Arte
?Hacia d¨®nde va el arte actual? Hacia el acantilado. Los pintores se lo callan, pero los m¨¢s l¨²cidos saben que despu¨¦s de Picasso s¨®lo les queda el suicidio como ¨²nica salida honorable. Picasso ha dejado detr¨¢s de s¨ª una gran extensi¨®n de tierra quemada, ha colocado la est¨¦tica al borde del abismo y ¨¦l ha salido de naja, previo corte de mangas, en direcci¨®n al infierno. Antes de lanzarse al vac¨ªo, algunos artistas insignes y reacios a darse por muertos a¨²n han hecho ciertas gracias en el l¨ªmite del precipicio. Francis Bacon ha descifrado la ¨²ltima putrefacci¨®n del humanismo, Pollok ha arrojado de forma desesperada un bote de acr¨ªlico contra un lienzo en blanco, T¨¤pies ha ara?ado en la celda las cuatro paredes de yeso. Un poco m¨¢s all¨¢ est¨¢ el despe?adero. Por ¨¦l van saltando sucesivas vanguardias de un solo d¨ªa. Parecen bengalas o fuegos fatuos que iluminan fugazmente el espacio y se consumen durante el trayecto de ca¨ªda. Despu¨¦s de Picasso a los pintores les resta el ejercicio malabar de la autodestrucci¨®n. Precisamente las distintas formas que adopta esa agon¨ªa constituyen la modernidad.En arte existe un principio inamovible. Nunca hay que fiarse de un movimiento de vanguardia que triunfa en su nacimiento o de un pintor que conquista s¨²bitamente la actualidad. Por propia definici¨®n, la vanguardia no gusta, produce un rechazo instintivo y necesita al menos un par de d¨¦cadas para ser asimilada. Pero Picasso, que aniquil¨® cualquier posibilidad de creaci¨®n en todo el siglo venidero, hizo un regalo a sus hijos exhaustos. Puso de moda a la vanguardia en s¨ª misma y la elev¨® a la categor¨ªa de un bien de consumo instant¨¢neo. Gracia a ¨¦l ahora los artistas malditos, durante el breve vuelo suicida hacia el pr¨®ximo anonimato, est¨¢n a sueldo de una multinacional y los coleccionistas abren ante ellos la flor de su cartera. No obstante, Picasso se ha reservado el ¨²ltimo sabor de la venganza. S¨®lo hay que ir a la feria Arco 85 para comprobarlo. En mitad de un cementerio de vanguardias semanales, novedades destructivas y gestos juveniles y violentos, Picasso est¨¢ vivo. Y la gran mayor¨ªa de sus descendientes, aunque ya son millonarios, han muerto.
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