Julian Lennon intenta cumplir la profec¨ªa de su padre: "Ser¨¢ un rockero famoso"
El nombre de Lennon llama la atenci¨®n por s¨ª solo. Si quien lo lleva, el joven Julian Lennon, es, adem¨¢s de hijo del beatle asesinado, un rockero de nuevo cu?o que ya arma alborotos, no s¨®lo por su parecido f¨ªsico con su padre, sino por mantener personalidad propia bajo su sombra, la llamada de atenci¨®n se duplica. Julian Lennon estuvo en los estudios de TVE en Barcelona grabando dos de sus canciones. A sus 21 a?os, el muchacho intenta demostrar que John acert¨® cuando dijo: "Este chico ser¨¢ un famoso rockero".
Cuando John Lennon le vio por primera vez, despu¨¦s de una gira que le mantuvo alejado de Liverpool, no pudo ocultar su entusiasmo paternal: "?Este chico va a ser un famoso rockanrolero!'.Julian Lennon r¨ªe al o¨ªr la an¨¦cdota -inmortalizada por Cynthia, su madre, en su libro de memorias- y reconoce que su padre ten¨ªa buen ojo. Al menos su compa?¨ªa discogr¨¢fica le trata bien -"ha vendido m¨¢s de un mill¨®n de copias en Estados Unidos", susurran respetuosos-. Por tanto, hay orden de prohibir que se le acerquen fot¨®grafos -"nadie debe comerciar con su imagen"-. "Es el vivo retrato de su padre", "?Ah, no!, es muy menudo". Su presencia en los estudios de TVE en Barcelona, donde ha grabado un par de temas dentro de Ah¨ª te quiero ver, causa alboroto. Rodeado de nueve personas de su compa?¨ªa, Julian sonr¨ªe con resignaci¨®n: "Ha sido as¨ª desde que saqu¨¦ el disco. Viajes, entrevistas, actuaciones. Ya ni siquiera recuerdo c¨®mo era mi vida antes de firmar el contrato".
Un tipo con suerte. Nada m¨¢s estampar su firma le mandaron a un castillo de Francia para componer. De ah¨ª, a Nueva York, donde grabo con un equipo de primera lo que es su deb¨². Valotte ha sido uno de los acontecimientos del invierno pop; p¨²blico y cr¨ªticos boquiabiertos ante un cantante que utiliza todos los manierismos vocales del cerebro de los Beatles. Machaconamente, Julian asegura que la popularidad de canciones como Too late for goodbyes no es atribuible a su venerado apellido. "No, nadie comprar¨ªa un disco del hijo le John si no les gustara. Al menos al precio que hoy tienen los discos".
El 'toque Lennon'
En su fichaje tampoco influy¨® ese factor sentimental: "Mi representante ofreci¨® mis maquetas sin difundir mi nombre completo". Una precauci¨®n in¨²til: en estructura e interpretaci¨®n el toque Lennon es inconfundible. Y nadie puede ech¨¢rselo en cara. Al menos en este momento de sorpresa. "?Dentro de dos o tres a?os? Ya veremos, no me preocupa el futuro".Sus 21 a?os han sido agitados. "No puedo calcular el n¨²mero de casas que he conocido". A?ade con picard¨ªa: "Tuve muchos padrastros desde que John. se marchara en 1968". Un ni?o como otro cualquiera que descubre que sus compa?eros de colegio le se?alan con el dedo.
Aparentemente, John Lennon no fue especialmente generoso con su primera familia. "Cuando cumpla 26 a?os recibir¨¦ algo m¨¢s de 100.000 libras. No est¨¢ mal, pero no me puedo permitir holgazanear". La relaci¨®n con Yoko Ono no es ejemplar: desconfianza, celos, malentendidos. "Acabo de ver a Yoko. Ten en cuenta de qu Sean Ono es medio hermano m¨ªo Es un buen chaval y quiero que siga esa relaci¨®n".
Si en lo musical no puede ocul tar el linaje, en lo material no es tan afortunado. "Apenas tengo cosas de mi padre, aparte de una gorra de cuero de los primeros tiempos. Mira, eso me duele: sus guitarras est¨¢n encerradas en los armarios del edificio Dakota, y yo podr¨ªa hacer uso de alguna de ellas". Despu¨¦s los encuentros con John fueron escasos. "Nos llev¨¢bamos bien. Un poco como esos parientes lejanos que te caen estupendamente, pero que no puedes decir que conozcas ¨ªntimamente".
Apenas tiene contactos con los miembros supervivientes del grupo de su padre. "Paul McCartney me quer¨ªa mucho. Cuando lo del divorcio vino a casa y me cant¨® algo que hab¨ªa compuesto para animarme. Se llamaba Hey Julian y termin¨® public¨¢ndose como Hey Jude. ?Grabar juntos? No, me cae demasiano cercano".
Evasivo y poco amante de responder a preguntas inc¨®modas, Julian Lennon se revela como un muchacho tan opaco como desconfiado. No ha heredado el car¨¢cter abrasivo y provocador de su progenitor, tan dado a probar la paciencia de sus seguidores y de la sociedad en general. No acaba de creerse que los discos de los Beatles tuvieran problemas en la Espa?a franquista debido a su obsesi¨®n en connpararse con Jesucristo y a su famosa boda en Gibraltar. "Nadie me hab¨ªa contado eso".
Babelia
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