"Ser¨ªa un factor estabilizador que Espa?a firmar¨¢ el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear"
Pregunta. ?En qu¨¦ se basa su afirmaci¨®n de que, con el actual Gobierno de Lisboa, han mejorado sustancialmente las relaciones entre Espa?a y Portugal?Respuesta. En 1983 se a?adi¨® un protocolo adicional al Tratado de Amistad y Cooperaci¨®n Luso-espa?ol, destinado a crear mecanismos para un di¨¢logo pol¨ªtico y diplom¨¢tico permanente entre los dos Gobiernos. Ese mismo a?o se reuni¨® el consejo de cooperaci¨®n y se celebr¨® una cumbre de jefes de Gobierno. En 1984 hubo encuentros de los primeros ministros y de los titulares de Asuntos Exteriores, as¨ª como variad¨ªsimos contactos ministeriales, en el plano de la defensa, los transportes, la cultura y la salud, entre otros. No fue posible celebrar, a finales de 1984, una nueva cumbre pero, en este momento, nos encontramos en una fase de trabajo discreto, pero intenso, en cuanto se refiere a la reactivaci¨®n de las relaciones.
P. ?Hay ya fecha marcada para la pr¨®xima cumbre?
R. Todav¨ªa no, pero existe la voluntad de que sea lo antes posible, tan pronto como lo permitan los calendarios diplom¨¢ticos y los contactos exploratorios. No tendr¨ªa sentido que se celebrasen reuniones de alto nivel sin que, previamente, se preparase el camino para la obtenci¨®n de resultados apreciables.
P. ?En qu¨¦ situaci¨®n se encuentran actualmente los contenciosos entre Espa?a y Portugal y, muy significadamente, el de la pesca?
R. Esta cuesti¨®n es considerada como prioritaria por Espa?a, pero las relaciones entre los dos pa¨ªses son mucho m¨¢s amplias. Si se centra todo en la obsesi¨®n pesquera, no se contribuir¨¢ a una mejor¨ªa de las relaciones y, en el marco pesquero, el problema apenas tendr¨¢ salida si se encara como un problema de derecho de captura en aguas portuguesas.
Tenemos ahora un nuevo marco para el reordenamiento de nuestras econom¨ªas y para el establecimiento de lazos de cooperaci¨®n, que es la adhesi¨®n a la Comunidad Econ¨®mica Europea, previsiblemente el 1 de enero del a?o pr¨®ximo. Esto significa que todo un complejo de estructuras comunitarias pasar¨¢ a funcionar entre Espa?a y Portugal, con modificaciones sustanciales respecto a lo que han sido hasta ahora las relaciones tradicionales entre las dos econom¨ªas. Es desde este punto de vista desde el que se debe considerar el cambio de relaciones bilaterales, con consecuencias, naturalmente, no s¨®lo en el plano pesquero, sino tambi¨¦n en el comercial, industrial, agr¨ªcola, financiero, circulaci¨®n de capitales y personas, etc¨¦tera.
Pensamos, adem¨¢s, que en las relaciones econ¨®micas hispano-portuguesas hay rasgos de arca¨ªsmo que deben ser sobrepasados. En el mismo dominio de la pesca debe procurarse una complementariedad del esfuerzo empresarial basado en el equilibrio, no s¨®lo en cuanto a capturas, sino respecto a los circuitos de comercializaci¨®n y consumo de pescado. Un elemento prometedor es el clima de confianza en el terreno de los transportes. Es muy significativo que, en este momento, haya abiertas permanentemente tres fronteras terrestres y que ambos Gobiernos hayan decidido empezar en 1985 la construcci¨®n de los puentes sobre el Mi?o y el Guadiana. Unido todo ello al posible desarrollo de los enlaces ferroviarios, se puede concluir que se est¨¢ impulsando la infraestructura necesaria para una buena relaci¨®n econ¨®mica.
"Nuestro objetivo es reducir el d¨¦ficit comercial"
P. A pesar del trazado de un marco global para las relaciones econ¨®micas, ?no tiene una especial urgencia la resoluci¨®n del contencioso pesquero?R. Comprendo que es una cuesti¨®n prioritaria para Espa?a, pero tambi¨¦n es prioritaria para Portugal la resoluci¨®n del d¨¦ficit cr¨®nico de la balanza comercial entre los dos pa¨ªses. Y, cuando se trata de armonizar a las partes, es necesario, primero, tener en cuenta la voluntad de ambas y no la fijaci¨®n obsesiva en un inter¨¦s unilateral. El a?o pasado tuvimos una balanza comercial positiva con pa¨ªses como el Reino Unido. Si la producci¨®n portuguesa es competitiva en mercados europeos dif¨ªciles, ?por qu¨¦ se encuentra con dificultades suplementarias por parte de las autoridades espa?olas? Recientemente, cuando quer¨ªamos hacer una exposici¨®n de productos portugueses en unos grandes almacenes, hubo fuertes obst¨¢culos por parte de Espa?a. No podemos comprender estas actitudes. cuando, por ejemplo, una feria comercial de Galicia ha tenido todas las facilidades para recorrer Portugal. Mi Gobierno ha levantado las restricciones impuestas a las importaciones espa?olas, pero nuestro objetivo, l¨®gicamente, sigue siendo reducir el d¨¦ficit comercial. Espa?a debe entender que es tambi¨¦n un problema pol¨ªtico. El d¨¦ficit se debe atenuar, no mediante restricciones comerciales, sino por el incremento de la cooperaci¨®n entre ambos pa¨ªses, de forma que la parte portuguesa tuviera una progresi¨®n que permitiera reducir las diferencias.
P. ?No habr¨¢ soluci¨®n al problema pesquero en tanto no se resuelva el contencioso comercial?
R. Nuestra perspectiva es que ambos problemas tienen su propio marco de soluci¨®n en los mecanismos de integraci¨®n de Espa?a y Portugal en la CEE y que se deben respetar los intereses nacionales de los dos pa¨ªses. Dif¨ªcilmente pueden ser tratados separadamente. Los pasos concretos habr¨¢n de darse tras la reuni¨®n del consejo de cooperaci¨®n y la cumbre de jefes de Gobierno. Sin di¨¢logo pol¨ªtico, naturalmente, las soluciones econ¨®micas no pueden consolidarse.
Entre Portugal y Espa?a existen relaciones pesqueras obsoletas en el plano jur¨ªdico. El acuerdo de 1969 est¨¢ derogado a la luz de la evoluci¨®n del derecho internacional. Ning¨²n Estado soberano admite la concesi¨®n de derechos de pesca entre las 6 y 12 millas de toda su costa. El acuerdo de 1978 decidimos darlo por terminado. No era nuestra intenci¨®n hacerlo. A su debido tiempo, comunicamos a las autoridades espa?olas que s¨®lo tomar¨ªamos esta decisi¨®n si Espa?a reivindicaba los derechos conferidos por el acuerdo ante la CEE. Actuamos como lo hicimos porque era la ¨²nica forma de proteger nuestros intereses en el proceso de integraci¨®n europea.
?Quiere esto decir que las relaciones pesqueras entre Espa?a y Portugal nos separan? De ninguna forma. Pienso que se deben desbloquear de forma inmediata en el plano fronterizo, atendiendo a las necesidades e intereses de las poblaciones ribere?as. Por otra parte, la integraci¨®n en la CEE permite la posibilidad de desarrollar nuevos moldes en la cooperaci¨®n empresarial en el sector pesquero, en la perspectiva de una complementariedad de las econom¨ªas en una ¨®ptica comunitaria. Naturalmente, la cuesti¨®n no se circunscribe a un simple derecho de capturas. Nada impide que capitales espa?oles inviertan en Portugal y que la actividad pesquera portuguesa utilice la potencialidad del mercado consumidor espa?ol para la venta de sus productos. En definitiva, tiene que haber una relaci¨®n pesquera del a?o 1985, no del siglo pasado.
P. ?Plantea la integraci¨®n espa?ola en la OTAN alg¨²n contencioso respecto al papel que han de jugar ambos pa¨ªses en la Alianza?
R. No. Nos felicitamos por la adhesi¨®n espa?ola y por los recientes pasos del Gobierno de Madrid hacia una integraci¨®n m¨¢s r¨¢pida y m¨¢s efectiva. Naturalmente, una participaci¨®n de Espa?a en las estructuras militares -que siempre deseamos y que hoy, emp¨ªricamente, se concreta en la participaci¨®n en todas las estructuras de altos mandos militares de la OTAN- implicar¨¢ un reordenamiento de los mandos en la zona, hecho para el que estamos preparados y que queremos resolver en di¨¢logo con Bruselas y Madrid. Portugal atribuye mucha importancia a la seguridad en la zona y, en este sentido, considera que ser¨ªa un factor de estabilizaci¨®n estrat¨¦gica en el ¨¢rea que Espa?a suscribiese el Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares.
P. ?Est¨¢ excluida la posibilidad de que Portugal pueda albergar armas nucleares en su territorio?
R. Mi pa¨ªs es signatario del tratado de no proliferaci¨®n. No tiene intenci¨®n de constituirse en potencia nuclear y no tiene acuerdos con ning¨²n pa¨ªs que hagan de su territorio un dep¨®sito nuclear. No cede ninguna instalaci¨®n, ninguna infraestructura, para la instalaci¨®n de misiles, localizaci¨®n de escuadrillas de bombarderos estrat¨¦gicos o presencia de submarinos nucleares. Incluso los efectivos militares norteamericanos en las Azores son incomparablemente m¨¢s reducidos que los que hay en Espa?a. Consideramos altamente positivo mantener la pen¨ªnsula Ib¨¦rica fuera de las disputas nucleares. ?ste es el ¨²nico pa¨ªs del mundo que, en los ¨²ltimos 10 a?os, ha reducido significativamente su presupuesto y sus contingentes militares. Portugal no representa una amenaza para nadie y considera altamente positivo que, a un lado y a otro del estrecho de Gibraltar, se camine hacia una reducci¨®n progresiva de los potenciales y se cree un clima de distensi¨®n y confianza para que la zona no se vea envuelta en conflictos.
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