?Cu¨¢l ser¨¢ la pr¨®xima v¨ªctima?
El siguiente texto est¨¢ compuesto por los extractos m¨¢s significativos de un art¨ªculo publicado hace unos d¨ªas en el diario franc¨¦s Le Monde bajo el t¨ªtulo 'Estrategia del rumor', del que es autor el director general de la Unesco, Arnadou-Mahtar M'Bow. En dicho art¨ªculo, el director del organismo internacional se defend¨ªa de las acusaciones vertidas contra ¨¦l en un serial de dos informes publicado en el mismo diario con el t¨ªtulo 'La Unesco, a la deriva', en el que se hac¨ªa un an¨¢lisis de la diricil situaci¨®n por la que atraviesa la organizaci¨®n tras la retirada de Estados Unidos y la amenaza de hacer lo mismo expresada por el Reino Unido y otros pa¨ªses occidentales. En l¨ªneas generales, en aquellos informes se acusaba al director general de la organizaci¨®n, con profusi¨®n de datos, de dilapidar el presupuesto de la Unesco y de realizar una, pol¨ªtica sesgada de selecci¨®n de funcionarios, as¨ª como de defender preferentemente los intereses de los pa¨ªses socialistas y del Tercer Mundo.
"Los lectores del diario Le Monde -cuya influencia sobre la opini¨®n p¨²blica francesa, as¨ª como en los c¨ªrculos m¨¢s ilustrados de las elites internacionales, es bien conocida- han debido quedar consternados con la lectura de los dos art¨ªculos titulados 'La Unesco, a la deriva (Le Monde, 30 de noviembre y 1 de diciembre pasados)"."( ... )'Es casi general', escribe el periodista de Le Monde, 'que los Estados miembros no env¨ªan a la Unesco a sus mejores elementos'. C¨®mputo basado en un casi, porque los Estados miembros no env¨ªan a la Unesco m¨¢s que a sus delegados, es decir, a sus diplom¨¢t¨ªcos o a sus especialistas; en cuanto a los funcionarios internacionales del secretariado ( ... ) son nombrados por el director general. ?Y en base a qu¨¦ criterio eval¨²a el autor su competencia? Se trata en este caso de escamotear los hechos para acreditar la idea de que los funcionarios internacionales ser¨ªan doblemente tributarios de su Gobierno y de la f¨¦rula tir¨¢nica de un d¨¦spota imaginario, un ogro con los contratos de corta duraci¨®n entre los dientes. ( ... ) ?Las cifras, las precisiones? Bagatelas, s¨®lo buenas para reforzar el cr¨¦dito de la narraci¨®n. Porque los pocos datos factuales diseminados en el vasto campo de alegaciones e hip¨®tesis ( ... ) son, en la mayor¨ªa de los casos, falsos, mutilados o err¨®neos".
"( ... ) Por otra parte, ?c¨®mo un periodista especializado en pol¨ªtica internacional puede extra?arse sinceramente de que el director general de una organizaci¨®n del sistema de las Naciones Unidas viaje mucho? ?Qu¨¦ se dir¨ªa de un director general de la U?esco, que cuenta con m¨¢s de 160 Estados miembros, s¨ª se quedase c¨®modamente en su d¨²plex, menos grande de lo que imagina nuestro fabulador, y si no fuese regularmente a comprobar los problemas por s¨ª mismo y encontrarse con aquellos que los viven sobre el terreno?".
"( ... ) Naturalmente, es f¨¢cil tomarla con la Unesco y empa?ar o hacer olvidar su obra de cooperaci¨®n cient¨ªfica, educativa e intelectual mediante el recurso de establecer un malvado proceso contra su director general, y que, bajo su apariencia de falsa indignaci¨®n, ser¨ªa risible si no oliese un poco a caza de brujas. En cuanto al aspecto kafkiano de este proceso, la mayor parte de las acusaciones quedan en la vaguedad m¨¢s total; de forma que la v¨ªctima no puede disculparse realmente porque las faltas imputadas permanecen en elbrumoso dominio de lo improbable. ( ... ) En cuanto al lado orwelliano del asunto, lleva a los acusadores a distorsionar sistem¨¢ticamente los hechos, a reescribir la historia de la Unesco seg¨²n las t¨¦cnicas de la mentira: dos dedos de apariencia de verdad, ocho de leyenda negra... La voluntad de contribuir al progreso, a la cultura, al desarrollo y a la justicia en el mundo es desfigurada sistem¨¢ticamente. Sucede como si la necesaria solidaridad con los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, y especialmente con los m¨¢s pobres de entre ellos, debiese ser objeto de anatema, de un minuto de odio, por parte de, quienes ven en esta solidaridad, en virtud de no se qu¨¦ aberraci¨®n, la expresi¨®n de una hostilidad contra las democracias occidentales".
"( ... ) La estrategia que trata de hacer de los problemas actualmente planteados a la Unesco un asunto de persona -cuando, en lo que concierne al funcionamiento de la organizaci¨®n, por mi iniciativa y por la del consejo ejecutivo, se han emprendido reformas importantes, completando aquellas que, hab¨ªan sido puestas en marcha poco despu¨¦s de mi nombramiento y a lo largo de a?os- permite, como todas las mitolog¨ªas, ocultar las dificultades por las que atraviesa actualmente el sistema de las Naciones Unidas".
"Porque la comunidad internacional est¨¢ siendo concebida, a partir de ahora, por ciertos intereses -es decir, por ciertas potencias- no ya como un medio de obrar 'conjuntamente por el progreso de la especie humana, sino como el objeto de un conflicto, el lugar de una lucha por el poder; en resumen, una posici¨®n a conquistar o a destruir en el marco de una batalla pol¨ªtica o econ¨®mica por la hegemon¨ªa mundial. Si no puede dictarse su ley a la Unesco o imponerle la fidelidad a un inter¨¦s particular es mejor entonces, seg¨²n este racionamiento c¨ªnico, barrenarla, abandonarla en ruinas al adversario y hacer volar en pedazos el principio de universalidad sobre el que se basa. Inmediatamente despu¨¦s, ?no dar¨ªa esto raz¨®n a la predicci¨®n que pretend¨ªa que la Unesco se encontraba a la deriva? Nos encontramos entonces en el pa¨ªs de las profec¨ªas, que, por el hecho misnio de ser enunciadas, suministran la prueba de su veracidad: se trata de la self-fulfilling prophecy, cuya teor¨ªa han sido creada por los soci¨®logos norteamericanos. De esa forma, el rumor de la quiebra crea la quiebra, minando el cr¨¦dito y la confianza de los clientes en un banco".
"Conviene hacer todo lo posible para que no ocurra lo mismo en el campo de la cooperaci¨®n interna cional. Despu¨¦s de la Unesco ?cu¨¢l ser¨¢ la pr¨®xima v¨ªctima? Le Monde sabe bien, por haber informado ya de ello a sus lectores, que desde ahora planean amenazas sobre otras agenc¨ªas u organismos del sistema de Naciones Unidas., como, por ejemplo, la UNCTAD, la FAO y la propia ONU".
"Esta amenaza ( ... ) no tiene nada que ver con mi persona, ni con la Unesco en tanto que tal. Se cristaliza simplemente sobre ella porque tal vez esta ¨²ltima pod¨ªa ser se?alada con el dedo m¨¢s f¨¢cilmente ante ciertas -opiniones p¨²blicas. Porque es mucho m¨¢s dif¨ªcil para la Unesco materializar, a los ojos del p¨²blico, su obra. Con excepci¨®n de las campa?as para la salvaguardia del patrimonio mundial (Venecia, Abu Simbel, Borobudur o el monte Saint-Michel ... ), su accci¨®n es tanto m¨¢s esencial como cuando es casi invisible. ?C¨®mo conseguir una primera p¨¢gina en una publicaci¨®n con el tema de la alf¨¢betizaci¨®n? ?Con los programas de educaci¨®n? ?O con la cooperaci¨®n cient¨ªfica, que incluye programas tan vitales para la especie humana como el del hombre y la biosfera?". "Es, por tanto, m¨¢s dif¨ªcil a las delegaciones que se expresan en el recinto de la Unesco evitar las controversias ideol¨®gicas. Porque las desigualdades en materia de educaci¨®n o de desarrollo cient¨ªfico y tecnol¨®gico suscitan m¨¢s pol¨¦micas o divergencias de puntos de vista que la erradicaci¨®n de la viruela o de la malaria. De la misma manera, la manera de concebir la paz, los derechos del hombre o la libre circulaci¨®n de informaci¨®n -esos ideales que la Unesco est¨¢ encargada de promover en virtud de su acta de constituci¨®n- no suscitan siempre la unanimidad".
"?Y es eso entonces una raz¨®n para que ( ... ) me acuse de haberme 'acercado a los pa¨ªses del Este y a los reg¨ªmenes m¨¢s prosovi¨¦ticos del Tercer Mundo' para hacer el juego a una 'fr¨¢gil mayor¨ªa' que habr¨ªa que reforzar? El director general no lo es de una mayor¨ªa porque representa al conjunto de los Estados miembros. No es necesario, pues, acercarce a tal o cual Estado o grupo de Estados. Por mi parte, he hecho prevalecer siempre la b¨²squeda del consenso, y es en, virtud de este acuerdo de voluntades como se han adoptado la mayor parte de las decisiones desde, mi nombramiento a la cabeza de la Unesco, haciendo in¨²til la b¨²squeda de una mayor¨ªa ( ... )".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.