Manuel Mar¨ªn: "Este Gobierno no necesita hacer concesiones para entrar en la CEE"

La Comunidad debe tener en cuenta que si el ingreso espa?ol no se produce, "¨¦se ser¨¢ el prirrier paso para la desintegraci¨®n de la CEE", declara Manuel Mar¨ªn, para quien, por primera vez, la Administraci¨®n espa?ola ha sido capaz de presentar una visi¨®n global de las relaciones internacionales, que tiene como uno de sus, principales objetivos el ingreso en la Comunidad.Pregunta. Las negociaciones para el ingreso en la CEE est¨¢n pr¨¢cticamente paralizadas desde hace siete meses, pero ?puede Elspa?a renunciar a entrar en la Comunidad?

Respuesta. ?ste es un Gobierno s¨®lido, dicho con toda modestia, que no necesita hacer concesiones para satisfacer objetivos electorales. Hemos convencido a los comunitarios de que los espa?oles no van a acusarnos de no haber conseguido la adhesi¨®n por haber cedido en Bruselas. Estoy convencido de que a un Gobierno que no ha cedido ante las presiones comunitarias no se le critica, se le aplaude. Esa es nuestra fuerza, porque estamos convencidos de que la opini¨®n p¨²blica se va a colocar detr¨¢s de nosotros por mantener esta actitud. El Mercado Com¨²n s¨®lo merece la pena si se pueden conseguir condiciones m¨¢s favorables que las que tenemos hasta ahora. Estamos dispuestos a echar el resto en esta negociaci¨®n, incluso a decir me voy, si no queda otra salida. Espa?a quiere ser un socio leal, pero no consentir¨¢ que se lastimen sus intereses.

P. Pero ?existe una alternativa al no ingreso?

R. Espa?a no est¨¢ dispuesta a romper la baraja, pero tampoco aceptar¨¢ entrar en la Comunidad firmando un tratado que pueda crear una situaci¨®n de inferioridad insuperable en el futuro. Tambi¨¦n tengo que decir que se ha estudiado, sin entrar ahora en valoraciones, la alternativa al fracaso de las negociaciones. Y es algo que entra dentro de lo posible.

P. Si las negociaciones t¨¦cnicas est¨¢n agotadas, parece, pues, que s¨®lo falta una decisi¨®n pol¨ªtica.

R. Naturalmente, pero es algo que excede a mis competencias. De aqu¨ª a la pr¨®xima cumbre quedan s¨®lo dos trenes, aunque perder la posibilidad de la reuni¨®n del lunes y martes ser¨ªa complicar inucho la situaci¨®n. Pero tambi¨¦n est¨¢ clara una cosa: que si la adhesi¨®n espa?ola fracasa, ¨¦se ser¨¢ el primer paso para la desintegraci¨®n de la CEE.

Lograr un equilibrio global_

P. ?Qu¨¦ armas tiene ahora el Gobierno para inclinar a su favor el ingreso?

R. Por primera vez, la Administraci¨®n espa?ola est¨¢ siendo capaz de presentar una visi¨®n globalizadora de nuestras relaciones internacionales. Es obvio que nuestro pa¨ªs tiene en marcha o en perspectiva importantes contratos de compra de armamento, equipos inform¨¢ticos e incluso aviones de transporte, biot¨¦cnica, etc¨¦tera, cuyo inter¨¦s no escapa a ninguno de los posibles negociadores. Desde luego, el Gobierno tiene muy presente el equilibrio global como resultado de esta pol¨ªtica.

P. Y tambi¨¦n est¨¢ el argumento de la OTAN...

R. ?sa es una pregunta cuya respuesta corresponde al presidente del Gobierno, y no a m¨ª.

P. Sin embargo, ahora, algunos se preguntan si no habr¨¢ sido un error cerrar 13 cap¨ªtulos y dejar los tres m¨¢s dif¨ªciles para el final.

R. A pesar de que los partidos pol¨ªticos y las fuerzas sociales se muestran un¨¢nimes sobre la con veniencia del ingreso, s¨ª se han producido en ocasiones declara ciones descalificadoras, como 'el Gobierno tiene mucha prisa', que no responden a la realidad. Si fuera as¨ª, los cap¨ªtulos sobre agricultura, pesca y asuntos sociales esta r¨ªan ya cerrados, con decir am¨¦n bastaba. Y no se ha hecho porque entendemos que las ofertas comunitarias lesionan intereses leg¨ªtimos de los sectores afectados. Se ha producidio incluso alguna situaci¨®n curiosa. A Bruselas ha llegado una petici¨®n de empresarios espa?oles para el desarme arancelario industrial que era notoriamente m¨¢s desfavorable que la consegida por el Gobierno. El ingreso en la Comunidad es conveniente para Espa?a, pero s¨®lo si se hace en buenas condiciones. Llegado un momento, decidimos que era mejor cerrar los cap¨ªtulos sobre los que hab¨ªa coincidencia, pero eso no supone ning¨²n impedimento, porque todo est¨¢ condicio nado al acuerdo total.

P. Los representantes permanentes de los diez en Bruselas han puesto todo tipo de objeciones a la oferta global de la Comisi¨®n Europea, lo cual parece indicar que no es tan mala para Espa?a.

R. Todo lo contrario. La realidad es que esta propuesta ya es pinchar en hueso en la econom¨ªa espa?ola. En el juego de intereses cruzados dentro de la CEE, cada pa¨ªs intenta conseguir lo mejor, y para eso se prepara toda esa escenograf¨ªa. En esa estrategia, lo que parece razonable que har¨¢ cada Estado miembro el d¨ªa 19 ser¨¢ empeorar el documento, para luego, los d¨ªas 8 y 9 de marzo, tener la generosidad de aceptar finalmente las condiciones impuestas por la Comisi¨®n. Y de eso ya tenemos experiencias a cientos. Se presenta un documento negociador que nos crea muchas dificultades en determinados sectores de la negociaci¨®n, y esa oferta, aparentemente, plantea obst¨¢culos insuperables a determinados pa¨ªses miembros. Entonces, llegado el momento del Consejo, se produce una especie de ceremonia, en la cual los Estados dicen que transigen demasiado, se enfadan much¨ªsimo y luego la realidad de las cosas es que te aceptan un papel que les conviene extraordinariamente.

P. ?Cu¨¢l es el l¨ªmite m¨ªnimo que est¨¢ dispuesto a aceptar el Gobiemo?

R. El Gobierno tiene ya fijado un moj¨®n por debajo del cual no se puede ceder, pero est¨¢ claro que no vamos a decir cu¨¢l es, porque eso ser¨ªa colocarnos en una situaci¨®n negociadora d¨¦bil y renunciar a lograr algo por encima de ese l¨ªmite. La posici¨®n espa?ola ya est¨¢ elaborada, y si no se consigue, cuando llegue el momento en que no se pueda avanzar m¨¢s, yo tengo instrucciones de volverme al d¨ªa siguiente a Madrid.

Defender nuestros intereses

P. ?La propuesta de la Comisi¨®n plantea al menos alg¨²n avance para los intereses espa?oles?

R. En s¨ªntesis, la oferta de la Comisi¨®n da cierta salida negociadora a las demandas espa?olas, lo cual no quiere decir en ning¨²n caso que sea positivo para nuestros intereses. Pero al menos abre una puerta en productos continentales que nos preocupaban, como son los quesos y el trigo blando, de alta calidad, destinado al consumo de boca. En estos dos casos la Comisi¨®n ha considerado a estos productos, al igual que antes el bovino y la leche, como sensibles. Esto significa que el paquete de los productos sensibles empieza a ser negociable por Espa?a, pero falta, por un lado, incluir todav¨ªa la leche en polvo y condensada y, de otro, concretar los mecanismos para evitar que la penetraci¨®n comunitaria sea excesiva. Ya no se trata de declaraciones de principios, sino de cuestiones pr¨¢cticas.

P. ?Y en el resto del cap¨ªtulo agr¨ªcola?

R. En el resto de la agricultura tampoco se nos da satisfacci¨®n. Por ejemplo, el r¨¦gimen de intercambios de los productos hortofrut¨ªcolas supone una penalizaci¨®n muy seria de nuestras exportaciones a la Comunidad. Si no atamos bien todos los cabos, se puede llegar, despu¨¦s de la adhesi¨®n, a una situaci¨®n m¨¢s desfavorable que la que tenemos actualmente como pa¨ªs tercero. Luego nos queda el tema del az¨²car, donde la salida ofrecida por la Comisi¨®n es absolutamente pintoresca, eso por calificarla generosamente. Resulta que nos da una cifra de producci¨®n que es inferior a nuestro consumo, para colocar sus excedentes. Lo que pide Espa?a no es nada m¨¢s que un equilibrio entre nuestro consumo y producci¨®n, lo cual parece bastante razonable.

Tambi¨¦n en aceite de oliva queda mucho camino por recorrer, porque Espa?a nunca podr¨¢ aceptar que se ligue la aproximaci¨®n de precios a la reforma previa del acquis (acervo comunitario). Se nos tiene que demostrar, en primer lugar, que se producir¨¢ un excedente, y exigimos que la reforma se haga con nuestra presencia y nuestra voz. Lo que la Comunidad pretende es hacernos la casa sin que participemos en el proyecto. Italia, al igual que nosotros y Grecia, quiere que en el futuro, si hay excedentes de aceite, se penalice el aceite vegetal proveniente de fuera de la CEE y no el de oliva. Es el conflicto que hay con Estados Unidos. Adem¨¢s, lo que no se puede es tocar el sistema de ayudas, es decir, si sobra aceite, no aproveche usted para minorar las rentas agrarias de nuestros agricultores.

P. ?Los viticultores se ver¨¢n obligados a arrancar sus cepas?

R. No se trata de eso, porque ser¨¢n menos de las que se ha dicho y se arbitrar¨¢n ayudas financieras para la transformaci¨®n de sus cultivos. En el vino, las dificultades esenciales radican en el c¨¢lculo de la futura productividad espa?ola. La propuesta de tomar en cuenta s¨®lo la media de los ¨²ltimos tres a?os no recoge un factor real y que se tiene que aceptar: que las tres ¨²ltimas campa?as en Espa?a fueron bajas a causa de la sequ¨ªa, con rendimientos inferiores a los habituales. Tampoco queremos crear una situaci¨®n excedentaria superior a la normal, pero s¨ª que se nos d¨¦ un colch¨®n de seguridad en materia de producci¨®n que sea razonable.

P. El cap¨ªtulo pesquero, vital para Espa?a, atrae, sin embargo, los mayores rechazos por parte comunitaria.

R. En el tema pesquero, el tratamiento que se hace del per¨ªodo transitorio es bastante h¨¢bil. Se nos conceden siete a?os en lugar de 15, pero lo preocupante es el contenido interno de ese plazo. Han establecido un sistema de listas en el cual, aunque aparentemente se nos reconocen muchos barcos, la realidad es que luego, simult¨¢neamente, pueden pescar muy pocos. El mecanismo es el siguiente. Ellos dicen: 'h¨¢game una lista de base', los 329 barcos, que en el momento de la firma del tratado quedar¨¢ reconvertida en 120 licencias para otros tantos buques, a repartir entre el total. La sutilidad comunitaria estriba en que a partir del s¨¦ptimo a?o, si queremos que las licencias dejen de rotar, es necesario reducir el n¨²mero de pesqueros que pueden faenar en aguas comunitarias. Y luego est¨¢ el aumento en capturas, que es pr¨¢cticamente rid¨ªculo.

No queremos retrasos

P. ?El Gobierno puede tener inter¨¦s en retrasar el ingreso real por razones de ajuste econ¨®mico para separar el beneficio pol¨ªtico del tratado de la adhesi¨®n efectiva?

R. Eso es una broma y una intoxicaci¨®n que no se tiene en pie. Despu¨¦s de hacer una ley de reconversi¨®n industrial, con todos los problemones que tenemos en los astilleros, ?nosotros mismos nos acarreamos otro a?o m¨¢s de historia? Eso no se lo cree nadie. Otra cosa es que luego, finalmente, las negociaciones resulten de otra manera. Los posibles efectos econ¨®micos negativos no se van a sentir en el primer a?o, y por eso no hay ning¨²n inter¨¦s electoral en retrasar el ingreso.

P. ?Entonces se mantiene la fecha del 1 de enero de 1986 como objetivo?

R. ?Y por qu¨¦ no? ?Qu¨¦ ganar¨ªamos con retrasar la entrada y mantener un a?o m¨¢s de incertidumbre?