Los familiares tardaron siete horas en saber que no hab¨ªa supervivientes
"No queda ning¨²n superviviente del vuelo siniestrado", dijo ayer en un hotel de Bilbao Carlos Espinosa de los Monteros, presidente de la compa?¨ªa Iberia, a los cerca de 300 familiares de los pasajeros del Boeing 727 accidentado. Finalizaba as¨ª una larga espera de m¨¢s de siete horas por parte de los familiares, que se inici¨® en el aeropuerto de Barajas (Madrid).A partir de las 11.30 horas, los familiares de los accidentados se fueron congregando en una sala de espera, aneja a la puerta 8 de embarque. Los gritos de histeria de una minor¨ªa de ¨¦stos eran apagados por la informaci¨®n que proporcionaban los altavoces de la sala, que indicaba la existencia de unos 40 supervivientes, "de los que pronto se conocer¨ªa su identidad". Un directivo de Iberia asegur¨® directamente a los familiares que se les hab¨ªa visto, pero que por las dificultades del lugar era "imposible por el momento llegar hasta ellos".
Un equipo de 10 chaquetas rojas, auxiliados por seis camareras, atend¨ªan a los familiares que continuamente iban llegando a la sala de espera. Mientras, otro directivo de la compa?¨ªa afirmaba que se encontraban dispuestas dos ambulancias por si alg¨²n familiar necesita atenci¨®n m¨¦dica.
La antena de Euskal Telebista, con la que colision¨® el avi¨®n, congregaba las iras de los familiares all¨ª reunidos. "Una antena ilegal ha matado a mi hijo", dec¨ªa uno de los familiares. Otros conservaban la esperanza de que entre los supuestos supervivientes se encontrase su familiar. "Estoy convencido de que se encuentra vivo" o "no le puede haber pasado nada", comentaban de forma continua algunos de los presentes.
Vuelo especial
"La compa?¨ªa Iberia anuncia que se ha dispuesto para las 14.00 horas de hoy un avi¨®n especial que trasladar¨¢ a los familiares que lo deseen al aeropuerto de Foronda (Vitoria)". Los altavoces repitieron insistentemente que el vuelo era totalmente gratuito para los familiares, y las cr¨ªticas a la compa?¨ªa y el miedo a volar despu¨¦s del accidente, se manifestaron hasta la puerta de embarque.
A los familiares que no
encontraron plaza en el vuelo 612 K con destino a Vitoria, se les indic¨® que ser¨ªan incluidos en el vuelo de las 13.45 horas. Los lloros y quejas se mantuvieron durante los tres cuartos de hora que el avi¨®n emple¨® hasta llegar al aeropuerto de Vitoria, en donde esperaban unos tres autocares para el traslado a Bilbao.
Las dudas continuaron en el autob¨²s, acrecentadas por la inexistencia de informaci¨®n por parte de la compa?¨ªa. Una vez en Bilbao, los familiares fueron concentrados en un hotel, donde se les anunci¨® que el presidente de la compa?¨ªa Iberia, Carlos Espinosa, informar¨ªa de lo sucedido.
Espinosa anunci¨® la inexistencia de supervivientes y que hoy concluir¨¢ el traslado en helic¨®ptero de los cad¨¢veres desde el lugar del accidente hasta los dep¨®sitos municipales de Bilbao.
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