresiva, aunque s¨ª haya desarrollado una tecnolog¨ªa que hace sus agresiones m¨¢s efectivas que las de otras". Esta impresi¨®n sobre la conducta de nuestra especie, que muchos juzgar¨¢n optimista, est¨¢ avalada por Paul Fredric Brain, un gal¨¦s de 39 a?os que ocupa la presidencia de la Sociedad Internacional para la Investigaci¨®n de la Agresi¨®n. "Tratamos de informar a los pol¨ªticos sobre qu¨¦ no es cient¨ªfico en la naturaleza de la agresi¨®n", comenta.
Este gal¨¦s de 39 a?os confiesa que comenz¨® a interesarse por la agresi¨®n debido a los numerosos ataques que sufr¨ªa en la infancia por sus coet¨¢neos. Luego estudi¨® animales, curs¨® zoolog¨ªa, se especializ¨® en psicolog¨ªa, se interes¨® por la psicofarmalog¨ªa y cuando respir¨® se vio convertido en una autoridad mundial en agresividad. Preside una sociedad con 365 miembros, representantes de 24 pa¨ªses (Espa?a aporta al doctor Rodr¨ªguez Delgado, del Centro Ram¨®n y Cajal de Madrid, y al doctor Mart¨ªn Ram¨ªrez, de la universidad de Sevilla), especializada en investigaci¨®n de la agresividad, y habla de conductas agresivas por todos los rincones del mundo.Una sonrisa se dibuja permanentemente en su rostro, como si quisiera disculparse por interesarse por tan espinosa cuesti¨®n, y a las primeras de cambio asegura no ser una persona agresiva: "M¨¢s bien procuro ser encantador". ?Habr¨¢ aprendido este hombre a reprimir su agresividad a trav¨¦s de sus estudios? ?Le ocasionar¨¢ esto alg¨²n problema? "Quiz¨¢ los problemas los tuviera si fuera agresivo, porque no me siento muy fuerte".
Habla de la agresividad con un desapasionamiento cient¨ªfico que a veces parece excesivo: "La agresividad tiene aspectos constructivos y destructivos, y quiz¨¢ sea interesante diferenciarlos. Evidentemente aparece en la naturaleza y no siempre como un elemento destructivo. La agresividad permite a un individuo de determinada especie obtener y mantener su territorio, conseguir compa?ero o compa?era para la reproducci¨®n, obtener su alimento. Usted puede definir como agresi¨®n aquello que le hacen a usted otros que considera menos razonables. Pero ellos creer¨¢n que lo que hacen es razonable, y a su vez ver¨¢n inadecuado cosas que usted les haga. El resultado final es un complejo de pautas agresivas que tratamos de estudiar".
?Y la agresividad espec¨ªficamente humana? "Al menos es tan compleja y diversa como otras, y quiz¨¢ se diferencie poco de las de otras especies". Rechaza la idea de que el hombre pertenezca a una especie agresiva hasta grados aberrantes: "Se dice con frecuencia, y es cierto, que el hombre mata a su misma especie con m¨¢s frecuencia que las otras. Pero eso no es porque su impulso agresivo sea mayor o m¨¢s perverso, sino simplemente porque ha desarrollado una tecnolog¨ªa superior a otras especies. Visto desde el punto de vista de las muertes, podemos tener una idea pobre de nuestra especie. Pero si usted piensa que hay especies de primates en las que el macho dominante mata a las cr¨ªas de sexo masculino para prolongar su situaci¨®n, de macho dominante, su acceso a las hembras, es decir, para eliminar la posible competencia futura de esas cr¨ªas, convendr¨¢ en que nuestra conducta no es de las peores".
Hombre y mujer
Pone tambi¨¦n en cuesti¨®n otra idea muy extendida, la de que el hombre sea m¨¢s agresivo que la mujer: "Durante tiempo se relacion¨® la agresividad con la testosterona. No hace mucho se ha descubierto que con frecuencia en el cerebro la testosterona se transforma en una hormona femenina".?Y a d¨®nde puede llevar el estudio de la agresividad? "Pertenecemos a la ONU en calidad de organismo no gubernamental y tratamos de explicar a los pol¨ªticos qu¨¦ no es cient¨ªfico en la naturaleza de la agresi¨®n, cu¨¢les son sus aspectos constructivos y cu¨¢les los destructivos. Pero creo que no hemos llegado a¨²n muy lejos en este estudio". Habla del equilibrio actual, equilibrio disuasorio, en el que las dos potencias muestran sus misiles como dos machos que se amenazan por la posesi¨®n de una hembra, pero no se atreve a aventurar cu¨¢l ser¨¢ el final.
"Evidentemente no es de mucha utilidad hacer estas comparaciones. Si usted me pide resultados, hasta ahora se ha podido llegar a transformar conductas particularmente agresivas, que podemos considerar patol¨®gicas, pero s¨®lo en los casos en que la funci¨®n endocrina que provoca la agresividad es obvia. El impulso agresivo se canaliza por v¨ªas muy diversas, y la ¨²nica que se ha podido atacar claramente hasta ahora es la del impulso de agresi¨®n sexual. Algunos agresores sexuales han sido tratados en el Reino Unido con f¨¢rmacos que act¨²an sobre sus hormonas. Pero si esto ha sido posible es porque el impulso de agresi¨®n se canaliza en estos casos muy claramente. Y aun as¨ª provoca problemas t¨¦cnicos y ¨¦ticos el hacer este tratamiento".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.